Susana Paz
Campeche, Campeche.- (Agencia Informativa Conacyt).- La sustentabilidad considerada como la organización de los ciudadanos y como un poder social frente a los poderes políticos y económicos, no es una utopía, y esto se expresa en una serie de proyectos exitosos que hay en México, según afirmó Víctor Manuel Toledo Manzur, académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Morelia.
El investigador, quien fundó y coordinó la Red de Patrimonio Biocultural, apoyada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), explicó que el concepto de sustentabilidad, desde una perspectiva de la ecología política, muestra que estamos transitando por una crisis de civilización moderna industrial.
“Dentro de la comunidad científica ha surgido una gran discusión y una cantidad enorme de publicaciones sobre el tema de sustentabilidad y sociedad sustentable, ya no hablamos tanto de desarrollo sustentable porque el término ha sido muy cuestionado, me parece entonces oportuno hacer una reflexión de cómo veo este tema al que me he dedicado por muchos años”, afirmó.
Para el experto, desde una perspectiva de la ecología política, hablar de sustentabilidad es referirse obligatoriamente a lo que sucede hoy en el mundo, a la crisis que atraviesa buena parte del planeta y que se puede mirar desde diferentes aristas.
“La ecología política devela una crisis de la civilización moderna. El pensamiento complejo dice que la ciencia hoy en día tiene cada vez menor capacidad de predicción para analizar el mundo, porque su complejidad es cada vez mayor. Por lo tanto se necesitan grupos de investigación multidisciplinarios que tengan una mirada holística; se necesitan enfoques nuevos y participativos”, expuso.
De acuerdo con Toledo Manzur, la mirada histórica muestra que en los últimos 100 años han ocurrido muchos cambios que se conocen en la literatura como “la gran aceleración”, y que refiere cambios en términos de población, demografía y economía, que han provocado un impacto de las sociedades humanas sobre el sistema global natural.
“La civilización moderna tiene dos grandes contradicciones, una social y la otra ecológica. La ecológica tiene su máxima expresión en el cambio climático, que ha sido gradualmente revelado por los científicos. Vivimos además en el peor momento de la inequidad social, como nunca antes está concentrado el poder económico. El planeta es hoy prácticamente uno hecho a la escala de los procesos humanos”, expresó.
Para el científico, el futuro que viene no es viable bajo las condiciones en las que hoy en día el mundo se mueve. Según aseveró, diversos reportes y estudios técnicos internacionales indican que en 2050 el mundo estará poblado por 9 mil millones de seres humanos, será el fin –o casi– de las reservas del petróleo, gas y carbón, y los efectos del cambio climático se acentuarán: deshielo, huracanes, inundaciones, sequías, carencia de agua, aumento de nivel del mar, oscilaciones extremas, etcétera. Además de que prevalecerá una producción limitada de alimentos.
En este panorama, asegura el especialista, han surgido muchas propuestas para superar la crisis de la modernidad. Una “modernidad alternativa” ha surgido a través de las propuestas de ecodesarrollo, en los 70, el desarrollo sustentable, el ecosocialismo, la transmodernidad y la sustentabilidad.
“La sustentabilidad es básicamente una propuesta a la crisis del mundo moderno. Y últimamente han surgido alternativas desde la tradición, como el caso de los países andinos, con el tema del buen vivir, que configura las cosmovisiones andinas, y que fue integrada como parte de las constituciones de Bolivia y Ecuador. La filosofía del buen vivir está prácticamente en todas las cosmovisiones indígenas del mundo; en Chiapas, para los tzeltales, el buen vivir son cuatro cosas: estar en equilibrio con uno mismo, con los otros, con la naturaleza y estar con la inmanencia, es decir, con la divinidad”, explicó.
De esta forma, la sustentabilidad busca superar la crisis de la modernidad, económica, ecológica y social. Propone procesos de restauración, rescate y reconstrucción frente al mundo dañado, a las construcciones de inequidad social y explotación humana, según definió Toledo Manzur.
Actualmente, dijo, la ciencia sobre sustentabilidad y su discusión científica se ha incrementado. Hay alrededor de 90 revistas de sustentabilidad en el mundo. Además de que como respuesta a la crisis del conocimiento han surgido disciplinas híbridas, como la agroecología, historia ambiental, economía ecológica y ecología política. Un análisis bibliométrico de publicaciones en inglés entre 1974 y 2010, ha descrito que la palabra “sustentabilidad” tiene registrados 37 mil autores que publicaron más de 20 mil papers, en 154 países. La mayoría de las publicaciones de sustentabilidad en ciencia proviene de las ciencias sociales, seguida de las ingenierías civiles, mecánicas y químicas, y de la biología.
“El concepto de sustentabilidad ya arraigó en la discusión científica. Hoy en día, hablar de sustentabilidad implica un involucramiento de disciplinas, instituciones y grupos. Una definición ecopolítica de sustentabilidad puede entenderse como el poder social, la autogestión, el capital social, el poder de la sociedad civil, el empoderamiento local y la dignificación social”, consideró.
Con este marco, Víctor Toledo Manzur ha encabezado un estudio en el país sobre experiencias de sustentabilidad, que dio como resultado un libro denominado México, regiones que caminan hacia la sustentabilidad.
Se trató de una revisión en una primera prospección en internet, muy rigurosa, en donde encontraron más de 2 mil casos en municipios. A nivel estatal analizaron cinco casos: Chiapas, Quintana Roo, Oaxaca, Michoacán y Puebla, en donde hallaron más de mil casos, y de ellos escogieron 15 ejemplos emblemáticos.
“La sustentabilidad es fundamentalmente la organización de los ciudadanos; es poder social frente a lo que sucede con los poderes políticos y económicos; y no es una utopía, esto está mostrado por una serie de proyectos exitosos que hay en cinco ciudades; México es uno de los grandes laboratorios de proyectos exitosos de sustentabilidad, que está representado por las cooperativas productoras de café orgánico, por los ejidos forestales, por las cooperativas pesqueras, proyectos de ecoturismo, que son básicamente experiencias hechas por comunidades mestizas o indígenas, cooperativas, etcétera”, comentó.
Estos proyectos alternativos, según la obra, son realizados por diversos conglomerados sociales, surgidos de procesos de resistencia biocultural que comparten rasgos como la democracia participativa, el apoyo de científicos y técnicos comprometidos ambiental y socialmente, y prácticas ecológicas bajo modalidades colectivas de organización, como cooperativas.
Proponen la idea del “reloj de la sustentabilidad”, que son 12 criterios sobre los cuales se generan proyectos exitosos basados en una docena de puntos que van desde el manejo ecológicamente correcto, economía social extraordinaria, autogobierno a través de asambleas comunitarias, entre otros. Para Víctor Toledo Manzur, hay una enorme necesidad de que centros de investigación, científicos y tecnólogos se liguen con todos estos proyectos exitosos.