Ciudad de México 30 de enero de 2018.- José Eduardo Nolasco Estrada, egresado de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrolló una vacuna específica para prevenir la viruela aviar en pavos —también conocidos como guajolotes— que en pruebas de laboratorio alcanzó una efectividad de 100 por ciento.
Nolasco Estrada, que desarrolló la vacuna como parte de su proyecto de titulación, lamentó que las vacunas disponibles hoy en día no resultan muy eficaces en los pavos, pues están elaboradas a partir de un virus proveniente de las gallinas. ”Estas vacunas se aplican a diferentes especies en la avicultura, incluyendo los pavos, y se ha demostrado que, pese a que se utilizan, la viruela sigue haciéndose presente”.
Cuando un pavo contrae viruela, la enfermedad se expresa de dos formas: la primera es la presentación cutánea, que provoca lesiones proliferativas en la piel, manifestándose en forma de prurito y costras; la segunda es la presentación diftérica, en la que las mismas lesiones se manifiestan en la cavidad oral y en el tracto respiratorio, pudiendo provocar la muerte por asfixia.
Anticuerpos y linfocitos
El primer paso fue realizar la identificación del virus por medio de histopatología y reacción en cadena de la polimerasa, para posteriormente aislar el virus en embriones de pollo, con el objetivo de que al ser replicado en un organismo, el virus se adapte y pierda su capacidad de producir la enfermedad en otro organismo.
“Esta vacuna es de virus vivo atenuado, lo que significa que el virus se replica y ya no produce la enfermedad, pero sí estimula el sistema inmunológico para la producción de anticuerpos y linfocitos T. Es el mismo principio que Edward Jenner utilizó para la viruela en las vacas”, explicó el estudiante.
Una vez producida la vacuna, el siguiente paso fue probar su efectividad en tres grupos de 10 animales infectados cada uno: un primer grupo control, al que no le fue aplicada ninguna vacuna; un segundo grupo tratado con una vacuna comercial, y un tercer grupo al que se le aplicó la vacuna producida durante el proyecto.
Según Nolasco Estrada, lo observado en las pruebas fue que el primer grupo control enfermó de viruela en su totalidad; del segundo grupo, tratado con una vacuna comercial, solo uno de los animales se vio protegido; mientras que en el tercer grupo, el cien por ciento de los animales quedó protegido.
Resaltó que la viruela es una enfermedad complicada, ya que no existe un tratamiento establecido ni un fármaco para curarla. “Las vacunas son profilácticas siempre. Nunca una vacuna puede ser terapéutica”, puntualizó.
Esta vacuna, lograda con asesoría de los doctores Laura Cobos, Lucía Rangel y José Antonio Quintana, de la FMVZ, representa un arma poderosa para la meleagricultura —crianza y explotación del pavo—, pues esta práctica se da principalmente en zonas rurales del país a nivel de traspatio y muchas veces las granjas están fuera del alcance de los programas de sanidad, poniendo en riesgo la fuente de ingreso y de alimento de cientos de familias.
“Creo que es responsabilidad de nosotros como médicos veterinarios salvaguardar el bienestar animal. A veces se critica mucho a la ciencia porque se utilizan animales para la experimentación, pero creo que esto va más allá. Tal vez ocupamos algunos animales, pero si esto puede funcionar y sobre todo ir encaminado a las zonas rurales, está bien, porque finalmente es un apoyo para la gente”.
El siguiente paso del proyecto es lograr que la vacuna llegue a una escala de producción de lotes de más de 100 dosis y atender el problema que tienen los pequeños productores de pavo del país.