Anuncian que se puede ir del PRI Héctor Pablo Ramírez Puga

Oaxaca 14 de febrero de 2018.- Experto en filtrar notas, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva dejó correr la versión de que se va del Partido Revolucionario Institucional (PRI), porque ahí no tiene ninguna posibilidad de crecimiento político.

DESPERTAROAX/Laura Díaz

Quiere ser candidato priista al Senado de la República, porque sabe que es el peldaño previo para buscar la candidatura al gobierno del estado de Oaxaca, pero también lo saben quienes gobiernan el estado, y su candidato y su proyecto de futuro es otro y no HP, como lo nombran coloquialmente sus seguidores.

Mal jugador, Ramírez Puga Leyva le apostó a todo: se anotó como precandidato a gobernador en 2016, sólo para ser el primero en alzarle la mano a Alejandro Murat en un desayuno en una fría mañana de 2015.

Sus amigos —y seguro que él también— pensaron que había negociado la futura candidatura al Senado de la República, pero ahora sabemos que sólo concertó un cargo para su pariente, Alejandro Leyva, quien ahora despacha en la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (Cortv), y otro para Marco Antonio Hernández Cuevas.

Durante la campaña fue un hombre institucional a su partido y a su candidato, jugó limpio y se mantuvo en Leche Industrializada Conasupo (Liconsa), desde donde, ya gobernador Alejandro Murat Hinojosa apoyó con denuedo a la nueva administración.

Presumía que el estado de Oaxaca era la entidad donde más municipios recibían leche a un peso el litro y se le veía un día sí y otro también en alguna región estatal; también repartió leche gratuita en 203 municipios.

Los terremotos de septiembre le sirvieron para publicitarse en las redes sociales, resolviendo casi cualquier problema en Chicapa de Castro, un municipio de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec.

Ahí le agarró el destape de José Antonio Meade Kuribreña como candidato externo de su partido y comenzó a ver su suerte porque él le había apostado al caballo perdedor, a Miguel Ángel Osorio Chong, pero siguió confiando que tendría alguna oportunidad.

Chance que nunca le llegó porque en la Ciudad de México, los atlacomulcos decidieron que en Oaxaca el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) decidiría la primera fórmula al Senado y el PRI la segunda, que debería ser mujer.

La decisión, que no la pudo mover ni Mariana Benítez, a pesar de su evidente cercanía con el candidato presidencial priista, le pudo a HP, quien hizo correr el rumor de que estaba en un privilegiado lugar de una lista plurinominal de su partido.

En esos ires y venires, otro priista, Samuel Gurrión se desesperó y buscó el cobijo del Partido Acción Nacional; renunció a su militancia priista y asegura que los panistas lo harán senador. Puso el ejemplo.

A pocas semanas de la decisión final, Héctor Pablo Ramírez Puga cree saber que tiene las puertas cerradas: para él no hay candidatura para el Senado de la República, ni siquiera para una diputación federal; los guardianes de la puerta negra son muy celosos y muy vengativos.

El cancerbero despacha en Polanco y desde la Fundación Colosio mantiene firme la puerta oaxaqueña para que nadie se cuele por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI; en Oaxaca, otro Murat cuida las puertas del Comité Directivo Estatal priista.

Sin ilusiones, sin esperanza, el hombre que juega y lo hace no muy bien, dejó correr entre sus amigos y quienes cobran en su nómina, que se va del PRI, a ver si alguien reconsidera y le hace un guiño.

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