UABJO, en la coyuntura de recuperar el tiempo para la academia

Salvador Flores Durán
Oaxaca.- El Director del Instituto de Investigaciones en Humanidades, Francisco José Ruiz Cervantes, afirmó que en este momento se trata de recuperar el tiempo para lo académico en la UABJO y “en eso estamos, en el estira y afloja sobre qué es lo prioritario, si lo político o lo académico. Lo académico también tiene una dimensión política pero debemos privilegiar lo académico”, consideró.
El historiador señaló que el paso de la Universidad Benito Juárez a UABJO, fue resultado directo del movimiento estudiantil de 1968 y de la voluntad de exrectores que eran entonces funcionarios estatales, y que entendieron que otorgar la autonomía a la Universidad era una medida de distención a la efervescencia política de los años 70.
La UABJO cumple este 24 de agosto 45 años de lograr su autonomía, luego de un periodo de agitación después de la masacre de estudiantes en 1968 en la Ciudad de México, lo que desató demandas estudiantiles de mayor participación y apertura de los órganos de gobiernos de las universidades del país.
En entrevista, Ruiz Cervantes, autor del ensayo “De la UBJ a la UABJO, 1969-1071”, explicó que en esa época el tema de la autonomía fue una demanda de la Federación Estudiantil Oaxaqueña (FEO) que encabezaba el entonces estudiante Raúl Castellanos Hernández, y “es una consecuencia del movimiento del 68 en Oaxaca”.
Con la autonomía se buscaba que la Universidad pudiera autogobernarse, “fue una demanda muy sentida en los años 70 no solo en Oaxaca sino en el resto del país, a tal grado que en 1980 el artículo 3 Constitucional se reforma y se le incorpora una fracción para elevar a rango constitucional la autonomía para las universidades”.
Ruiz Cervantes indicó que los años 70 fueron de mucha movilización en Oaxaca que llevan a una crisis política en 76-77, que provoca la caída del entonces gobernador, Manuel Zárate Aquino, “la perspectiva era que la Universidad se autogobernara en términos educativos y administrativos”.
Con ello, la UABJO se ponía al nivel de otras instituciones de educación superior, a “la vanguardia en cuanto a su organización interna. De entonces a la fecha ha habido cambios, en la ley orgánica, después fue reformada por algunos años y a partir de 1988 los rectores y directores se eligen por el voto universal y secreto y uninominal”.
Destacó que en 1931 el entonces Instituto de Ciencias y Artes, antecedente histórico de la UABJO, se convirtió en el Instituto Autónomo de Ciencias y Artes del Estado, y así se mantiene hasta que se transforma en Universidad.
La lucha por la autonomía, destacó el académico, tenía la influencia del 68 “por lo que ocurrió en los años 60, que los universitarios veían como una manera de defensa ante acciones de fuerza de las diversas instancias de gobierno. Un año antes, en 1970 se había tenido un conflicto interno en el que había sido evidente la participación del gobierno del estado, en la defenestración y la caída del comité directivo que tenía a su cargo la FEO. De alguna manera se veía en lo político que la autonomía era una defensa de la Universidad”.
Ruiz Cervantes recordó que en esos años en México la vida política “no era muy robusta, no había partidos de oposición. La izquierda era totalmente ilegal y la de centro derecha era más bien simbólica. Era la hegemonía del partido de estado, del PRI, no había política en el ámbito de los partidos y se hacía en la universidad”.
“Después del 68 la Universidad se entendía como la “caja de resonancia”, era el término que se usaba entonces, de los movimientos sociales. Estos dos aspectos están presentes como mecanismos de defensa de la Universidad y la modernización hacia lo académico. El tema de la autonomía es histórico”, consideró.
Autor de diversos textos y libros sobre la historia de la UABJO, señaló que en las distintas legislaciones de la Universidad, había una tendencia a abrir los órganos de gobierno “y eso también es el espíritu de la época. Los movimientos después del 68, las experiencias en la UNAM, en Arquitectura, del cogobierno en Economía, la propuesta original de la ley de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que planteaba darle espacios de participación a los estudiantes, eran parte de una tendencia internacional”.
