Salvador Flores Durán
Oaxaca.- El antropólogo Sebastián van Doesburg, afirmó que la supervivencia del Centro Histórico de Oaxaca (CHO), considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad, está supeditada a la solución de los conflictos sociales y políticos, que desde hace más de 30 años provocan graves daños a los edificios históricos.
Advirtió que cuando la ciudad de convierte en el campo de batalla de los conflictos políticos y sociales el resultado es la polarización social, lo que no abona en nada a una solución del problema. Un síntoma de la polarización que vivimos, dijo, es el paro de comerciantes realizado hace unos días.
Dijo que por el conflicto magisterial “estamos matando la economía que genera los fondos que finalmente la Federación debería usar para mejorar la situación educativa de Oaxaca”.
Planteó que la conservación del CHO es muy costosa y depende de los ingresos que llegan a la ciudad capital por concepto de turismo, que es la segunda actividad que más recursos ingresa al municipio después del mercado de la Central de Abasto.
El Director de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp, dijo en entrevista que por los conflictos sociales, políticos, y principalmente con el magisterio, el turismo ya no llega a la ciudad.
“La gente que antes disfrutaba del zócalo un domingo ya no van y los conflicto sociales empiezan a determinar tanto la manera como usamos la ciudad, como la economía de la ciudad misma. Por lo tanto es tan importante que se dé una solución justa y que se atiendan las desigualdades dentro del estado, más allá de los discursos, y es una responsabilidad del gobierno”, señaló.
Investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Miembro del Comité Nacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) a partir de 2010, organismo que regula las ciudades patrimonio cultural de la humanidad, señaló que la supervivencia del CHO está supeditada a la solución de los conflictos sociales y políticos.
“Creo que sí. Una ciudad que no es el escenario de los constantes conflicto sociales al interior del estado puede desarrollarse mejor. Finalmente vemos que los diferentes usuarios de la ciudad reaccionan, la iniciativa privada reacciona, sienten los efectos de los conflictos sociales. El turista no llega a la ciudad. Los conflictos sociales empiezan a determinar tanto la manera como usamos la ciudad, como la economía de la ciudad misma”, explicó.
Cuando la ciudad se vuelve el campo de batalla y escenario de los conflictos políticos y sociales, como ocurre ahora, el resultado es que los diferentes grupos se polarizan, “grupos afectados van por un lado, las posiciones se endurecen y van a los extremos, y creo que la polarización social no es nada bueno para la ciudad. Hay que tender puentes, no hay que apartar y polarizar los diferentes actores frente a la ciudad”.
Sebastián van Doesburg, quien también se desempeñó como profesor-Investigador del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, dijo que vivimos una situación grave porque una ciudad necesita una economía para sustentarse.
“Es una ciudad cara en cuanto a mantenimiento. Si la ciudad se ha podido conservar y muchas casas se han restaurado, es porque hay una economía que permite conservar un Centro Histórico, que es algo caro, y si no permitimos que la economía de la ciudad se desarrolle en tranquilidad, estamos afectando la supervivencia de este patrimonio de todos”, indicó.
Recalcó que la situación económica que vive el centro histórico es muy grave, y que la pasada Guelaguetza estuvo muy por debajo del movimiento económico normal que genera cada año.
Abundó que el conflicto actual es muy grave porque no está limitado al estado, sino que escaló a otras entidades, “es el resultado de no darle la debida atención a problemas añejos que sufre Oaxaca”.
Quien también se desempeñó como investigador en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Centro Oaxaca, planteó que es importante que los problemas se resuelvan de tal forma que todos los grupos puedan reconocerse en las respuestas.
“Los maestros no son los únicos usuarios de la ciudad, está el turista, el inversionista, hoteleros, los de las tienditas, restaurantes, lo que viven en el Centro Histórico, Todos tienen algún interés, tienen parte de la ciudad y cualquier solución tendría que ver los intereses de todos los grupos, y no prevalecer el interés de uno sobre todos los demás”, puntualizó.
Se debe reconocer que la problemática es tal que se llegó a un desbalance y “la ciudad se ha vuelto el escenario de la lucha y de los conflictos sociales, y esto es un uso exclusivo que no permite los otros usos. No permite el desarrollo económico de la ciudad que es una fuente de trabajo para mucha gente”.
Dijo que el paro de empresarios es una señal que está polarizando la situación y que los grupos se están distanciando, “si hay protestas por las protestas ese no es el camino, el camino es una debida atención a la problemática, no estar protestando porque protestan otros”.
