Como una mujer inteligente, de palabra y de palabras, de escritura fácil, que sabía contar la historia en sus historias, virtuosa, empática, de una gran carcajada, así fue recordada Almudena Grandes entre los participantes de la mesa “Tus historias vivirán para siempre. Homenaje a Almudena Grandes”, organizada por Grupo Planeta en el marco de la FIL Guadalajara 2021, donde se dieron cita sus lectores, medios de comunicación y, principalmente, el agradecimiento por tantas obras, tanta historia, tantas palabras y libros que nos acompañarán por siempre.
Benito Taibo, su amigo por varias décadas, recordó cómo fue el primer acercamiento a su literatura con Las edades de Lulú (La Sonrisa Vertical, Tusquets), libro que lo sonrojaba. Poco después llegó lo inevitable: la amistad, porque ambos estaban convencidos de las mismas cosas, con pensamientos afines. Habló de sus memorias más fuertes con Almudena, a quien recordó como una persona llena de virtudes: escribir fácil, que en realidad es lo más difícil y a ella se le daba, gracias a su habilidad para jugar con las palabras al tiempo que recuperaba la memoria histórica con el fin de no olvidar los acontecimientos importantes de España, como la Guerra Civil. Taibo pidió a los asistentes rememorar a su amiga siempre, “para que las nuevas generaciones se sonrojen, como me sonrojo ahora”.
En su intervención, Ángeles Mastretta declaró: “Fui amiga de ella una tarde y una noche, porque nos encontramos una vez en la vida, porque Joaquín Sabina nos invitó a comer en su casa. Lo lamento pero también lo celebro”. Acto seguido, leyó un texto donde la propia Almudena reflejaba su forma de escribir y ser, sus manías, gustos e intereses. Mastretta destacó la “tremenda inteligencia, alegre, sensible, muy lúcida” que Grandes puso en sus libros, y expresó: “Pensemos mucho, hablemos mucho. Gracias Almudena, por tantas ideas”.
Carlos Puig, por otro lado, habló de una experiencia que lo marcó. Al terminar una de las entrevistas que le realizó a Almudena Grandes, esta le preguntó: “¿Cuándo llegaron los Puig a México?”, entre otras interrogantes relacionadas con la familia de él, que no dejó España, que siguió viviendo las atrocidades de ese país. A raíz de ello, para entender lo sucedido, Puig se convirtió en lector de Almudena. Se acercó, entonces, a la saga Episodios de una Guerra Interminable: Inés y la alegría (2012), El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2014), Los pacientes del doctor García (2017), La madre de Frankenstein (2020).
Por su parte, Gabriela Warkentin recordó una entrevista realizada a Grandes en 2017, en una mañana de gran afluencia de jóvenes, que intervenían sin mesura en las entrevistas. Ese día Almudena terminó platicando con ellos, junto con Gabriela, y cautivó a más de uno con su sonrisa. Warkentin pidió leer a la homenajeada para recordarla y no olvidar su generosidad. “Era una mujer que podía confrontar de otra manera distinta, sin perder la sonrisa”.
Al final del homenaje se escuchó la canción Noches de boda, de Joaquín Sabina, luego de lo cual los asistentes brindaron un fuerte aplauso en honor de Almudena Grandes.