Saltillo, Coahuila 13 de junio de 2018.- Paleontólogos del Museo del Desierto (Mude) descubrieron y dieron a conocer un nuevo dinosaurio, encontrado en la región Desierto en el municipio de Ocampo, Coahuila, a raíz del proyecto “Dinosaurios de la Región Desierto de Coahuila” y después de más de ocho años de investigación.
Este hallazgo de los científicos del Mude representa una nueva especie y género de nodosáurido en México y el primer dinosaurio de un grupo de acorazados encontrados y nombrado en nuestro país.
En trabajo conjunto, un equipo de investigadores mexicanos y alemanes del Museo del Desierto, el Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera, el Staatliches Museum für Naturkunde Karlsruhe (Museo Estatal de Karlsruhe) y la Universität Heidelberg (Universidad de Heidelberg), describió y presentó, hasta el momento, al dinosaurio más antiguo encontrado en Coahuila, con relevancia en la paleontología a nivel mundial.
Este descubrimiento fortalece y confirma la notoriedad de Coahuila y México como tierra de dinosaurios, y deja precedentes para continuar con el fomento y desarrollo de investigación paleontológica en el país.
Un nuevo género de nodosaurio
Acantholipan gonzalezi es el primer dinosaurio de la familia Nodosauridae nombrado en México, vivió hace 84 millones de años en costas ubicadas al noroeste de Coahuila en sedimentos correspondientes a la Formación Pen, durante el periodo Cretácico Superior, Santoniano, actualmente ubicada en el municipio de Ocampo, Coahuila, en la región Desierto de la entidad.
“Es un dinosaurio armado, de tipo nodosaurio, es como estos dinosaurios acorazados, solo que a diferencia de los (especímenes de) anquilosaurios que es el más conocido, este no tenía un mazo en la cola. Este dinosaurio fue encontrado en sedimentos marinos, muy probablemente murió en la costa y un huracán o algo por el estilo se lo llevó al mar donde se depositó. Por lo mismo, no contamos con gran parte del esqueleto. Sin embargo, tenemos evidencias que nos ayudan a determinar que es un nuevo género y una nueva especie”, explicó el doctor Héctor Rivera Sylva, jefe e investigador del Departamento de Paleontología del Mude.
Precisó que los estudios determinaron que los fósiles localizados se tratan de un nuevo género de nodosaurio con características de un dinosaurio juvenil, con un peso de poco más de media tonelada y que midió 3.5 metros de largo y, como adulto, pudo alcanzar los cinco o seis metros de largo. Esta especie es el fósil localizado más al sur dentro de este grupo de dinosaurios acorazados que habitaron el subcontinente Laramidia, actualmente Norteamérica Occidental.
Los especialistas del Mude recolectaron el material fósil clave, conocido como holotipo, que se emplea para determinar que este dinosaurio, Acantholipan gonzalezi, representa un nuevo género y especie.
“La ulna, uno de los huesos del antebrazo, nos ayudó a determinar que es un nuevo género, sus características así lo determinaron. Además de que la espina que encontramos no es una espina que podamos encontrar en otros nodosaurios, ya que siempre eran un poco más ‘aplanadas’ y esta vemos que es una espina cónica, que iba, más específicamente, en el dorso del animal”, indicó Rivera Sylva.
El holotipo está constituido por una vértebra dorsal, una vértebra caudal, un fragmento de costilla, el extremo distal de un húmero izquierdo, un cúbito izquierdo, el extremo distal de un fémur izquierdo y una espina osteodérmico torácica distal.
“Las características importantes que tiene son algunas ‘espinas’ que utilizaba para protección, se encontraban cerca del lomo y esto es parte de lo que lo diferencia de otras especies de dinosaurios de otras partes del mundo. Porque no solo habitaban Coahuila, también se han encontrado en Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia. Pero este nodosaurio que estamos dando a conocer es completamente diferente a cualquier otra especie registrada en otra parte del mundo”, puntualizó el maestro en ciencias José Rubén Guzmán Gutiérrez, paleontólogo de vertebrados y colaborador del Mude.
El nombre Acantholipan gonzalezi está formado de la siguiente manera: Acantho proviene de la raíz griega acantos (αγκάθι), que significa espina; lipan, a partir de la tribu apache que habitó esta región del norte de México, y contracción en español de Lépai-Ndé (gente gris). En tanto, el nombre de la especie gonzalezi surge en honor al maestro Arturo González González, director del Museo del Desierto, debido al destacado apoyo e impulso a la investigación, difusión y divulgación del patrimonio paleontológico en México.
Este descubrimiento es resultado de más de ocho años de trabajo; sin embargo, no es el primero que los investigadores localizan en la región, anteriormente el hallazgo del dinosaurio Yehuecauhceratops mudei también fue en la zona de Ocampo, Coahuila.
“Ya teníamos varios años prospectando en Ocampo, de hecho el Yehuecauhceratops mudei se encontró en temporadas anteriores en un rumbo cercano. Ya en esa temporada fuimos a este punto en particular y localizamos estas piezas e hicimos la excavación, obviamente por ser un sedimento más antiguo, ser marino, entre otros aspectos, había pocos elementos que rescatar debido a la inclemencia del tiempo, pero suficientes para determinar la nueva especie y género”, indicó Rivera Sylva.
Los fósiles de este nuevo acorazado se encuentran en la Colección Paleontológica de Coahuila (CPC) con el número de colección CPC 272 del Museo del Desierto, en Saltillo, Coahuila, México.
