Crónicas de la ínsula/ Cuauhtémoc Blas
El Quinto Tianguis Literario, Autónomo y Popular durará tres días, del 12 al 14 de octubre. Hoy inició ante algunos periodistas que atendieron el llamado de los jóvenes organizadores para su inauguración, en el atrio de la Catedral, junto a la calle Independencia de la capital de Oaxaca.
Los organizadores explicaron sus afanes por brindar una alternativa no solo de lectura sino editorial; pequeñas editoriales frente a los grandes corporativos editoriales internacionales, cada vez en menos manos. Citaron el monopolio de la editorial Planeta.
Se habló con espontaneidad, pero también con información crucial, de la agenda 20-30 con la que, no los empleados políticos, sino los verdaderos potentados dueños del mundo deciden las informaciones que se pueden difundir o no en internet, que es el medio a donde los lectores han migrado dejando los libros.
“Qué sentido tiene –se preguntó uno de los presentadores- seguir con estos tianguis literarios cuando se lee menos que antes. Lo tiene –dijo- porque es una forma de dar la batalla por defender nuestra cultura”.
El acto de resistencia que es dicho Tianguis, con sus naturales limitaciones, se ha crecido al castigo, sin dinero público, que si le han regalado los gobiernos de Oaxaca a la FILO de Guillermo Quijas: solo en los últimos dos años más de 75 millones de pesos, informaron en esa conferencia de prensa.
Nosotros sabemos que el Fondo de Cultura Económica le obsequia otros tantos dineros en infraestructura, pues es quien le pone gratis todos los estands que Quijas ha vendido a 17 mil pesos cada uno. Es más, de manera desleal, la Proveedora se pone a vender los mismos libros que las editoriales traen a esa feria.
En estos mismos días se realiza la supuesta Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), aledaña al Tianguis comentado. Supuesta por mínima, cada vez más reducida, sin editoriales internacionales. Feria pueblerina, aunque redituable para una empresa mercenaria de la cultura, La Proveedora Escolar, heredada por Quijas.
No hay espacio para la crítica ni para el debate en la FILO, solo una pequeña, pero exitosa editorial de Oaxaca le hace el juego, una inscrita en la misma dinámica de intereses, aunque de menor envergadura: 1450 ediciones.
Ante la ausencia de grandes editoriales, ya no viene la UNAM ni otras universidades, ni otras editoriales importantes, la editorial de la Proveedora, Almadía, ocupa la mayoría de los estands.
El profesor Ventura, fundador de la Proveedora nos comentó que su negocio era la papelería, que la librería, en su tiempo pequeña, solo era una manera de corresponder a la gente de Oaxaca que lo había favorecido tanto en su negocio. “No es mi giro”, nos dijo.
Un investigador de Villahermosa, Tabasco, escribió que si una tienda se sostenía al lado de las de Walt Mart, solo podía explicarse porque se dedicaba al lavado de dinero, imposible que compitiera con esos emporios que pueden vender a precios mucho más bajos.
Fadanelli y Villoro publican sus buenas obras en editoriales prestigiadas, le dan a publicar a Almadía sus obras menos felices.
Si el gobierno le ha obsequiado a Almadía y la Proveedora 75 millones de pesos solo para sus ferias de libros, hay que revisar cuanto en su versión de facturera han recibido. En el sexenio de Gabino Cué tuvo sus mejores tiempos pecuniarios.
Eso puede explicar el “éxito” de las pequeñas editoriales oaxaqueñas que producen reducidos tirajes de libros, pero cómo ganan.