Monotipos del Dr. Lakra en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca

El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca los invita a la exposición de la obra mas reciente de Dr. Lakra, este viernes 13 de marzo a las 19:00 horas, en Macedonio Alcalá 507. Dr. Lakra (Jerónimo López Ramírez, nacido en 1972, México) es un artista y tatuador con sede en Oaxaca, México. Dr Lakra empezó siendo tatuador en los años 90. Más tarde empieza a transferir estas imágenes de los tatuajes a figuras icónicas de revistas de los años 50 en dibujos y collages. Las llamadas ¨pin-up girls¨, los luchadores, las modelos curvulentas y amas de casa son tatuadas y bañadas en tinta por murciélagos, demonios, arañas, entre otras sombras más.

Dibujar desde la mirada
O del interminable juego de mirar
Alonso Aguilar Orihuela

El objeto o la situación se construyen desde el mirante. No miramos la cosa sino la relación que tenemos con ella. Si cambia la mirada lo mirado también, así que no sólo la construcción sino la propia intervención, el dibujo del objeto en nuestra mente, comienza ahora. En esa dialéctica entre la mirada y la imagen inicia el trabajo de Dr. Lakra.
Durero, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Goya, rock, libros de anatomía, cuentos de los hermanos Grimm, James Ensor, Mad Magazine, más rock, Otto –como aún se puede ver en el cómic El ojo barbón– tiene un ejercicio habilísimo del dibujo, pero sobre todo un agudo sentido de la subversión estética para trastocar el sentido original del objeto-soporte: una revista, una muñeca, la pared rústica en la calle de alguna ciudad, el inmaculado muro de un museo, una biblioteca, y hacer surgir otros significados: lúdicos, inquisidores.

El proceso en el trabajo de Lakra es importante. Y así como dibuja, guarda aquello que considera alguna vez podría utilizar en sus obras: discos de vinilo, libros viejos, huesos humanos, prótesis, pequeños botes de medicina, cualquier cosa que llame su atención y que se encuentra en la calle, en tianguis de distintos países, o que la gente le regala porque al ver una muñeca tuerta o un cuaderno de grabados eróticos japoneses del siglo XVII, lo recuerdan.
Las búsquedas casuales o casi facinerosas que Lakra emprende para conseguir aquello que considera preciso para sus obras, forman parte de la experiencia del artista, de la apropiación y resignificación de los objetos e imágenes hallados, y del asombro del encuentro que nos brinda con sus dibujos, collages, intervenciones, grabados…, que no son sino un autorretrato polisémico extendido en toda su obra.
La imagen llega antes que la narrativa a la obra de Lakra, la composición de la compulsión, y si bien no existe una historia en sus creaciones, cada elemento que las integra soporta al otro en una especie de orden gramatical personalísimo con el cual, paulatinamente, el artista ha creado un lenguaje que se despliega en distintos soportes, y que continúa siendo un discurso líquido donde el dibujo es el motivo para iniciar, para continuar y para definir una pieza. De hecho, esa fasinación de Lakra me hace sentir que mientras platicamos, alrededor mío vuelan demonios chocarreros y, espero, mujeres hermosas.

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