En un reportaje sobre la industria editorial española aparecido el 25 de octubre en El País y firmado por Josep Massot, se afirma que la pandemia ha incrementado el dominio de los grandes grupos editoriales y que de los 60 títulos más vendidos en la península de enero a agosto de este año, sólo ocho no fueron lanzados por las grandes firmas de España.

El reportaje, que basa sus datos en las cifras de la consultora GFK, la cual realizó un muestreo de ventas reales en librerías de todos tamaños para tener una confiabilidad cercana a 100 por ciento, asegura que, hasta agosto, ha ocurrido una caída de 12 por ciento promedio en la facturación, lo que representa una pérdida de 70 millones de euros hasta el momento.

Uno de los datos más reveladores del estudio es que el costo promedio del libro en España es de 14.07 euros, alrededor de 349 pesos mexicanos, y señala este factor como uno más que ha incidido en la caída de las ventas.

En contraste, la política de bajar los precios que ha mantenido el Fondo de Cultura Económica (FCE) ha evitado que la ineludible caída de las ventas por causa del confinamiento provocado por la pandemia haya causado un mayor deterioro financiero.

Esta situación tiene que ver también con los precios asequibles que el FCE ha considerado prioritarios. Ejemplo de ello es que los 50 títulos más recientes que ha publicado tienen un precio promedio de 126.52 pesos mexicanos, es decir, 5.09 euros aproximadamente, un tercio por debajo de los libros españoles.

Los datos de la industria editorial española reflejan que su apuesta por el incremento del precio unitario no ha dado los resultados que se esperaban, por lo que las cifras de la caída en su facturación continúan su incremento.

El FCE, por lo contrario, ha creado la colección Vientos del Pueblo, que con la publicación de títulos de importantes autores a precios que van de los nueve a los 20 pesos, hace una importante contribución al fomento a la lectura entre la población, por el alcance que tiene con tirajes de 40 mil ejemplares.

Ha reducido, además, los precios de los libros de la Colección Popular y rebajado también los de sus colecciones tradicionales, que en muchos casos son libros de texto para estudiantes de educación media superior, superior y posgrado.

El FCE reitera su empeño de hacer de México una República de Lectores.