*El sociólogo y escrito, autor del libro “Oaxaca: ciudad con historia”, repasa los principales problemas que enfrenta la capital del estado y los retos de gobierno para el próximo gobierno municipal
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Salvador Flores Durán
Oaxaca de Juárez, Oax. 25 de mayo de 2024.- El sociólogo y escritor Víctor Raúl Martínez Vásquez consideró que es preferible tolerar las expresiones políticas violentas de grupos que dañan la arquitectura histórica del centro histórico de la capital del estado, que vivir otro conflicto como el del 2006.
“Yo prefiero que se expresen, aunque sea a veces de esa forma, desgraciadamente, a que haya otro 2006, que por una actuación del gobierno para reprimir estas manifestaciones o encarcelar porque estén pintando edificios, esto se convierta en un 2006. Mejor, pues ahora sí que hay que tener un guardadito para ir arreglando estos edificios, limpiándolos”, indicó
Explicó que las pintas y las manifestaciones que dañan edificios en las ciudades no son un fenómeno nuevo “ni viene con el magisterio, viene desde el 68. Empezamos a ver pintas en las paredes. Y también creo que, pues es un tema de conciencia histórica también. O sea, amo, cuido lo que amo y claro, a mí me en lo personal me duele, pero pues quizás haya que hacer más conciencia en los jóvenes, en estos grupos sobre lo que significan estos edificios”.
Martínez Vásquez, autor de múltiples libros sobre historia, sociedad, política e incluso crónicas periodísticas, señaló que “muchos edificios los construyeron esclavos. Está la mano de obra indígena, no solamente fue digamos, el peninsular o el clero. Por ejemplo, la catedral la Catedral metropolitana, pues la construyeron esclavos negros que venían de África muchos de ellos. ¿Qué pasó con ellos? Ah, bueno, lo que pasa es que digamos que los negros y las negras tenían menos reparos para mezclarse con los indios con los blancos. Entonces esa raza por así decirlo se fue diluyendo. Todos tenemos algo de esa tercera raíz en Oaxaca. También ocurrió los misma en la Ciudad de México donde ya no vemos negros, como si los vemos en por ejemplo en la Costa Chica, en Corralero, en Collantes, donde sí se preservó”.
Señaló que la ciudad se fue arreglando a partir de las décadas de los 70s, 80s y 90s, “cuando yo era niño, pues había muchos edificios totalmente abandonados, destruidos. Por ejemplo, la Casa de la Cultura pues eran unas ruinas, el convento de Santo Domingo también, pues estaban los soldados, estaba muy mal. Entonces creo que poco a poco la ciudad fue recuperando su señorío. Y eso empezó también a atraer a mucha gente”.
Dijo que fue una suerte que en esos años no se aceptó la famosa arquitectura funcionalista, de la cual hay ejemplos en la ciudad, como el edificio de Montajes, el edificio conocido como de Sears en 5 de Mayo y Morelos.
La ciudad tuvo el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la Humanidad sobre todo por Monte Albán y en ello hubo un grupo que jugó un papel muy importante para lograr ese reconocimiento. Para eso también influyó, desde los años 70s, la famosa Ley de Monumentos Históricos promovida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. “En Oaxaca se crea la delegación y a principios de los años 70s ya había un grupo de intelectuales que defendían que la ciudad mantuviera sus características de arquitectónicas, los conservacionistas. Entre ellos estaba el licenciado Luis Castañeda Guzmán, el doctor Bustamante Vasconcelos, en fin, había varios abogados también que defendían esta idea frente a los arquitectos y los vendedores de casas que querían, pues que se tumbaran las casas y se construyeran edificios como el de Montajes”.
En esto participan también algunos que están en defensa de que la ciudad conserve su arquitectura, sus características tradicionales, y así se van logrando esta preservación de la ciudad. “Creo que para fortuna de la ciudad porque si no pues, hubiera pasado lo que ha pasado en otras ciudades, pongo el caso de Puebla, donde al mismo tiempo que es hay coloniales hay edificios de estilo funcionalista modernista. Entonces no tienen las características que tiene nuestra ciudad, que sí conserva mucho, no solamente los edificios, sino también las casas solariegas que también tienen sus características muy especiales”.
Martínez Vásquez señala que el alto costo de las casas solariegas en el centro histórico, muchas de ellas reconstruidas por personas con muchos recursos económicos “implica mucho dinero, no cualquiera lo tiene. Yo vivía en el Centro en la tercera de Bustamante y ¿ahora dónde vivo?, pues vivo en la unidad del ISSSTE así nos fue pasando. Los que vivíamos en el Centro, pues nos tuvimos que ir alejando, comprando en otros lugares, donde era más económico y aquellos lugares o se convirtieron en comercios y entonces, pues tenían ingresos importantes. Quienes sí podían pagar las rentas o hubo gente que tenía dinero entre ellos, por ejemplo, algunos artistas muy famosos o empresarios también muy conocidos y fueron comprando. Claro, ellos tenían dinero y pues invirtieron, así como también algunos extranjeros que también compraron y arreglaron, pero pues digamos que eso requiere mucho capital”.