Confirmación científica internacional
Para lograr el descubrimiento y exhibición de fósiles de un dinosaurio, es necesario años de trabajo minucioso. Después de la localización (que puede tardar años), el proceso de excavación y extracción de los restos es muy detallado y cuidadoso.
“Cuando nosotros ya lo encontramos, excavamos poco a poco y con mucho cuidado, porque podemos no tomar todos los elementos completos y nos quedaríamos con parte del rompecabezas, de por sí está fragmentado y que nos falte, sería imposible. Tenemos que hacerlo con mucho cuidado para hacer la excavación y traernos todo lo necesario. Una excavación puede durar alrededor de un par de semanas”, señaló el paleontólogo Rivera Sylva.
Después de extraer los restos, inicia el proceso de limpieza en el laboratorio, que puede durar meses e incluso, en algunos casos, años.
“Una vez aquí (en el laboratorio), se limpia con percutores, curetas, para que de esta manera quede solamente el hueso y no sedimento que lo cubra y evite ver una característica. La limpieza dura varios meses”, agregó Rivera Sylva.
Con este dinosaurio, a pesar de identificar las características distintivas del nuevo espécimen, los investigadores agregaron un nuevo tipo de estudio llamado filogenia, popularizado en 2016.
“La filogenia es establecer las relaciones de ancestros-descendientes entre un grupo biológico, animales o plantas en general. Con la filogenia podemos establecer también cuáles son las relaciones de parentesco con otras especies o dinosaurios similares, y eso nos da una idea de dónde se ubica dentro del árbol genealógico este grupo de dinosaurios en particular”, explicó el maestro en ciencias Gerardo Carbot Chanona, investigador del Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural de Chiapas.
Carbot Chanona añadió que, con la filogenia, pueden conocer qué tan cercanos son los dinosaurios que estudian a la base del árbol genealógico o en la orilla de las ramas, es decir, si son organismos basales o derivados, determinar puntos de origen y establecer la hipótesis del origen de ese grupo.
“La filogenia nos ayuda a entender su posición en el árbol genealógico del grupo. En este caso, que es un grupo de anquilosaurio, nos ayuda a entender la posición donde se ubica en relación con sus familiares y en el sentido evolutivo. Muchos dinosaurios que se han descrito para México casi no se han usado estudios filogenéticos, se incluye en los trabajos más recientes y nos ayuda a entender la evolución de los dinosaurios en México y da fortaleza a la descripción morfológica que se hace”, puntualizó Carbot Chanona.
Para confirmar que un hallazgo es único e implica un nuevo género o especie de dinosaurio, los paleontólogos realizan una serie de consultas con otros especialistas y bibliografía especializada que titulan “trabajo de gabinete”. Desarrollan un artículo científico con la descripción del hallazgo.
Este proceso puede tarde de seis meses a un año. El escrito se somete a una revista especializada en paleontología a nivel mundial, el artículo es revisado a detalle por evaluadores especialistas que aceptan, rechazan o piden correcciones al artículo antes de su publicación. En el caso de este descubrimiento, el escrito fue enviado a la Revista Suiza de Paleontología (Swiss Journal of Paleontology) y publicado con éxito.
Respecto a la importancia científica de este tipo de descubrimientos, los investigadores coinciden que ayudará a entender un poco más el pasado medioambiental de la Tierra y el endemismo de ciertas especies.
“Esta presencia de un nuevo nodosaurio en el noreste de México, específicamente en Coahuila, nos proporciona una evidencia adicional de que existía un endemismo local en lo que hoy es el estado de Coahuila. Esto ha sido reportado también para otros dinosaurios como el caso del Yehuecauhceratops mudei. Había una serie de situaciones geográficas, que no hemos identificado todavía, pero que aislaban a las poblaciones de dinosaurios que se encontraban en esta región de lo que hoy es Coahuila, y hacía que se diferenciaran de las que se encontraban en otras regiones como los estados del sur del país”, enfatizó Guzmán Gutiérrez.
Los paleontólogos comentaron que, a futuro, buscarán exhibir el nuevo dinosaurio y continuarán con el proyecto “Dinosaurios de la Región Desierto de Coahuila” y tienen planeadas jornadas de trabajo en Ocampo y en lugares cercanos al sureste de Coahuila.
“La idea es presentarlo de manera formal en el Museo del Desierto, no sabemos si va a ser una exposición temporal o permanente, pero la idea es que estos nuevos dinosaurios precisamente han sido resultado del proyecto y el trabajo de paleontólogos mexicanos, de colegas alemanes, es un proyecto en conjunto y no termina aquí, el trabajo y el proyecto continúan. Estamos solicitando apoyo de algunas instituciones para poder continuar con el proyecto, lo más probable es que este mismo año vivamos una temporada de campo”, añadió Guzmán Gutiérrez.
Los paleontólogos subrayaron que este tipo de hallazgos resalta al estado y al país como “Tierra de Dinosaurios” y forma parte del patrimonio que recibirán las próximas generaciones.
“Con este hallazgo confirmamos que México es un país de dinosaurios, no es necesario que pensemos en países o regiones como el sur de África o desiertos de Argentina. Aquí en México tenemos una riqueza paleontológica muy importante, específicamente en el estado de Coahuila. Tenemos esta riqueza paleontológica y vale mucho la pena que la población, los niños y jóvenes se involucren en conocer este patrimonio que es de todos los mexicanos”, resaltó Guzmán Gutiérrez.