Francisco Torres
Monterrey, Nuevo León.- “Siempre he sido muy curioso, muy de cuestionar y preguntar todo. Luego se me ocurren ideas y me emociono con ellas”, así se percibe Juan Antonio Doncel de la Colina, doctor en antropología social por la Universidad de La Coruña, pero que radica en México desde 2008 gracias al programa Incorporación de doctores españoles a universidades mexicanas.
Hoy dirige el Centro de Estudios Interculturales del Noreste (CEIN), ubicado en las instalaciones de la Universidad Regiomontana, donde se desarrollan proyectos de investigación multidisciplinarios en temas de interculturalidad, migración y derechos humanos con perspectiva crítica y con formación de recursos humanos.
Si bien hoy dedica la mayor parte de sus investigaciones al estudio de la identidad y la cultura de las minorías en el noreste, el también investigador nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) realizó su tesis estudiando a la Armada Española que, a la par, devendría en el libro Símbolos identitarios y cambio de valores en la Armada: el caso de la base naval de Ferrol.
Dicha publicación comprende la estructura social, las razones que marcan la movilidad de los miembros y los valores que se encuentran en la Armada. Sin embargo, y a pesar del interés que le generó estudiar la milicia, sus horizontes estaban en otro lado.
La interculturalidad, entre las minorías y su identidad
“Llego a México sin la intención específica de estudiar a las comunidades indígenas, pero sí basarme en la interculturalidad. Siempre he sido un defensor de que ser antropólogo no significa necesariamente estudiar indígenas, pero en mi caso surgió por la siguiente cuestión: ‘Si ya estudié a la élite en Ferrol, ¿por qué no estudiar a las minorías en México?’”, relata Doncel de la Colina.
Al llegar a la Universidad Regiomontana y al Centro de Estudios Interculturales del Noreste, en ese entonces bajo la batuta de José Juan Olvera Gudiño, también investigador miembro del SNI, realizó un análisis sobre las comunidades extranjeras en Nuevo León, el cual concluyó con la publicación del libro Once migraciones internacionales, once comunidades extranjeras.
“Encargamos a nuestros becarios y alumnos que hicieran encuestas a personas residiendo en Nuevo León pero que provinieran de un país extranjero, para conocer más a profundidad su situación, su adaptación y cómo sobrellevan su proceso identitario”.
Ahora, el también docente, busca expandir sus horizontes en los estudios interculturales, y planea como siguiente objetivo estudiar más sobre la comunidad y la familia, específicamente sobre la religión.
El estudio de los indígenas como estudio de la ‘mexicanidad’
Es común asociar la interculturalidad con las minorías, debido al estudio de migrantes, extranjeros, la periferia, entre otros, pero fue precisamente el estudio de los indígenas lo que hizo darse cuenta a Juan Antonio Doncel que no necesariamente es así.
“Me sirvió mucho estudiar la cuestión indígena para llegar a la conclusión de que no es un estudio de minorías sino de la ‘mexicanidad’. Puedes observar que no es un problema menor sino que el rechazo a lo indígena del México no indígena, por así decirlo, es un rechazo a sí mismo, a su cultura, a sus raíces”.
Precisamente en su artículo “Identidad étnica de preparatorianos universitarios indígenas en México ante las representaciones mediáticas de ‘lo indígena’”, asegura que “la angustia de lo incompleto se entiende con especial claridad cuando nos referimos a la actitud generalizada de ese sector de la población que en México denominamos como mestizos y opuesto a lo que entendemos por indígena”.
De la investigación a la satisfacción
Las investigaciones dirigidas por Juan Antonio Doncel en el Centro de Estudios Interculturales del Noreste parecen rendir frutos más allá de los resultados técnicos y académicos, algo que el entrevistado percibe en la cotidianidad.
“Suena extraño, pero puedo decir que por primera vez en mi carrera veo que lo que estamos trabajando está dando resultados. Normalmente vemos en las cifras de Conapred que Nuevo León sale muy mal evaluado, pero ahora hay un movimiento de empatía con el indígena, al punto que la gente se lo piensa dos veces antes de caer en el insulto o la discriminación”.
Pero las recomendaciones y estudios que emiten también buscan tener impacto con las autoridades, ya que considera que si los canales de comunicación entre la academia y el gobierno fueran más estrechos, las soluciones a los problemas de la sociedad serían más certeras.
“Muchas veces las decisiones en cuanto a políticas públicas vienen de la ocurrencia, pero si estableciéramos nuevas dinámicas de comunicación, los diagnósticos que hacemos podrían ser útiles para la resolución de problemas”.
El CEIN como formador de investigadores
El Centro de Estudios Interculturales del Noreste, dirigido por Doncel de la Colina, ha conducido múltiples trabajos de investigación, así como diversas publicaciones, pero los resultados que este ha producido van más allá de los textos.
“El CEIN tiene una triple vocación: desarrollar la investigación, cambiar a la sociedad y también el hecho de formar recursos humanos a nivel de licenciatura y posgrado”, comenta el doctor en antropología.
De la misma manera, el hecho de ubicarse en una universidad les permite la detección de alumnos con potencial para la investigación, a quienes invita y en determinado tiempo terminan formando parte de los equipos de investigaciones, becados por Conacyt e impartiendo clases.
“La gente que pasa por aquí adquiere un conocimiento para su vida, aunque no precisamente se dedique a esto, pues por el CEIN han pasado personas que actualmente laboran en empresas, como columnistas, y también en el activismo social”, asegura.