Esas reacciones son síntomas que una polarización social y con las posiciones endurecidas no se puede llegar a una buena solución, “es urgente la solución y atender seriamente la problemática social y económica de Oaxaca”.
La declaración de Oaxaca como Patrimonio Cultural de la Humanidad reconoce valores arquitectónicos y culturales que son de interés de todos, explicó, “la Unesco reconoce como una creación humana relevante. No es una medalla, es un reconocimiento de responsabilidad para conservar único, por su creatividad y su historia y que le incumbe conservar para la humanidad porque es de todos”.
Esto quiere decir que la conservación de la ciudad es importante a nivel mundial, como un ejemplo de la creatividad humana, en arquitectura y urbanismo, “desafortunadamente eso solamente funciona cuando la sociedad está de acuerdo que eso es un valor”, reconoció.
Dijo que muchos oaxaqueños reconocen estos valores de la Ciudad “pero solamente funciona cuando la sociedad está en esta coherencia, involucrada, y lo que vemos es que hay dos valores diferentes valores encontrados. Tenemos una problemática social muy fuerte y complicada en Oaxaca, donde hay una gran desigualdad económica, discriminación cultural, una serie de problemas de tipo económico y cultural que necesitan resolverse y es un reclamo de alguna forma justa. Además, tenemos una gran desigualdad y una falta de oportunidades y entonces se entiende que valores tan abstractos como el Centro Histórico pasan a segundo nivel y las necesidades sociales se hacen más apremiantes”.
“Creo que es absolutamente necesario que se dé la atención debida a la cuestión social para poder tener un contexto en el que puede ocurrir el cuidado del patrimonio. Si no resolvemos primero las cuestiones sociales, pensar que vamos a poder tener un ambiente en el que podamos tener una conservación idónea del Centro Histórico es un poco ingenuo”.
Dijo que las necesidades sociales son mucho más apremiantes pero es responsabilidad del gobierno resolver el conflicto, “los maestros son sus empleados y tendrían la responsabilidad de encausar el conflicto de manera pacífica, buscar el diálogo, puentes, la cordura. Respetar los diferentes derechos de los diferentes usuarios de la ciudad”.
“No me sorprende que si no damos la debida atención a la situación social y económica no podemos hablar de un tema más abstracto como al conservación del centro histórico, pero todos nos necesitamos en esta ciudad. Necesitamos de los maestros, de los hoteleros, de los restauranteros, de las pequeñas tienditas, de vivienda accesible, y si tenemos un conflicto tan complejo como ahorita, todas las necesidades de todos se ven afectadas”, explicó.
Post-doctorado a través de la Organización Neerlandesa para la Investigación Científica, van Doesburg, consideró que “antes de que la gente se desespere hay que encausar esta problemática, pero creo que ya es tarde para darle la atención debida”.
Dijo que se debe llamar a los maestros a cumplir con la misión del magisterio, son los educadores de las nuevas generaciones de oaxaqueños y “creo que su manera de actuar debería justamente mostrar que tienen valores para con la sociedad. Es bien importante que los maestros se den cuenta de que son maestros, tienen una misión dentro de la sociedad, que es enseñar conocimiento pero también formar ciudadanos que saben respetar la naturaleza, el patrimonio histórico, el patrimonio cultural, todo lo que hace grande a México”.
Señaló que toca a cada quien reflexionar si en este momento el magisterio está dando el ejemplo de esa misión, “porque la cuestión social es un aspecto, pero creo que la cuestión humanista, cultural, ecológica, son valores importantes para que México reconozca su grandeza y pueda ir adelante. Los maestros son enseñadores, que nos enseñen cómo hacerlo, ahorita está difícil”.
Van Doesburg señaló que no hay riesgo de que se pierda declaración del CHO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, porque la Unesco no funciona de manera arbitraria, “hay proceso largos, burocráticos y complicados. Hay una preocupación pero no creo que haya ningún peligro de que se retire el reconocimiento”.
Dijo que el INAH, una institución burocrática más preocupada por vigilar las intervenciones en las casas antiguas del CHO no le ha dado importancia a la difusión de los valores de la ciudad, pero también la sociedad y el gobierno tendrían que trabajar en ese aspecto para que las nuevas generaciones reconozcan que “viven en un lugar privilegiado, que representa una historia muy particular y que tiene unos valores más allá de lo local, valores que trascienden y que el lugar representa un valor importante para toda la humanidad pero también para la nación, para el estado y los diferentes grupos que viven en la ciudad”.