*La muestra inaugurada en la Casa Rafael Galván ofrece una experiencia inmersiva que parte de la obra del artista plástico, pintor y escultor español, nacido en Segovia, Madrid, en 1969
*Luis Moro se vale de la animación 3D, el video mapping y el uso de otros recursos para dotar a su obra de movimiento
Ángela Anzo Escobar
Tres décadas de exploración e indagación artística se condensan en la muestra GAIA de Luis Moro, exposición inmersiva que se presenta hasta el viernes 14 de abril en la Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La exposición ofrece una mirada única al trabajo del artista plástico, pintor y escultor, nacido en Segovia, Madrid, en 1969, quien evoca a la naturaleza para construir universos vivos, insectos y animalarios que nos conectan con lo primigenio.
Mediante el despliegue de imágenes y objetos animados, el creador logra componer su narrativa, una que apuesta “al gesto mínimo, dispuesto al contacto con las especies o a los sucesos en la estratosfera, una atención constante y comprometida a los medios y las redes”, tal como refiere Nancy Durán Orizaba en la hoja de bienvenida.
En entrevista el artista español, quien cree que los animales son un pretexto para hablar de otras cosas, aunque el universo cuenta una de ellas en cada pequeño ser, señaló que es importante mostrar la vitalidad que se alberga en el caos, el movimiento sin fin y el decurso del tiempo a través de la existencia.
Se presentan al espectador dos videoinstalaciones inmersivas y una escultura: Paraísos elementales, Señales circulares y Anima mundi (Psique), piezas que surgen de su navegación por la plástica, el dibujo y las nuevas tecnologías, tomando a la naturaleza como metáfora de la vida y la transformación.
Con esta exhibición, las salas de la Casa Rafael Galván se convierten en habitáculos de ecosistemas diversos, que van de los océanos y los mares, a la tierra y los trópicos, en una danza sutil que refleja las metamorfosis, los micromundos y la poesía de lo cotidiano.
El visitante podrá adentrarse en el trabajo de Moro, quien piensa al planeta Tierra como un alma para ofrecer vistas únicas de su cartografía animal, esta vez valiéndose de la animación 3D, el videomapping y el uso de otros recursos para dotar a su obra de movimiento.
De este modo, lo orgánico se revela en cada uno de sus trazos y en cada pieza, como resultado de una observación minuciosa que ha llevado a cabo durante años y ha traducido en una figuración de cuerpos, exoesqueletos, artrópodos, aves y otras formas de vida casi microscópicas.
El pronunciamiento de este autor no es solo artístico, sino también político, pues su esfuerzo trasciende la creación para posicionarse frente a la crisis ambiental y ecológica que se vive en todo el mundo, invitándonos así a pensarnos como parte de un ecosistema total al que es necesario proteger.
Luis Moro ha realizado múltiples exposiciones en París, Berlín, Praga, Madrid y México, entre otros lugares. También ha participado en ferias internacionales de arte en Corea, Toronto, Roma y Nueva York. En su haber se encuentra el Premio Castilla y León de las Artes, el Premio Salón Nacional de Valdepeñas y el Tercer Premio Internacional de Jóvenes Artistas Europeos.