*Saquearon y dañaron negocios y edificios públicos durante una marcha, en la que también agredieron a dos periodistas
José Luis Martínez Martínez
Oaxaca 20 de mayo de 2021.- Millones de pesos en daños a bancos, negocios, agencias de automóviles, gasolineras, restaurantes, agresiones a ciudadanos y periodistas, fue el saldo de la marcha realizada este jueves de presuntos normalistas identificados en redes sociales como mercenarios pagados por políticos de Morena y de la Sección 22 del SNTE, con la finalidad de provocar caos y desgobierno previo a las elecciones del 7 de junio.
La marcha fue convocada por la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), en “apoyo” a los normalistas detenidos de la normal rural Mactumactzá de Chiapas.
La marcha fue aprovechada por los grupos radicales de la CENEO identificados con las corrientes subversivas de la Sección 22 como la UTE y vinculados con políticos de Morena y se inició con el secuestro de autobuses, saqueo a negocios y camiones repartidores, daños a sucursales bancarias, distribuidoras automotrices, cadenas de conveniencia, la casa oficial, el teatro Juárez y restaurantes ubicados en el zócalo.
En la marcha, que salió del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO) al zócalo, los participantes no sólo causaron actos de vandalismo, sino que también agredieron a los periodistas de la agencia Quadratín, Pedro Luis Jerónimo y Ernesto Rojas Ayuzo.
“A la altura de la zona militar, cuando marchaban hacia el zócalo, el grupo arremetió para agredir a nuestro compañero Luis Jerónimo. Una mujer, vestida de negro y prácticamente enloquecida, incitaba a los violentos a despojarle de sus objetos”, denunció la agencia.
Los normalistas saquearon la gasolinera Bautista, donde además destrozaron las bombas del combustible, y en la distribuidora automotriz de Volkswagen dañaron varios automóviles de muestra, vandalizaron la sucursal de Banorte y la cadena de Elektra, así como las motonetas repartidoras de comida rápida.
También realizaron pintas y destrozos en el teatro Juárez y la casa oficial del gobernador Alejandro Murat, y causaron daños a los maceteros y mobiliario de los restaurantes del zócalo, por lo que varios negocios cerraron sus puertas ante el temor de ser agredidos o sufrir actos vandálicos.