Patricia Briseño
Oaxaca. SemMéxico. 20 de mayo.- Ana Tuñón es desde hace unos días una de las muchas madres que en México clama justicia. Su pequeña hija de cuatro meses murió en circunstancias no claras dentro de la guardería número 22 del ISSSTE, ubicada en la capital del estado de Oaxaca.
El dolor de la pérdida de su pequeña hija el pasado 12 de mayo, crece frente a la falta de respuesta de las autoridades del ISSSTE, en especial del delegado en Oaxaca, Marcelino Miranda Añorve, quien podría entorpecer las investigaciones como consecuencia de sus declaraciones inexactas e incluso falsas.
Mi hija no murió en el Hospital Presidente Juárez, como ha declarado, dice; mi niña murió en la guardería. La niña estaba por cumplir dos meses como usuaria del servicio en el área de lactantes. Ana aseguró que la mañana del martes, 12 de mayo, entregó a su hija en excelentes condiciones de salud, como consta en la revisión diaria del escrupuloso filtro de ingreso de la estancia para los servidores públicos federados.
Sin embargo, a la hora de ir a recogerla, “mi bebé se encontraba bajo la ventana abierta, sin ropa, sólo con el pañal, boca abajo y su carita hacia abajo sobre un almohadón ya sin vida, al levantarla su cuerpo estaba rígido, pálido y amoratado”, denunció.
Acompañada de sus familiares más cercanos, Ana Tuñón porta una camiseta blanca en la que se lee: “Hoy fue Romina, mañana puede ser tu hij@”, frente a ella el delegado de la institución no sabe qué decir, no atina, se nota nervioso y se hunde en la silla, mientras madres y padres de familia le reprochan una y otra vez.
Para entonces la proclama que emitió una madre ya es generalizada: Romina es nuestra hija, es de todos, su muerte no será en vano, dicen para luego ahuyentar la tristeza con un prolongado aplauso. Mientras el funcionario guarda silencio y se siente atrapado.
Con voz entrecortada, la joven madre agradeció las muestras de apoyo de las cerca de 200 personas reunidas en el Centro Cultural del ISSSTE donde el delegado de esa institución pretendía con torpeza hablar de los logros de la institución, pero sucedió lo contrario, salieron a la luz las deficiencias burdas que sufre la estancia infantil que desde hace meses opera sin directora por disposición del propio Miranda Añorve, quien presumió un “logro” de su administración: “la compra de un refrigerador para la guardería 22. Dejarían de depender de uno prestado”, dijo.
Y cuando Ana preguntó sobre las causas de la muerte de su hija respondió que las desconocía “al menos de manera oficial”, acotó.
