*Con su personaje de Namora en la película de Marvel, la actriz mexicana desafía paradigmas e identidades.
Ya sea que estés conectado con el universo cinematográfico de Marvel o con el talento en ascenso de la escena latinoamericana, seguramente has escuchado de Mabel Cadena, esa mujer de raíces mexicanas y orgullosamente indígenas que ha construido su carrera cuidando cada paso y rol que toma. Uno por el que hoy es aclamada es Namora, en Black Panther: Wakanda Forever, que llegará a los ojos del mundo en noviembre de este año.
Para quienes no lo sepan Namora es una mutante hija de una humana y un padre originario de Atlantis, lo que le permite tener capacidades como respirar bajo el agua y nadar a grandes velocidades, ésta fue descrita en los cómics de Stan Lee y por la misma actriz como una figura protectora, guerrera y estratega de gran fuerza que nada a grandes velocidades, que cuida de su pueblo. Estos valores pueden ser no tan lejanos para Mitzi Mabel Espinosa Cadena (su nombre de pila), quien se preparó arduamente para este papel en el que comparte créditos con otros latinoamericanos, lo que no solo conecta con la filosofía de inclusión de Marvel, sino con Mabel, que busca celebrar eso al nombrar todo aquello que se resguardó en la sombra durante mucho tiempo.
Aunque puede ser que el mundo la conozca por el rol de Namora, lo cierto es que la actriz tiene en su lista de roles producciones ideales para crear un maratón de fin de semana: El baile de los 41 (2020), La diosa del asfalto (2019) o su participación en Dos veces tú (2018). De acuerdo a nuestra entrevista con la actriz, ella siente que esto solo está comenzando…
‘Me quedé pensando en quién es Mabel, creo que puedo decir que me he dado cuenta que no soy la misma después de cada proyecto; si bien he podido mantener una esencia mi vida, ha cambiado cada vez que me ha tocado interpretar a las increíbles mujeres que he llevado a la pantalla. No sé si ha sido el momento de vida o qué, pero puedo decir en este momento que Mabel es esa soñadora que ha vuelto a conectar con cosas a las que renunció hace mucho tiempo y que hoy sin tener claro cómo, quiere comerse el mundo’, nos cuenta.
Así como un pintor deja algo de sí en una obra o un deportista se dedica en cuerpo y mente a mejorar su técnica, Mabel Cadena no es ajena a esto, pues con cada rol en el que busca aprender sus líneas y prepararse para ellos, deja también algo de sí, convirtiéndose en una retroalimentación de carácter artístico, pues todavía se le eriza la piel cada vez que logra un rol con el que se siente identificada y que busca retarla.
‘Siempre he dicho que una de las razones que más me gusta al retomar personajes, sobre todo de ciertas épocas que me ha tocado interpretar, es que procuro dignificarlos al compartirles un poco de mí como mujer contemporánea, sin perder la esencia que tengo que retratar. Es reflexionar sobre lo que Mabel Cadena puede aportar a esa figura que vivió en ciertas circunstancias, a través de eso trato de devolverles un poquito el poder de acuerdo al contexto en el que vivían. Sin duda mi cotidianidad ha cambiado al interpretar a estas mujeres y sin duda también me han empoderado como mujer. Puedo decir que gracias a ellas hoy soy alguien que sabe más sobre luchar sobre sus convicciones, decisiones de vida, por su forma de amar y por muchísimas otras cosas’.
Aunque es una figura que parece tener el don de ser actriz de forma natural, ella relata que realmente no fue algo que planeó o a lo que se quería dedicar, sino que se fue dando de forma natural. ‘Recuerdo que desde pequeña en Veracruz, que fue donde viví, me la pasaba con mi amigos montando obras de teatro y haciendo interpretaciones, recuerdo que le decía a mi mamá que quería ser actriz y ella intentaba ayudarme, pero al ver que iba muy en serio mi decisión, me ayudó a buscar ese objetivo; a los 14 años de edad me vine (a la Ciudad de México) a estudiar actuación. Fui a muchas escuelas con esta disciplina durante la preparatoria y luego estudié la carrera en la CasAzul. Después de un año de salir de la escuela y en el que me fue muy bien, tuve un año con mucha incertidumbre, en el que descubrí otra pasión, que fue la que me llevó a estudiar Psicología, que puedo decir que se ha convertido en la columna vertebral del proceso que me lleva a darle vida a mis personajes: esto cambió por completo mi forma de acercarme a ellos y construirlos: me ayudó a entender desde mi presente aquellas emociones universales, pues no necesariamente tuve que haber vivido lo que le ocurrió, pero si me era posible entender sus sentimientos’, relata la actriz.
En efecto, estos estudios la llevaron no solo a adentrarse en la piel de sus personajes, sino en su psique, comprendiendo la forma en la que se desenvolvía en una realidad en la que ella funge como un puente conector. ‘Psicológicamente esos sentimientos son algo que puedes transformar y además es algo que puedes llevar al lugar que quieras porque alguna vez todos hemos soñado, todos hemos fracasado, hemos conocido nuestro espíritu en distintos aspectos y circunstancias y gracias a eso solo puedes potenciar ese tipo de emociones para lograr lo que se requiere en cada ficción’.
Con Mabel Cadena, la reflexión de pensar en la palabra ficción nos lleva conectarla con el significado de las historias, que ya sea que se desarrollen en el espacio, debajo del mar o en épocas remotas, estas poseen el poder de entrelazarnos, ya sea de una forma o de otra. En el caso de Mabel, ella no solo busca conectarse con esas historias que busca llevar a la pantalla, sino con aquel rol que va a formar parte de dicha narrativa, y si hay algo por lo que se inclina, es por buscar figuras complejas: ‘Me gusta muchísimo la complejidad, esas vidas que me parecen singulares, estas mujeres han dejado algo en lo que podemos reflexionar. Además, la vida no es comedia y no es solo de color rosa: me gusta explorar la diversidad de emociones que puedes abordar en la complejidad, y aunque esta palabra suele relacionarme con algo oscuro, creo que realmente es mucho más que eso. Creo que por ello me gusta interpretar mujeres que pueden mostrar desde su lado más luminoso a lo más oculto. Actualmente algo que estoy tratando de explorar más es la comedia, pero que no se olvide que hay lugares de dolor también: creo que eso es lo maravilloso de esta profesión que puedes abordar todas las complejidades de una mujer: cuando te enojas, cuando haces berrinche, cuando no entiendes de dónde viene ese sentimiento, cuando tu sensatez brilla: me encantan todos esos arcos que puede tener un personaje. Además, esto lo relaciono con algo que me pasó recientemente: me ha ocurrido que hay cosas que comienzo haciendo aunque no sienta una total pasión ellas, pero termino enamorándome: me es inherente, no puedo separarme de eso, en el caso de la ficción también busco encontrar esos matices, me guste o no’.