* El teatro creó un vínculo entre ambos, aunque no se conocieron, señala Hernán Lara Zavala
Ciudad de México, a 31 de Mayo de 2018.- Al impartir la conferencia magistral “De Cervantes a Shakespeare, a 400 años”, que se llevó a cabo en el marco de la Feria del Libro y Festival Cultural Librofest Metropolitano 2018, Hernán Lara Zavala, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, explicó cómo el autor de Don Quijote y el creador de Macbeth nunca se conocieron personalmente, pero sí tuvieron momentos donde se influenciaron y nutrieron uno del otro a través de sus obras literarias.
Ante los jóvenes curiosos que asistieron a la charla, Lara Zavala comenzó por explicar cuáles son las diferencias entre un escritor y el otro, con el fin de mostrar las razones de sus estilos narrativos y de sus temáticas: “Uno era muy español, el otro muy inglés; uno provenía de toda la cultura de la contrarreforma, el otro del protestantismo; uno venía del mundo del barroco y el otro del gótico”.
Incluso, explicó el novelista, cuentista, ensayista, editor y catedrático, físicamente eran totalmente diferentes: Cervantes se describe a sí mismo de rostro aguileño, cabello castaño y alegres ojos; el rostro de Shakespeare, por otro lado, ha dado lugar a todo tipo de especulaciones sobre su verdadera identidad”.
A pesar de haber marcado esas diferencias, Hernán Lara Zavala destacó que las vidas de ambos escritores se entrecruzaron azarosamente para que luego cada uno tomara su propio camino, como grandes pilares de la literatura universal.
“Miguel de Cervantes estudió probablemente en el colegio de los jesuitas, donde aprendería algo de retórica y un poco de latín, pero fue en Sevilla donde tuvo su primer deslumbramiento teatral, al presenciar las representaciones de Lope de Rueda. Fue ese mismo amor al teatro lo que aniño a William Shakespeare a tratar de convertirse en actor”, expresó en la Unidad Azcapotzalco de la UAM.
Con esas referencias al teatro, Lara Zavala explicó también que la vida de Shakespeare fue igual de azarosa que la de Cervantes, aunque menos dramática, lo que llevaría a Cervantes a hacer de la novela una forma superior de la literatura, un género capaz de asimilar en su seno a otros géneros, tales como poesía, diálogos dramáticos y críticas a la sociedad de la época.
El académico también detalló que el temperamento literario de Shakespeare, en cambio, era fundamentalmente lírico y fundamentalmente dramático, y que todas sus obras reflejan la feliz combinación de interesantes anécdotas. Él incluyó en su obra todo el talento de sus contemporáneos, dijo, pues su característica fundamental fue su enorme capacidad de comunicación con otras mentes: “Era como cualquier otro hombre, pero también era todos los hombres”.
Finalmente, Hernán Lara Zavala exhortó a los estudiantes de la UAM Azcapotzalco a leer a Miguel de Cervantes y a Shakespeare, para que conozcan por qué es que ambos escritores no son considerados parte de una sola época sino de la eternidad.