México, DF. El presidente Enrique Peña Nieto reconoció que el caso de la llamada casa blanca lastimó e indignó a la sociedad mexicana a la cual, dijo, le ofrezco una sincera disculpa, no obstante, que la conclusión de las investigaciones fue que no existieron conflictos de interés y que el trato entre las partes involucradas fue legal.

El mandatario aceptó que han sido meses difíciles para él y su familia y agradeció la entereza y solidaridad de su esposa Angélica Rivera.

Al concluir la vigésima octava sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el mandatario pidió tiempo para, dijo, referirse a un tema que ha captado particularmente la atención sobre todo a partir del resolutivo que la Secretaría de la Función Pública presentó esta mañana respecto a si hubo o no conflicto de interés que involucraban -indicó- al Presidente de la República.

Peña Nieto señaló que su interés era fijar posición sobre este tema y aseguró que se trató de una exhaustiva investigación donde se demostró que las partes involucradas actuaron plenamente apegadas a la ley.

Ahí mismo, en su gira, se dijo consciente y reconoció que este hecho dio lugar a interpretaciones que lastimaron, e incluso indignaron, a la sociedad y por ello ofreció disculpas.

Apuntó que en ese tiempo ha reflexionado profundamente sobre lo ocurrido. “Estoy plenamente convencido de que en el México actual la conducta del presidente como jefe de Estado y al de todos los que sirven a los mexicanos, además de estar apegada a derecho, debe ser tal que nuestras acciones no generen desconfianza en la población. Nuestra responsabilidad pública se rige por la ley pero también estamos obligados a actuar de tal manera que nuestras acciones no provoquen sospecha ni mala interpretación”.

Refirió entonces que este sistema recientemente creado en materia de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción constituye, aseguró Peña Nieto, un cuerpo normativo sin precedentes.

En ese aspecto, reiteró su más “firme compromiso” de acelerar la puesta en marcha de los mecanismos en esa materia.

Sin embargo, el mandatario admitió también que los mexicanos “hemos ido perdiendo algo fundamental para crecer como sociedad y país: la confianza”.

Ésta se ha perdido, indicó, tanto en los gobiernos locales y federales como en los poderes legislativo y judicial e incluso, añadió, las instituciones públicas y privadas han sufrido un deterioro en la confianza y existe en general una pérdida entre los ciudadanos mismos.

Es momento, planteó el presidente Peña, de iniciar un profundo esfuerzo para recobrar ese valor y estar más unidos que nunca sobre todo en estos tiempos en que el país enfrenta un entorno internacional difícil y complejo.

Apuntó que él personalmente da testimonio de la capacidad de los mexicanos para seguir adelante de los retos más complejos y aseguró que confía en el talento y fortaleza de los habitantes del país.

“Sé muy bien que la confianza no la recuperaremos con discursos sino con acciones concretas” y por ello reiteró su compromiso de trabajar para demostrar que las reformas estructurales aprobadas sí pueden cambiar la vida cotidiana de las familias y que “sí es posible conducirnos con plena transparencia y rendición de cuentas, combatir la corrupción, mejorar la educación, ser una nación productiva y generadora de riquezas y vencer a la delincuencia”.

En suma, planteó el mandatario, “sí es posible construir un México más libre, de igualdad de oportunidades; un México más próspero”.