¿Eres “meteosensible”?

*Julio Salazar Falfán

Oaxaca, 14 de diciembre de 2017.- En la vida cotidiana las personas bromean asegurando que no necesitan oír a la “chica del clima” porque alguien en la familia es capaz de predecir mejor lo que pasará con el tiempo climático.

Esto debido a que algunas personas comienzan a sentir síntomas por el cambio del tiempo: molestias, dolores y altibajos en el humor, porque su organismo es hipersensible a los cambios atmosféricos, y son muchas más de lo que parece: hasta el 60% de la población podría serlo.
De acuerdo con varias fuentes de información, existen cinco “perfiles bioclimáticos” diferentes, dependiendo de qué genética le haya tocado a cada uno, de qué glándula del organismo sea más activa y de qué hormonas liberen en más cantidad.
Son los siguientes:

El individuo equilibrado. Lógicamente es el idóneo porque, haga el tiempo que haga, no sufre el llamado “estrés meteorológico”. ¿La razón? Que sus hormonas luchan siempre por el equilibrio perfecto y ni siquiera el viento más huracanado o el día más desapacible pueden romperlo. Si no te sueles quejar de cómo te afectan esos cambios repentinos, seguramente te haya tocado en suerte estar en esta minoritaria categoría.

 

El Vagotónico. Suelen serlo aquellos individuos que con los cambios de tiempo, notan un bajón muy acusado en su energía y pierden repentinamente el apetito, sobre todo por la mañana. Ocurre porque las variaciones climatológicas activan el nervio vago (que conecta el cerebro con el resto del cuerpo) y hacen que su organismo fabrique más acetilcolina, hormona que provoca una relajación excesiva.

El Simpaticotónico. En ellos ocurre justo lo contrario que en los anteriores: los cambios de clima y de presión atmosférica hacen que estén en situación de permanente alerta, por lo que se vuelven hiperactivos, tienen un punto de agresividad e incluso sufren insomnio y puede dispararse su tensión. Si se miran al espejo seguramente perciban que tienen las pupilas más dilatadas que de costumbre.

El Serotonínico. Parece ser que ante los cambios climáticos, estas personas ven alterados sus niveles de serotonina. Sí, esta es la hormona de la felicidad pero cuando hace “un tiempo que no toca” provoca que esa hormona se desoriente. Por eso, ellos están especialmente irritables y pueden tener pequeños espasmos musculares, taquicardias y crisis de angustia. Y un dato más: tienen un ansia desmedida por comer carbohidratos.
El Tiroideo. En este caso la hormona tiroidea fabrica grandes cantidades de tiroxina, como ocurre en las personas con hipotiroidismo, y su organismo va acelerado (tiene diarreas, siente mucho calor, sudoración…), tanto si hace frío como si hace calor extremo. Y de nuevo, aparece el mal humor y la agresividad.
Fuente: variables meteorológicas y salud, Biometeorologia y Bioclimatologia Clínica entre otros.

*Lic. en Ciencias Atmosféricas. Universidad Veracruzana

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