Rubén Cortés.
La antorcha encendida por López Obrador para que su hijo sea presidente en 2030, ha sido agarrada también por los jefes de las Familias Murat, de Oaxaca; y Yunes, de Veracruz, para, a través de sus hijos, volver a controlar sus estados en 2027.
Tras afiliarse a Morena, Alejandro Murat tomó la palabra a López Obrador. “Los morenistas que tengan piel delgada, háganse a un lado”, les advirtió a los molestos. O sea, estos que llegan nuevos, van a acabar sacando a los fundadores de Morena.
Y avisan: no importa cuántos años lleves en Morena, compañero, esto es de quien tenga más lana.
Su repentina convicción morenista esconde la intención de su Familia de mantener el poder político en Oaxaca, iniciado por Murat padre desde el PRI: los Murat quieren las candidaturas de Morena en las intermedias.
Con la credencial de Morena y el escaño en el Senado del vástago, la Familia Murat se apresta a partir el pastel de las candidaturas de presidencias municipales y diputaciones locales y federales en Oaxaca para 2027.
Es el plan: con un buen número de alcaldes y legisladores en la bolsa, decidir la sucesión estatal en 2028, por delante del gobernador Salomón Jara, quien se quejó ante la Comisión de Honor y Justicia de Morena, por la aceptación de Murat en el partido.
Mariana Rodríguez Bello, quien encabeza la Comisión de Honor y Justicia de Morena, no responde al reclamo del gobernador, senadores del estado, dirigencia estatal ni del Congreso estatal. No tiene intención, ni siquiera, de valorar el reclamo.
El hijo de López Obrador purificó en Oaxaca al hijo de José Murat; y, en Veracruz, al hijo de Miguel Ángel Yunes. Todo queda entre las cinco o seis Familias que controlan lo que los morenistas llaman “el movimiento”, pero es la finca particular de una sola.
Murat hijo y Yunes hijo están mandando el mensaje de que no les basta contar con inmunidad por haber votado las reformas de López Obrador: ellos van por mantener el poder político en sus estados, que creen que les pertenece por, herencia de sus señores padres.
Es entendible que así piensen, pues las Familias Murat y Yunes hicieron el pacto con la Familia López. Todo queda entre Familias, pues el propio López Obrador tiene a su hijo Andy en la rampa de lanzamiento para que sea presidente en 2030.
Total, que en 2027 Oaxaca y Veracruz dependen del priismo y el panismo que, en el discurso, tanto criticó López Obrador: en esos dos estados, el dueño de Morena no piensa en morenistas de cepa: piensa en el priista Murat, el panista Yunes.
El viejo PRI y el viejo PAN se comen a Morena.
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