Además, hay una reglamentación para mantener las casas con sus características, mantener las fachadas, “conservar todo el paisaje urbano implica mucho dinero. No todo lo puede hacer el gobierno que sí restauró algunas casonas y algunos edificios. Por ejemplo, la inversión que se hizo en el rescate del Exconvento de las Capuchinas que es donde está ahora la Casa de la Cultura, pero pues el Gobierno tiene límites presupuestales y tardaron años, porque eso estaba en ruinas completamente”.
Quien fuera investigador por muchos años en la UABJO, señala que se debe entender que hay una lógica económica en todo esto y no es la primera vez, “Oaxaca por ejemplo a principios del siglo 20 el 10% de la población que vivía en la ciudad de Oaxaca eran extranjeros. ¿Por qué? Pues porque había minería entonces en Ocotlán, en distintos lugares había minas y muchos de sus mineros, pues vivían en la ciudad de Oaxaca. Se crearon incluso hasta equipos de béisbol y había periódicos en inglés”.
En otras etapas de la ciudad, por otras razones, pero siempre de carácter económico, ha tenido población extranjera y “ahora pues hay muchos extranjeros, pero pues no creo que sea la razón, ni la explicación de los problemas que tenemos, no les podemos estar echando problemas del agua y de la basura a ellos”.
Los extranjeros avecindados en Oaxaca son una porción de población mínima relativamente, muchos no viven en la ciudad, viven mejor en San Agustín Etla, en San Felipe o en otros lugares “creo que a veces somos muy simplistas en el análisis y hay que entender que, pues sí hay problemas que hay que resolver”, indicó.
Dijo que el problema del agua implica la necesaria intervención del gobierno Federal, pero este no es nada más de Oaxaca, sino en todo el país y la Ciudad de México “en todos lados hay una sequía de 5 años, los lagos que alimenta por ejemplo el Sistema Cutzamala en la Ciudad de México, pues también están reduciendo su capacidad. Tiene que ver también con el cambio climático, en fin, el fenómeno del Niño, son muchos factores”.
Indicó que el gobierno tiene que ir cambiando la tubería que data de los años 40, 50 y 60, sembrar árboles, crear sistemas en la Sierra Norte que permitan captar el agua, replantear el sistema constructivo de la ciudad que todas las casas que se reconstruyan nuevamente tengan sistemas para captar el agua de lluvia.
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“Hay que seguir atendiendo el problema de la basura, hay que convertirlo en una fuerza económica, pues también creo que eso hay, me parece que está encaminado, pero no está resuelto del todo, está obviamente el tema del agua, también creo que sí es necesario crear una cultura. Además de toda las inversiones que se requieren para ir pues cambiando las tuberías, porque una gran parte de la de la fuga del agua del desperdicio del agua viene porque están mal ya las tuberías hay que irlas sustituyendo, hay que tener un programa largo plazo”.
Además, planteó el rescate del espacio público que no se debe privatizar por comerciantes que instalan sus puestos fijos en las calles “sigue habiendo cada vez más puestos en los parques, por ejemplo, en el Llano o en otros parques, en las calles entonces me parece que este esfuerzo que realizó Osvaldo Jarquín al final de su gobierno que intentó resolverlo, pues que no se afloje en el tema” y destacó que el gobernador del estado logró recuperar el zócalo para todos los oaxaqueños.
Otro de los problemas pendientes de resolver, es el bacheo de las calles porque hay muchos riesgos para la gente adulta, los camiones y los coches que sufren muchos desperfectos, el aseo de los espacios públicos, los jardines “ciertos parques están muy sucios, creo que cada una de las áreas del Ayuntamiento había debía ser más vigilada por la autoridad municipal”.
Además, planteó el tema de los mercados, la seguridad de la población, “no creo que vayan a resolver todo, pero ahí está un abanico de temas que debían estar en la prioridad, de quién vaya a ocupar la presidencia municipal”.
Martínez Vásquez pidió a la ciudadanía que “amemos a Oaxaca, que la cuidemos, es nuestra ciudad. Qué bonito cuando podemos caminar por ella, verla floreciente, limpia, hermosa. Es una de las ciudades más bonitas de México eso sí lo puedo asegurar, pero depende de todos, pues los que habitamos la misma pues que se siga conservando e incluso se siga mejorando”.
Explicó que su libro “Oaxaca: ciudad con historia” se puede conseguir en las librerías del Andador Turístico, la Grañén, la editorial 1450 ubicada en la calle de Aurelio Valdivieso enfrente de la Catedral, en El Ático o La Jícara.