Yureli Cacho Carranza
México, DF.- Recientemente, la Biblioteca Vasconcelos –adscrita al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta)– en el Distrito Federal inauguró un espacio para contribuir al desarrollo y satisfacción de necesidades educativas, culturales, informativas y recreativas de la comunidad sorda en México.
De acuerdo con datos del último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 5 millones 739 mil 270 personas con discapacidad que hay en la República Mexicana, 12.1 por ciento son sordos.
Por lo anterior, la asociación artística y educativa Seña y Verbo, única en América Latina que promueve la lengua y cultura de los sordos a través de obras de teatro bilingües, al combinar en escena la Lengua de Señas Mexicana (LSM) con el español hablado, y que además de su actividad artística teatral fomenta el respeto a la cultura de los sordos por medio de cursos, asesorías y talleres de divulgación; en conjunto con la Biblioteca Vasconcelos idearon este nuevo e incluyente concepto de poner al servicio de cualquier persona la denominada Sala de Lengua de Señas.
Hasta el momento no existen lugares similares en otros lugares del país, que tengan el propósito de contribuir al bienestar de la población sorda, sobre todo, y con la finalidad de responder a esta importante y natural necesidad social, informaron en entrevista la maestra Lorena Martínez Mier, directora de la asociación civil Seña y Verbo, Educación y Desarrollo; el editor y ensayista Daniel Goldin Halfon, director de la Biblioteca Vasconcelos; así como la lingüista Miroslava Cruz Aldrete.
Qué ofrece la Sala de Lengua de Señas
Aunque es pequeña y de momento tiene insuficientes materiales específicos para sordos, debido a que la producción para este grupo es escasa, “lo importante es empezar”, dijo en conferencia de prensa el director del inmueble, Daniel Goldin Halfon.
El lugar alberga materiales del acervo de la biblioteca traducidos a la LSM, libros en otros idiomas que abordan la cultura de señas o la situación de los sordos, textos para niños, libros sin palabras para que la población sorda aprenda a narrar historias en su propio idioma, videos con diferentes temáticas, cuatro computadoras para realizar consultas, una sala y una mesa de trabajo.
Adicionalmente, ofrece diversos servicios bibliotecarios como lectura en LSM para quien lo solicite, búsqueda y recuperación de información, utilización de recursos electrónicos y semanalmente actividades como cuentacuentos, conferencias, talleres, además de funciones de teatro o cine.
El recinto busca contribuir al acompañamiento en la apertura de espacios y servicios para la comunidad sorda en otras bibliotecas públicas del país, mencionó Goldin Halfon. Por su parte, la maestra en Diseño y Desarrollo en Sistemas Lorena Martínez Mier refirió que esta sala constituye un espacio para que sordos y oyentes aprendan más y sirva para acercar a la comunidad en general a la LSM, y a lo que son las personas con discapacidad auditiva.
Para la atención bibliotecaria en la Sala de Lengua de Señas se ha capacitado a 25 empleados de la Biblioteca Vasconcelos, con un curso de formación en LSM.
Importancia de la lengua de señas
Como reconocimiento a la lengua de señas, la Ley General de las Personas con Discapacidad, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 10 de junio de 2005, que posteriormente se reformó como Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad el 30 de mayo de 2011, acepta a la LSM como una lengua nacional más que forma parte del patrimonio lingüístico tanto de la nación como de la comunidad sorda, por ser tan rica y compleja en gramática y vocabulario como cualquier lengua oral.
Conforme al DOF, la LSM es una serie de signos gestuales que se articulan con las manos y expresiones faciales, mirada intencional o movimiento corporal dotados con una función lingüística.
Según se afirma en un documento del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), la LSM tiene una estructura lingüística e identidad propias. “Para un sordo, la vista y las manos son fundamentales, y si desde pequeños no se les enseña la LSM, no lograrán desarrollar su lenguaje ni las herramientas para comunicarse porque así como aprender a leer y escribir con fluidez en otro idioma es difícil para cualquiera, también lo es para los sordos”, dice el texto, en el cual se cita al maestro de educación especial con especialización en discapacidad auditiva, Mateo Nicolás Mendoza Domínguez.
Datos sobre población sorda en México
Las entidades federativas con mayor porcentaje de población con limitaciones auditivas son Hidalgo (15 por ciento), Nayarit y Tlaxcala (14 por ciento cada una). Por el contrario, Baja California (9.5 por ciento), Durango (nueve por ciento) y Tabasco (8.7 por ciento) son las entidades donde hay menos. En el Distrito Federal hay 62 mil 312 sordos, equivalentes a 12.9 por ciento, según datos del censo del Inegi anteriormente citado.
Las estadísticas también revelan que 13.4 por ciento de la población sorda nace así, mientras que el 25 por ciento se queda sorda debido a alguna enfermedad, nueve por ciento a causa de un accidente, 44.5 por ciento debido a edad avanzada y un 6.5 por ciento responde a otros motivos.
Dada la importancia de estas cifras, el Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad 2014-2018 busca promover la enseñanza de la LSM como primera lengua para los niños sordos durante su educación básica, y garantizar el acceso de la población sorda a la educación pública obligatoria y bilingüe, que comprenda la enseñanza del idioma español y la LSM. Sin embargo, solo 21 de cada 100 sordos de entre tres y 29 años van a la escuela, y en promedio 47 por ciento nada más hasta cuarto grado de primaria.
Además, cerca del 30 por ciento de la población sorda en México no sabe leer ni escribir, por lo que su acceso a un trabajo digno y bien remunerado es muy difícil, de manera que solamente el 29.9 por ciento dicha población es económicamente activa.
