El jardín botánico más grande de México en el Zócalo capitalino

Por Ana Luisa Guerrero

Ciudad de México.- En la complejidad en la que está inmerso el Zócalo de la Ciudad de México, se abre paso un remanso de la naturaleza. Una experiencia sensorial que mediante diversos elementos —tanto naturales como tecnológicos— permite a los visitantes adentrarse en la selva de Quintana Roo; ver, oler y tocar especies vegetales, además de visitar una casa maya y conocer los modelos de sustentabilidad de esta cultura ancestral.

Se trata de la exposición El Jardín Botánico: donde naturaleza y cultura se unen, instalada por El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) en el marco de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología.

A través de una muestra museística ubicada en un espacio de 500 metros aproximadamente, este centro público de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) acerca al público visitante al Jardín Botánico “Dr. Alfredo Barrera Marín”, ubicado en Puerto Morelos al norte de Quintana Roo, por medio de muestras biológicas vivas y de material vegetal muerto, a fin de que el público asistente tenga acceso a texturas, olores y colores; en tanto que por medio de tecnologías como la realidad aumentada, le permite tener una experiencia que lo hace percibirse en el interior de la selva.

Recorrido natural y cultural

exposicion-jardin-botanico2616-1En su XXIII edición, la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología tiene como temática “Cambio climático: piensa globalmente, actúa localmente”, por lo que Ecosur presenta el jardín botánico a su resguardo, en el que, en sus 65 hectáreas, se realizan labores de investigación científica, conservación de la ecología vegetal y rescate de las tradiciones y valores de la cultura maya.

De esta forma, una gran marquesina verde da la bienvenida a los visitantes con la invitación de descargar una aplicación en sus dispositivos móviles para que puedan interactuar con los contenidos de la exposición. El recorrido circular, que recuerda la forma de un caracol, presenta un panorama general de qué es el cambio climático y cómo ha sido la evolución del calentamiento global; se exhibe la frontera sur del país, su riqueza natural y cultural, en tanto que se presenta al Ecosur, su función y una guía interactiva sobre los jardines botánicos. Todo ello a través de imágenes con las que se puede interactuar a través de teléfonos inteligentes.

Posteriormente, los visitantes pueden hacer uso de tabletas electrónicas para constatar el deterioro de los suelos mexicanos ante el crecimiento de la mancha urbana y, en consecuencia, de la explotación —desmedida, en muchos casos— de los recursos naturales.

El camino los conduce a conocer la cultura mesoamericana. Para ello se presenta en qué consiste un solar maya, el cual reúne los saberes y tradiciones de este pueblo milenario en torno al cultivo y en su forma de vida, por ejemplo, en la fabricación de objetos de uso cotidiano a partir de la naturaleza.

Con el uso de realidad aumentada, se pueden conocer los utensilios que utilizaban los mayas y que a la fecha siguen estando presentes en la cocina mexicana, como el metate y la jícara, pero también se pueden conocer objetos como el lek, una vasija obtenida de la fruta de un árbol.

Posteriormente, se llega a un modelo de casa maya, llamada yotoch, construida a través de prácticas sustentables a partir de recursos naturales de la región, las cuales fungen como dormitorios, sala de estar, de aseo personal, como adoratorio y para realizar el trabajo artesanal.

Además, la exposición presenta la flora de la región, especialmente los recursos naturales que predominan en el sureste mexicano. Es por ello que se exhiben los troncos de diversos tipos de árboles, que pueden distinguirse por su textura, color e incluso por su olor. Destaca la madera de palo de tinte, un árbol que durante la época de la Colonia se explotó por su valor económico para teñir en tonos rojo y púrpura, de tal manera que el público puede tomar un puñado de aserrín que, al contacto, experimenta cómo desprende su color.

El recorrido concluye con la “experiencia máxima”, como lo llaman los organizadores, que con el uso de lentes de realidad aumentada se puede acceder al Jardín Botánico “Dr. Alfredo Barrera Marín” y a una casa maya tradicional, ver cómo se trabaja el henequén o la forma en que cocinan las mujeres de la región.

Transmitir el mensaje

botanico2616El director de Ecosur, unidad Chetumal, Héctor Hernández Arana, dice a la Agencia Informativa Conacyt que el propósito de la exposición es mostrar la riqueza natural del país, la importancia de su conservación y que existen modelos a través de los cuales el hombre puede interactuar de forma sustentable con el entorno.

“Los jardines botánicos, entre sus funciones, sirven de vínculo con la sociedad a través de educación ambiental y recreación, debido a que son un espacio de aprendizaje que, como centro público, nos da la oportunidad de divulgar la información que tenemos a través de la investigación científica”, explica.

El investigador detalla que en el jardín botánico en Puerto Morelos, el más grande del país, tienen exhibiciones de la cultura maya a través de las cuales muestran la forma en que esta cultura interactuó con su entorno.

“Mucha de la evidencia del estudio histórico habla que la cultura maya tenía un enfoque más sustentable que el nuestro, y eso tiene que ver con la cosmovisión que tenían de la naturaleza. La cultura maya se asumía como parte de la naturaleza, como un continuo en la naturaleza, por lo que esa forma de verla define las estrategias con las que se usan los recursos naturales”, añade.

Y es a partir de ello que se tiene la oportunidad de que en la época actual se rescaten algunos elementos y se incorporen, comenzando con cambiar la perspectiva de que somos parte de la naturaleza y entender que nuestras actividades tienen un efecto en ella, así como lo que se debe hacer para que ese efecto retorne en beneficio de la sociedad.

La exposición se puede disfrutar hasta el miércoles 28 de septiembre, en el Zócalo capitalino, como parte de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología. La entrada es gratuita.

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