*Se inauguró la exposición sobre la vida y obra de Manuel Jiménez en el Museo de las Culturas de Oaxaca, uno de los talladores de madera más prestigiados y cuya obra es reconocida en muchos países por su concentración de belleza, imaginación y maestría
*Los descendientes del artista popular que ha dado renombre a Arrazola y a más de 10 municipios dedicados a la talla de madera explicaron la obra al público asistente
Oaxaca de Juárez, Oax. 16 de agosto de 2024.- La belleza deslumbrante de la obra de Manuel Jiménez Ramírez ilumina el Museo de las Culturas de Oaxaca “Santo Domingo” (MCO) donde este jueves se inauguró la exposición el “Tallador de sueños”, dedicada a la vida y obra de uno de los maestros oaxaqueños más importantes del arte popular de México.
La muestra instalada en el recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) exhibe la poderosa maestría y arte sin igual de la obra del tallador nativo de San Antonio Arrazola, desde su primera talla vendida en 0.5 centavos al norteamericano Arthur Train en 1957.
Train fue fundamental para el tallador, ya que le pidió que pintara sus juguetes de madera de copal cuando el maestro recorría las calles de Oaxaca ofreciendo sus piezas y tomaba agua de las fuentes de cantera de la ciudad. “La fantasía está en el uso del color”.
La muestra comprende este pequeño león, hasta algunas de las obras emblemáticas y deslumbrantes de los herederos de Manuel: sus hijos Isaías y Angélico Jiménez Hernández y de su nieto, Eleuterio Isaías Jiménez Carrillo.
Isaías y Angélico recordaron la vida y el origen de la obra de su padre, quien muy joven recorrió a pie las calles de Oaxaca para vender sus juguetes de madera tocando puerta por puerta. El Tallador de sueños es uno de los artistas populares más importantes del estado y su obra es reconocida en muchos países. Isaías destacó que Manuel abrió la última puerta que le faltaba, la del MCO del INAH, con lo que logró realizar sus sueños.
La obra de Jiménez ha tenido un impacto fundamental en beneficio también de los creadores que realizan las tallas de madera en más de 10 pueblos de Oaxaca, luego de que sus creaciones se popularizaron y alcanzaron fama internacional.
Joel Omar Vázquez Herrera, Director del Centro INAH Oaxaca, explicó la estrecha relación entre el INAH y la familia Jiménez, y narró la vinculación de Manuel con esta institución, ya que trabajó con Alfonso Caso, descubridor de la Tumba 7 de Monte Albán en el centro ceremonial zapoteca, quien además fue el fundador del Instituto que cumple 87 años.
Manuel Jiménez cuidaba las joyas de la Tumba siendo muy joven, porque fue recomendado ampliamente como una persona honrada por un hacendado.
Manuel “imaginaba o empezaba a construir lo que conocemos ahora como las tallas de madera y otras personas más de Arrazola empezaron a trabajar en la Zona Arqueológica. Hay un vínculo profundo con el INAH”. También señaló que Eleuterio Isaías fue el curador de la exposición sobre la vida y obra de su abuelo trabajando en el guion museográfico como parte de su servicio social.
Vásquez Herrera señaló que se seguirán abriendo las puertas del MCO para las expresiones del arte oaxaqueño porque merecen mostrarse en recintos de la importancia del Museo del INAH.
El Director del MCO José Luis Noria Sánchez expresó la importancia de abrir las puertas a los grandes maestros del arte popular de Oaxaca para reconocer la maestría creativa y la poderosa imaginación de los artistas que han dado fama internacional al estado a través de sus creaciones y obras sinigual.
San Antonio Arrazola donde más de 200 familias se dedican a la talla de copal, fue la cuna de Manuel Jiménez Ramírez, un hombre con un poderoso talento e imaginación, con enorme facilidad para la talla de figuras de madera y animales fantásticos. Sus creaciones han llegado a muchos países fascinando a los públicos por la belleza y colorido, con figuras que solamente pueden existir en los sueños más profundos y alegres de los pueblos oaxaqueños, de sus hombres y mujeres, forjados en el trabajo y en el arte.
Manuel contó a sus nietos que vivió mucha pobreza en su niñez, pero sus sueños se convirtieron en realidad gracias a sus figuras de madera de copal de la cual se extraía el incienso prehispánico, la materia prima de estos sueños y fantasías que toman cuerpo gracias a las hábiles manos guiadas por las mentes lúcidas y juguetonas de los hombres y mujeres de esta tierra, descendientes de los antiguos pobladores de Monte Albán, la fabulosa ciudad de los zapotecas.
En la inauguración estuvieron presentes Sara López Ellitsgaard, Presidenta de Amigos del IAGO y del CFMAB A.C. y Francisco Toledo A.C; la diputada y presidenta electa de Santa Cruz Xoxocotlán, Nancy Benítez; el Director del Museo de los Pintores de Oaxaca, Efraín Morales Sánchez, Dolores del Rosario López Vásquez, de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca; Fernando Molina, director del Instituto del Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca y Fray Alejandro Latapí Díaz, padre prior de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán.