Salvador Flores Durán
Oaxaca.- La casa que data del siglo XVIII y que fuera residencia de un gobernador de Oaxaca, y que alberga al Instituto de Investigaciones en Humanidades presenta graves daños en su estructura, por lo que desde septiembre del año pasado tuvieron sus techos apuntalarla con polines.
Debido a la magnitud de los trabajos de intervención que requiere, están a la espera de que las autoridades universitarias logren obtener recursos para la rehabilitación arquitectónica cuyo costo será de entre seis a siete millones de pesos, informó el director de la institución, José Francisco Ruiz Cervantes.
En entrevista, Ruiz Cervantes explicó que el inmueble catalogado por el INAH y que forma parte del patrimonio de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca empezó a presentar deterioro evidente con la caída de ladrillos desde el 2015 y el desprendimiento de una de las vigas.
La administración de la UABJO envío a personal para revisar el edificio y dictaminaron que las vigas que son parte de la estructura del edificio que desde el siglo XVIII ya era de dos niveles, “nos dijeron que se estaban picando y que no era un mero asunto de estética sino cargaban”, detalló Ruiz Cervantes.
Dijo que las autoridades universitarias realizaron un dictamen y el proyecto de rehabilitación, en tanto apuntalaron con madera las vigas de soporte de los pasillos para evitar un accidente “esto es derivado de que el edificio que tiene más de medio siglo desde su última restauración, no se la había dado seguimiento. Para nosotros estaba bien, lo que detectamos como una falla vimos que era algo más serio”.
El historiador dijo que desde la administración anterior el proyecto de rehabilitación se incluyó en el programa del Fondo de Aportaciones Múltiples para la restauración, sin embargo, en la administración del rector Eduardo Martínez Helmes, les informaron de un comunicado de la SEP en el sentido de que solamente se iba a realizar una obra en la UABJO, debido al primer recorte presupuestal.
Dijo que el proyecto de rehabilitación se incluyó en otro programa y especialistas acudieron a supervisar la situación de la casa de gran valor histórico y arquitectónico, y “estamos a la espera con la nueva administración del rector Eduardo Bautista”.
Informó que sostuvieron una reunión con el Consejo Técnico y hablaron fuimos a hablar con el rector, y entregaron la petición de rehabilitación del inmueble y el proceso en que quedó durante la administración anterior, “nos ha dicho que están a la espera de la autorización de los recursos porque no es una cosa sencilla es de varios millones de pesos”.
Ruiz Cervantes dijo que el Instituto tendrá que cambiarse temporalmente cuando se realicen los trabajos “porque es una obra importante, de envergadura. La propuesta de la dirección y de los investigadores del Instituto es que se le dé un tratamiento pensando en un horizonte de unos 50 años. Es un problema de autorización de recursos porque es una obra que tiene que haber una aportación de carácter federal y estatal”.
Dijo que se trata de una edificación muy importante de la UABJO, que ya está catalogada y que albergó a Humanidades antes de que se formara el Instituto en 84-85, y que a principios de este siglo se hizo una obra para el techo de la planta alta.
La casa ubicada en la calle de Independencia, enfrente del exconvento de San Pablo, fue comprada por la UABJO durante el rectorado de César Mayoral para la división de Humanidades. Después de la salida de Mayoral por el conflicto universitario, se crea el Instituto de Investigaciones en Humanidades en 1985.
“Era una casa habitación particular de una familia oaxaqueña de muchos recursos, por la UABJO no le hemos dado el mantenimiento que se requería, ahora va a ser una intervención muy importante”, explicó.
Destacó que en archivo de Notarías hay un acta de descripción de la casa que data del Siglo XVIII, que la describe de dos plantas, “aquí vivió en el siglo XIX uno de los directores del Instituto de Ciencias y Artes, cuando el Instituto estaba en San Pablo, el padre García Cantarines”.
El 8 de enero de 1827, el Instituto de Ciencias y Artes inició funciones en la casa ubicada en la calle de San Nicolás N°8, hoy avenida Hidalgo 912, justo enfrente del exconvento de San Pablo, en tanto que el doctor en teología, Francisco Martín Cipriano García Cantarines y Mateos, vivía en la actual sede del IIH.
El historiador destacó que en el plano de 1850 de la ciudad que realizó Benito Juárez, quien fuera uno de los discípulos de García Cantarines, se aprecian incluso los perfiles de los frentes de las casas, y aparece este inmueble ya con dos plantas.
La historia de la edificación es larga, pero después pasó a ser propiedad la familia Chapital, y ahí vivió en los años 30 Constantino Chapital, quien fuera gobernador de Oaxaca.
Ruiz Cervantes destaca que el edificio fue hotel, “aquí enfrente salían los autobuses que hacían la corrida de la mañana de Oaxaca a México, y posteriormente fue adquirida por el comerciante Félix Muro y hasta 1984 fue de esa familia. En 1982 se filmó ahí la película “Bajo fuego”, sobre la guerra en Nicaragua.
La casa, dijo el historiador, tiene una gran tradición, “es importante y forma parte del patrimonio universitario, del patrimonio de los oaxaqueños. Tiene las características de la portada de una casa neoclásica que ha venido sufriendo transformaciones, de las casas que eran muy coloniales y que fueron afrancesándose”.
Expuso que cuando fue comprada por la familia Muro realizaron una intervención arquitectónica que incluyó motivos de talavera en los arcos de los pasillos. Los trabajos los realizó un arquitecto de origen español, de una familia transterrada del arquitecto Jordin Ordorika.
“Según sabemos fue el que vino a hacer la remodelación para mantener la parte colonial e introducir aspectos de modernidad, y posteriormente cuando se transformó en Instituto, se ha cambiado el espacio. Donde es la dirección antes era la cocina, se ha ido transformando pero en general manteniendo el espíritu antiguo”, señaló.
Expuso que los últimos trabajos que se realizaron fueron en la rectoría de Francisco Martínez Neri, cuando en el patio trasero se quitó la alberca que no servía de nada y se amplió un espacio para actividades culturales, presentaciones de libros y conciertos.
Además, en ese patio trasero hay un árbol muy alto, que sobresale de los árboles del centro de la ciudad, “es el más grande del centro, una araucaria que tiene más de medio siglo de vida, y se le ha dado tratamiento con apoyo del Jardín Etnobotánico”.
Dijo que el presupuesto está arriba de los seis o siete millones de pesos para la rehabilitación del inmueble, “el rector asumió el compromiso y lo tienen que seguir gestionando. El maestro Bautista nos dijo que le darían seguimiento para que se intervenga”.
Aclaró que la UABJO no cuenta con un fondo para “contingencias de esta naturaleza. La intervención anterior se dio por el temblor de fines de los 90. Se cambiaron vigas en la parte de arriba y una cosas semejante se tiene que hacer abajo”.
El estado de las vigas en los pasillos se puede ver, pero en las oficinas “hay plafón, no sabemos el estado en que estén y ya no se hicieron calas. La estructura es de vigas y ya en función de las nuevas perspectivas arquitectónicas se verá qué hacer, porque ahora son mucho más caras”.
Con graves daños casa histórica que alberga Humanidades; esperan recursos para intervención
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