Dijo que después de los años 60 se mantuvieron las había demandas por la ampliación de los espacios de participación, y en los años 70 todos hubo experiencias en las universidades de Puebla, Guerrero, Zacatecas, y Sinaloa, que fueron en esta perspectiva de ampliar la participación en los órganos de gobierno.
Dijo que desde hace unos años algunas voces llaman a repensar el modelo organizativo actual de la UABJO, “de mantener o no esta forma de renovación de los órganos de gobierno”.
El doctor Mario Pérez Jiménez, fue el último rector nombrado por el gobernador del estado, mientras que el fallecido cronista de la Ciudad, Rubén Vasconcelos Beltrán, fue el primer rector seleccionado de una terna propuesta por el Consejo Universitario, luego de que se otorgó la autonomía a la UBJ.
Dijo que la posibilidad de cambiar la forma de elección de las autoridades universitarias “es difícil, pero no imposible. Tendría que ser una discusión serena, sobre si realmente funciona o frente a esto lo que ha habido es el otro exceso, que es la demagogia”.
Las formas de lección de las autoridades, dijo, tienen que ver con la historia de las instituciones “el juego de las fuerzas en su interior, porque en las otras formas de gobierno, como los colegios académicos, se expresa la política de otra amanera, “aquí es muy abierta o en ocasiones hasta muy elemental, muy rupestre”.
“De la otra manera también se cuecen habas. No hay una forma ideal, y aunque la hubiera, tiene que ver que haya concordancia con lo que hace la institución en su conjunto. En este momento lo que se trata es como recuperar el tiempo para lo académico para la UABJO, y en eso estamos, en el estira y afloja sobre qué es lo prioritario, si lo político o lo académico, que también tiene una dimensión política”, recalcó.
Para que la UBJ lograra la autonomía hace 45 años, se conjugaron muchos factores, “se da en el contexto de la época, y hay que valorar el entendimiento de las autoridades locales en ese momento. El hecho de que un exrector de la UBJ, como Fernando Gómez Sandoval fuera gobernador entonces, y como Secretario de Gobierno, Agustín Marques Uribe, también exrector, quien encabezó una marcha en el año 68 en protesta por Tlatelolco”, destacó.
Aunque Víctor Bravo Ahuja, tuxtepecano, era Secretario de Educación Pública, “era mucho más reacio a dar la Autonomía, creo que la sensibilidad partió de las instancias locales”. Aunque Gómez Sandoval ya no daba clases, Marques Uribe impartía cátedra en la escuela preparatoria.
En 1971, cuando está el conflicto de la Autónoma de Nuevo León, por una ley orgánica que a los estudiantes les parecía que lesionaba la autonomía, en Sinaloa también había un movimiento estudiantil en ebullición, al igual que en Puebla, era “una efervescencia que tenía que ver con el contexto nacional del 68, pero también por problemas de las entidades”.
Explicó que los entonces funcionarios “tuvieron la sensibilidad de entender cuál era la situación y entender que no era un planteamiento de ruptura. La autonomía y la paridad en el Consejo Universitario y los Consejos Técnicos, no iba a implicar que se estuviera haciendo la revolución, sino que era algo que podía darle aire, destensar la situaciones que habían en el caso de Oaxaca”, por el conflicto que se había tenido en 1970.
Fue, dijo, un trabajo de cabildeo porque “no todas las instancias del gobierno federal estaban muy abiertos a este tipo de situaciones y eso hay que valorar. Fue una iniciativa del movimiento estudiantil, de la FEO, lo que moderniza la vida y organización de las instancias de gobierno de la UBJ y le da un cambio a la UABJO”.
Ruiz Cervantes recordó que varias universidades del país ya eran autónomas, y no había partidos de oposición real. En ese tiempo, solo existían el desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) el también desaparecido Partido Popular Socialista, y el PAN. “Por eso las cuestiones políticas muy rápidamente caían en las universidades, lo habían sido en el 68 y después en los años 70 en las universidades de provincia. Vino después el tema de la sindicalización de los trabajadores desde la UNAM y de todas las universidades. El Steuabjo se fundó pro 1973 o 74. Hay ese proceso de efervescencia y ebullición”.
La autonomía de las universidades se reconoce a nivel constitucional hasta 1980, como resultado de la reforma política, en la discusión en el Congreso con partidos de oposición, donde ya hay presencia de partidos de izquierda.

libro UABJO

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