* Con sarcasmo y erudición Ibargoyen escribe una novela audaz en su estilo y divertida en su contenido, la historia de un magnate que a la vez es narcotraficante y socio de un empresario televisivo interesado en construir políticos obedientes y cómplices
Pachuca de Soto, Hgo.- Como si no bastara la extensa y minuciosa obra del poeta, narrador y académico mexicano (nacionalidad que abrazó aún al haber nacido en Uruguay) Saúl Ibargoyen, ni a despecho de su incansable tarea de escribir y a su vez formar escritores, en agosto de 2015 publicó su más reciente novela “Todo o nada” que tuvo su presentación en la 29 Feria Universitaria del Libro (FUL 2016), organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, (UAEH), su Patronato y la Secretaría de Cultura federal.
Sediento Ediciones, dentro de su colección Narrativas, ofrece esta nueva novela de Ibargoyen en un volumen de 165 páginas, divididas en 16 capítulos, en las que se narra la suerte de los personajes de una familia de apellido Hudson, cuyos nombres y comportamientos se entremezclan entre el tiempo, la corrupción y la crítica social, a eso que el presentador, poeta y gestor cultural Edgar Paz llamó como capitalismo salvaje, concepto que, agregó, se debe al mismo Ibargoyen desde siempre y que ahora es de cuño común.
Respecto a cómo está construida “Todo y nada”, dijo: “Los diálogos de ‘Todo o nada’ están realizados de un modo no convencional, sólo se entrecomillan y en ningún momento se pierde quién está hablando. Está llena de personajes por todos conocidos; utiliza neologismos que son la síntesis lingüística de las voces del continente, además usa construcciones gramaticales exóticas; es así que los personajes más encumbrados hablan con términos vulgares en tanto que los más ignorantes, aparentemente, hablan al lector con una mixtura de estilos arrabaleros y parrafadas pseudofilosóficas”, expresó Edgar Paz, en su texto de presentación sobre esta obra de Ibargoyen,
Y continuó: “Todo y nada’ es el resultado del discurso construido mediante múltiples narradores, parecido a un coro del teatro griego que sirve de guía para seguir la historia de la familia Hudson, desde el surgimiento del patriarca de la dinastía, John Richard, un gringo que se hace rico como tantos terratenientes, con la explotación de braceros y migrantes, y quien es asesinado por uno de sus peones. Su viuda, con un hijo adolescente llamado Marcial, vende las tierras y cruza la frontera sin destino. Siempre hay fronteras en la obra de Ibargoyen, como para impedir el contacto humano o como un lindero propio y sin acceso para los demás”.
Después de la lectura de su texto en la que describe la trama de la obra, los trasuntos de los hijos y nieto del jerarca, que de una empresa de café transitan al trasiego de cierto “polvillo blanco que potencia y eleva las cualidades de la bebida aromática”, se va revelando una suerte de azar siniestro, y añade: “Saúl juega con nosotros, pero juega también con la verdad establecida acerca del tiempo, ese que hemos dado en llamar ‘tiempo real’ y se apoya en Stephen Hawking para llevarnos a la duda de que “en esta dimensión (la de la novela, aclaro) los tiempos funcionan de otro modo.”
Saúl Ibargoyen, a su vez, al hacer uso de la palabra y agradecer la presentación de Edgar Paz agregó que: “Es la posmodernidad en la que la privacía no existe; el cuerpo humano es una mercancía ¡viva el capitalismo! Hay una crítica en la novela contra el macho capitalista que domina y que quiere cogerse a todo el mundo en términos directos”.
El autor de 86 años de edad comentó haberse inspirado en una frase que leyó en un periódico en 2013, en la que se anunciaba la muerte del magnate argentino Ricardo Fort, de escandalosa vida desmenuzada ampliamente en las revistas de entretenimiento, que se exhibió claramente bisexual, tuvo dos hijos en vientres subrogados; sufrío 27 cirugías y despilfarró fortunas y quien antes de morir declaró: “Tuve todo, hice lo que quise y no aprendí a vivir”, fue ahí donde Ibargoyen exclamó para sí. “Aquí hay una novela”, y el resultado es “Todo o nada”, que el autor presentó en el pabellón internacional Margarita Michelena del Polideportivo Carlos Martínez Balmori de la UAEH.