Globalización, contra lenguas como el Hñahñu; Hidalgo por revertir su desaparación

* La castellanización casi consigue erradicar nuestras lenguas indígenas y buscan “hñahñunizar” a 17 municipios del Estado de Hidalgo para recuperar su lengua originaria, a punto de extinguirse; hoy los indígenas prefieren aprender inglés que hñahñú porque las necesidades de subsistencia los obligan a emigrar a Estados Unidos
Azcapotzalco, Ciudad de México.- La castellanización de los años 60 fue tan efectiva que casi logra erradicar nuestras lenguas originarias y ahora tenemos que actuar a la inversa y “hñahñunizar” a las comunidades de 17 municipios hidalguenses que están perdiendo su lengua materna, aseguró Nicholás Rodríguez Mayorga, coordinador de la Mesa Técnica del Sector Educativo en el Estado de Hidalgo, quien presentó junto con el exalumno de la Universidad Autónoma Metropolitana, Pablo Miranda, un proyecto para la enseñanza del idioma hñahñú en 78 escuelas primarias de educación indígena asentadas en siete municipios de la zona del Valle de Mezquital.

En entrevista a propósito del proyecto presentado este viernes en la Feria del Libro y Festival Cultural, Librofest Metropolitano 2017, que se llevó a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana de Azcapotzalco, el profesor se refirió a los factores que obstaculizan la recuperación de la lengua y permitan que los alumnos no sólo aprendan a hablarla, sino a reconocerse en ella, apropiarse de su cultura y de sus aportaciones a lo largo de la historia, para que verdaderamente practiquemos una interculturalidad efectiva, incluso estando inmersos en la llamada “Aldea global” y puedan, decir “Soy hñahñú, me reconozco hñahñú y tengo aportaciones que ofrecer a la sociedad, aun conviviendo con la modernidad y hablando inglés, pero sin olvidar quien soy”.

Afirmó que el discurso oficial de la política educativa dice que hay que rescatar y fomentar las lenguas indígenas, pero en realidad no se generan las condiciones para que esto suceda. “Ni la Constitución que nos ampara ni las leyes y decretos de derechos lingüísticos de los pueblos originarios, y de fomento y fortalecimiento de los pueblos indígenas, operan en la práctica.

“Nos enfrentamos a muchos problemas porque no tenemos más que la premisa de enseñar español y la lengua originaria, pero definitivamente no existe una guía curricular de contenidos para transmitirla. Los gobernantes piensan que basta con enseñar palabras y no es así. Tan sólo contamos con un libro para primero y segundo grados; otro para tercero y cuarto, y para colmo, al gobierno se le olvidó editar libros de quinto y sexto grados, no hay con qué trabajar en la lengua originaria ni están definidos los contenidos a impartir, de modo que carecemos de herramientas para hacerlo.

Sucede además –dijo-, que los mismos padres de familia ya no heredan el hñahñú a sus hijos y hasta se niegan a que lo enseñemos, ya que dicen que eso no les va a servir y prefieren que aprendan inglés (como marcan las escuelas de tiempo completo) porque las comunidades dependen económicamente de la migración y saben que sus hijos se irán a Estados Unidos al terminar la secundaria.

Los mismos maestros no dominamos la lengua que tendríamos que enseñar. ¿Cómo lograr entonces que la lengua indígena recupere su importancia, si no generamos pasión por nuestra identidad cultural para revitalizarla?

El proyecto presentado es un trabajo colegiado entre la Mesa de Sector de Educación Primaria Indígena del Valle de Mezquital y el diseñador gráfico Pablo Miranda, egresado de la UAM, quienes lo crearon con la finalidad de dotar de material didáctico y audiovisual la enseñanza del idioma hñahñú en las escuelas con las que trabajan.

Pablo Miranda diseñó un programa tipo Plaza Sésamo con muppets y nosotros hacemos la selección de los temas y la traducción de los textos, grabamos los textos con el apoyo de maestros y alumnos en hñahñú, con el propósito de cautivar a los alumnos y a sus familias para que se interesen en hablar la lengua y comprendan por qué es importante que no la pierdan.

El programa piloto requiere financiamiento para viáticos, adquisición de equipo y producción de 12 programas en video para la enseñanza de saberes locales sobre los usos de la fibra del maguey, la gastronomía autóctona, la vestimenta hecha de Ixtle y otras utilidades que son parte de la vida diaria de la región, “pero que hemos perdido la sensibilidad de valorar y sorprendernos de la sapiencia que hay en ellas”, enfatizó el profesor hidalguense.

Dijo que además del financiamiento les hace falta asesoramiento, porque no obtuvieron respuesta ni de la Dirección General de Educación Indígena ni otra autoridad para pasar a una segunda etapa de la producción de los programas , junto con el diseño de otros materiales didácticos como, por ejemplo, karaokes de cantos populares traducidos a la Lengua y otras herramientas útiles para poder probar su eficacia en las 78 escuelas del sector y lograr que no sólo aprendan la oralidad, sino también la escritura.

Nicholás Rodríguez explicó que ciertamente ha sido positivo que la Constitución los ampare al reconocerlos y darles protección de pueblos originarios, mediante programas sociales y obras de infraestructura. Hay municipios que están solicitando se les reconozca como pueblos indígenas porque sólo así pueden acceder a los beneficios de la Comisión de Desarrollo de Pueblos Indígenas para construir un pozo o diversas necesidades de sus comunidades, pero ahora ocurre que van a solicitarlo y les dicen que no están dentro del Catálogo de Pueblos Indígenas porque en el Censo de INEGI reportaron que sus pobladores no hablan la lengua originaria.

“Nuestro país alberga una enorme riqueza lingüística porque poseemos 63 lenguas originarias. En Hidalgo se hablan tres principales: náhuatl, tepehua y hñahñú que se deben enseñar en 1100 escuelas de educación indígena”, expresó.

El proyecto presentado a la comunidad universitaria mediante un video, canciones y muñecos tipo guiñol es parte de un abanico de conocimientos que fueron vertidos a lo largo de la semana sobre el patrimonio cultural de Hidalgo, en cuanto a sus lenguas, música, bailes, arquitectura, gastronomía, vestuarios típicos, literatura y tradiciones del estado invitado de honor del Librofest Metropolitano 2017.

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