La organización cerebral de las lenguas de señas
De acuerdo con Miroslava Cruz Aldrete, doctora en Lingüística por El Colegio de México (Colmex), exbecaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y quien también pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel I, “la organización de las lenguas de señas, desde una perspectiva neurológica, se constituye y estructura de la misma manera en el sistema nervioso central que cualquier otra lengua”.
“Las lenguas naturales pueden tener diferente modalidad, al ser orales o visogestuales. Los oyentes utilizamos el aparato fonador y la audición para comunicarnos; los sordos, en cambio, utilizan las manos, el espacio, los rasgos no manuales y los gestos para expresar su lengua, que es la de señas. Esta, como cualquier lengua natural, tienen las mismas bases neurobiológicas que las lenguas orales”, comentó.
MANOS A LA OBRA
La entrevistada refirió que en el libro Manos a la obra: lengua de señas, comunidad sorda y educación, del cual es coordinadora, algunas investigaciones que giran en torno al estudio de las lenguas de señas, la comunidad sorda y la educación del sordo abordan, entre otros, aspectos sobre la organización cerebral de las lenguas de señas.
La vista y el espacio, fundamentales
El doctor en Neuropsicología Miguel Ángel Villa Rodríguez, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM, explica en la citada obra que las lenguas de señas, como las orales, tienen sistemas lingüísticos estructurales a nivel fonológico, morfológico y sintáctico. Así, las palabras se subdividen en elementos subléxicos o de vocabulario, y las señas se componen de configuraciones manuales, orientación del movimiento y ubicación.
De acuerdo con lo anterior, Cruz Aldrete, quien actualmente es profesora-investigadora en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), puntualizó que las lenguas de señas y las lenguas orales tienen las mismas bases de organización desde un punto de vista neurolingüístico, de secuencialidad y simultaneidad. La diferencia entre ambas es que las lenguas de señas además son espaciales. De ahí que el procesamiento visoespacial sea tan importante.
“Yo como lingüista, al analizar la estructura de ambas lenguas, he encontrado que se organizan de la misma manera. Ambas tienen elementos mínimos sin significado (que son los fonemas) y que al combinarse forman unidades con significado, que son las señas o las palabras. Las señas se combinan formando oraciones, párrafos y discursos. El análisis de las señas nos conduce a entender su complejidad porque en su realización interviene no solo la configuración manual (la forma de la mano), sino dónde se ubica esa mano (en cuerpo del señante, en la otra mano o en el espacio señante); el tipo de movimiento que se hace; o si se realiza algún gesto con la cara. Todo ese conjunto permite que los sordos o los usuarios de las lenguas de señas expresen cualquier mensaje”, explicó.
El doctor Villa Rodríguez refiere en el texto mencionado que en la fonología, las unidades sin significado se combinan para formar otras con significado. En las lenguas orales son unidades acústico/articulatorias; en el caso de las lenguas de señas, los parámetros son la configuración manual, ubicación, dirección, orientación y los rasgos no manuales. Así como en las lenguas orales la sustitución de un elemento puede dar lugar a la formación de una nueva palabra, en las de señas se da lugar para una nueva seña.
Un aspecto más que añade el doctor Villa Rodríguez es que la espacialidad en las lenguas de señas se incorpora por su valor lingüístico y se procesa en las áreas tradicionales del lenguaje, es decir que la activación de áreas auditivas primarias en las personas hablantes se sustituye en los sordos por áreas visuales primarias. Así, en el caso de los sordos o de las personas con discapacidad auditiva, las áreas visuales reemplazan al área de Wernicke –aquella parte del cerebro involucrada en el funcionamiento del lenguaje–, y las áreas motoras se valen de los articuladores manuales en sustitución del aparato fonoarticulador, expone en el libro el especialista.
Lengua de señas, lengua materna
Los autores consultados coinciden en la importancia que tiene para los niños sordos el aprendizaje de la lengua de señas como su primera lengua. La adquisición temprana de cualquier lengua, sea de señas u oral, repercute en la competencia de cualquier otra que se aprenda. La de señas brinda a los sordos la entrada o información adecuada que les permitirá el desarrollo de la capacidad lingüística en el tiempo normal.
Si como establece la Ley General de Personas con Discapacidad, la educación de los niños sordos fuera bilingüe y bicultural (oral y de señas), ellos podrían representar su realidad, construir su entorno, expresar sus necesidades y, sobre todo, formar un vínculo muy sólido de comunicación, señaló Benito Daniel Estrada Aranda, doctor en Psicología y miembro nivel I del SNI.
“Si la comunicación con bebés sordos se establece desde un inicio con lengua de señas, ellos desarrollarán este lenguaje como su lengua materna y su formación será similar a la de los niños oyentes”, indicó el experto.
Proveerle a los niños sordos una educación especial para que aprendan a comunicarse por medio de su lengua de señas y que la familia también desarrolle este lenguaje de manera eficaz para así poder relacionarse mejor, les dará una conexión comunicativa y afectiva para expresar emociones, deseos y resolver conflictos, aseguró el doctor Estrada Aranda. En concordancia con ello, la inauguración de la Sala de Lengua de Señas en la Biblioteca Vasconcelos responde a una importante necesidad y cultura social.
Información sobre la Biblioteca Vasconcelos
Dirección: Eje 1 norte Mosqueta s/n, esquina Aldama, colonia Buenavista, delegación Cuauhtémoc, C. P. 06350. México, DF.
Horario: lunes a domingo de 8:30 a 19:30 h.
Página web: www.bibliotecavasconcelos.gob.mx
Teléfonos: 01 (55) 91 57 28 00, extensión 4001; y 01 (55) 44 50 17 18.
Correos electrónicos: contactobvasconcelos@conaculta.gob.mx, dgoldin@conaculta.gob.mx, senaydesarrollo@gmail.com