Oaxaca.- Debido a que la dentición del bebé sucede alrededor de los seis y ocho meses de edad, es importante establecer los hábitos de higiene bucal, incluso antes de la aparición del primer diente, ya que ciertos factores afectan la salud de la dentadura que tendrá en el futuro.
Así lo destacó la coordinadora estatal de Estomatología de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Adelina Piñón López, quien indicó que hay que establecer una rutina de limpieza de la boca a partir de los tres meses de edad; masajear las encías y lengua del bebé con movimientos suaves y circulares, sin profundizar demasiado, dos veces al día utilizando una gasa limpia y húmeda con agua fría, ello con el fin de retirar los restos de leche y evitar su fermentación.
Aseveró la importancia que tiene el cuidado de los primeros dientes de leche, ya que son los encargados de guardar el espacio de los permanentes, la perdida prematura de una pieza dental temporal puede causar movimiento en la dentadura, provocando en el futuro problemas de espacios.
Explicó que la presencia de la dentición primaria tiene un papel fundamental para el corte, triturado, masticación y digestión de los alimentos, favorece el correcto desarrollo de las estructuras maxilofaciales, además que permite al niño pronunciar correctamente cada sonido mientras comienza a hablar.
Al aparecer los primeros dientes se debe utilizar un cepillo dental especial para bebés con una cabeza pequeña y un mango grande, usar pasta con flúor (mineral que ayuda a prevenir la caries dental fortaleciendo el esmalte y haciéndolo más resistente a los ácidos y a las bacterias) la cantidad proporcionada debe ser- del tamaño de un grano de arroz-, ya que darle demasiado puede ocasionar una condición llamada fluorosis, que podría desarrollar manchas blancas en los dientes de adulto.
Cepillar la lengua y los dientitos con suavidad tanto la parte de enfrente como la de atrás, para eliminar las bacterias (no se necesita enjuagarle la boca, debido a que solo se está usando una pequeñísima cantidad de pasta dental), destacó.
Es necesario limpiar su boca después de darle alimentos ricos en carbohidratos (leche y papillas) y especialmente en las noches, ya que al dejarle residuos de comida se pueden generar caries, enfermedad bucodental más común en la población, principalmente en los menores de edad, ya que entre el 60 y 90 por ciento de los escolares la padecen.
La funcionaria detalló que es recomendable visitar al dentista después de que le salgan sus primeros dientes, para hacer una valoración y aplicar barniz de flúor cada tres a seis meses, dependiendo de lo propenso que sea el menor en desarrollar la enfermedad.
Mencionó que entre los factores que incrementan su riesgo se incluyen: un historial de caries en la familia o un mal cuidado dental de la mamá durante el embarazo.
Enfatizó que los alimentos y bebidas dulces (incluyendo la fruta fresca, los frutos secos, los jugos, y comida chatarra como los sándwiches de maní, cacahuate, y mermelada) y las comidas con alto contenido de almidón (como panes, galletas saladas, pasta y pretzels) aunado a la mala o nula limpieza, contribuyen a la aparición de caries y perdidas dentales así como enfermedades en su etapa adulta.
Finalmente subrayó que mantener sano los dientes de leche es un trabajo de los padres, los hábitos correctos de limpieza comienzan en casa, los niños son observadores y aprenden conductas de los tutores, si los adultos mantienen una boca sana le heredarán a sus hijo herramientas que le permitan tener dientes saludables y menos enfermedades en el futuro.