INVESTIGADORES OAXAQUEÑOS
NÉSTOR YURI /DR. JAVIER TOLEDO FLORES
Normalmente estamos al pendiente del peligro de extinción de las grandes “especies carismáticas”, como jaguares, elefantes, tigres u osos polares, pero casi nunca nos interesamos por las especies más pequeñas sin tomar en cuenta que, para la naturaleza, la extinción de una diminuta ave puede producir un enorme cambio en la estabilidad de los ecosistemas y tener graves consecuencias como las que padecemos hoy con el cambio climático que ya nadie puede negar.
William Ku Peralta es un joven científico que nació en Campeche. Su apellido denota que es heredero de la gran cultura maya. Es biólogo y hoy candidato a Doctor en el prestigiado CIIDIR del IPN en Oaxaca.
Nacer en Campeche, muy cerca de enormes ríos y extensas selvas le permitió relacionarse desde pequeño con la naturaleza: vivirla, tocarla, disfrutarla y valorarla no solo como un bello paisaje sino como un hábitat que debe ser respetado y protegido de manera integral. Teniendo esa oportunidad para interactuar con la naturaleza su inclinación por la biología es casi natural y, dentro de ella, su gusto por el estudio del comportamiento y evolución de aves pequeñas, pero solo en tamaño porque su peso e importancia en sus ecosistemas es vital.
Desde su licenciatura en su natal Campeche se relacionó con prestigiados investigadores de otras universidades al otro lado del país en su afán de acercarse al estudio del canto de las aves que es mucho más que solo sus alegres trinos porque para ellas son un canal de comunicación que les permite desde buscar pareja hasta distinguirse de otras especies.
Sus primeras incursiones en la investigación científica las hizo en la laguna de Términos, el Río Palizada, el Chumpan y el Candelaria como ayudante de otro investigador, Rafael Herrera, que analizaba el contenido de pesticidas organoclorados en los tejidos de aves migratorias y residentes. Esa zona del país, la Sonda de Campeche, alberga enormes instalaciones petroleras y continuos problemas de contaminación. Esta experiencia le hizo tomar la decisión de convertirse en un investigador sabiendo que, dado que su familia no tiene recursos de sobra, tendrían que luchar muy duro para lograrlo. Más que recursos económicos tenía su amor por el estudio y, gracias a ello, ha podido salir adelante.
“Tuve que capturar muchas aves y algunas tuvieron que sacrificarse para analizar sus tejidos, pero la experiencia de tenerlas en las manos, poder tocarlas, despertó mi admiración por ellas”, nos explica con evidente emoción y nos platica que, antes de iniciar su Maestría tuvo la oportunidad de colaborar con investigadores del Colegio de la Frontera Sur, en Chetumal, una institución de alto nivel en las áreas de las ciencias biológicas. Eso le permitió conocer a Adolfo Navarro, jefe del Departamento de Biología Evolutiva de la UNAM y una eminencia científica en ese campo, quien lo apoyó y lo invitó a irse a la CDMX para continuar su carrera en la investigación centrada en el canto de las aves y su proceso evolutivo.
No se quedó en la UNAM. El destino lo trajo a Oaxaca porque aquí se encontraba el Dr. Roberto Sosa, en el CIIDIR, quien buscaba estudiantes de Maestría precisamente en el área y enfoque que a Wiliam le interesaba. De esta manera entró de lleno en el estudio de la “Función y evaluación de señales multimodales en aves neotropicales: mecanismos y consecuencias en procesos de diversificación”, que es el título de su proyecto doctoral.
Nos explica que: “Los animales se comunican utilizando una gran variedad de canales de comunicación entre los cuales se encuentran el canal acústico, visual, químico, y táctil. En aves, las señales acústicas y visuales son cruciales para la comunicación. Tanto las señales acústicas como visuales pueden mostrar variaciones a través de la geografía y el tiempo. Dichas variaciones en las señales acústicas y visuales tienen efectos directos sobre procesos biológicos importantes como lo es el elegir pareja o reconocer a miembros de su misma especie o de especies diferentes”.
Su investigación comprende tres partes. “En el primer capítulo analizo cómo se ha estudiado el comportamiento vocal en aves, lo que es su comunicación acústica. En el segundo capítulo de mi investigación doctoral exploré el uso de señales multimodales divergentes en dos especies de aves neotropicales que se encuentran cercanamente emparentadas en la filogenia”. Cuando Wiliam habla de señales multimodales se refiere a señales acústicas y/o visuales que provienen de un mismo emisor, es decir, de otra ave. “Finalmente, en el tercer capítulo de mi investigación doctoral, exploro cómo el hábitat promueve o al menos funciona como factor que mantiene las diferencias que se originan en algunos caracteres como el canto”.
Para sus estudios utiliza equipo de grabación muy especializado que le permite realizar experimentos de sonidos y la forma en que los mismos viajan a través del hábitat de las aves. La importancia de estos experimentos radica en conocer como evoluciona la percepción de dichas señales durante procesos complejos para las especies en estudio y una aplicación práctica de este tipo de información es conocer, por ejemplo, como afectan a las aves algunos procesos de la actividad humana, como lo es el caso de la acelerada deforestación de selvas y bosques.
Estudiar y comprender la comunicación entre las aves a través de su canto y su comportamiento nos provee de información que sirve para la conservación del medio que hoy, en este proceso de cambio climático, es vital conocer para tratar de detenerlo y revertirlo. En Oaxaca hay jóvenes investigadores, como Wiliam Ku Peralta, que por amor a la ciencia trabajan por la conservación del planeta.
Contacto: nestoryuri@yahoo.com