*En el proceso educativo es fundamental el acompañamiento de las y los colaboradores del IEEA
Con los primeros rayos del sol, doña Josefina Hermelinda Herrera comienza las actividades diarias, a sus 80 años de edad realiza las labores del hogar, el campo y estudia la primaria en el Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA).
Vive con su esposo y nieto en Arrazola, Xoxocotlán, a tan sólo 15 minutos de la ciudad; durante toda su vida ha trabajado en el campo en la siembra de cacahuate, tomate, maíz y frijol, en sus diversas variedades.
Una soleada mañana, la Enlace Micro Regional, Guadalupe Álvarez López, fue a buscarla para verificar su avance académico, pero la educando no estaba en casa, pero los vecinos la habían visto salir rumbo a sus terrenos.
Doña Jose se encontraba entre las matas de frijol cortando las vainas maduras, al ver llegar a la colaboradora del Instituto, con una sonrisa y un abrazo, le dio la bienvenida, para contarle que en una de las clases aprendió a hacer abono orgánico.
“La maestra Lupita, mi asesora, nos enseña muy bien, como sabe que trabajo en el campo me trae libros que me sirven mucho, leímos una receta para hacer abono, donde cualquier basurita o yerba se junta con aserrín, se le pone agua y a los 20 días se utiliza en los terrenos para que crezcan mejor las plantas, sin químicos”, dijo la educando.
Relató que inició sus estudios en el IEEA porque tenía la necesidad de saber cuánto invertía en la siembra y las ganancias que obtenía, para poder administrar mejor sus ahorros.Ahora que está estudiando la primaria, anota cada uno de los gastosque realiza desde que inicia la siembra hasta que se vende la cosecha.
“Si ocupoyuntero, o meto el tractor, anoto lo que pago, también lo que cuestan las semillas, porque cuando junto el dinero de la venta de frijol o maíz, al restarlo con los gastos me doy cuenta de lo que tuve de ganancia. Me gusta estudiar porque todo lo que aprendo en los libros me sirve mucho”, aseguró.
La señora Josefina acude a las asesorías en la Agencia Municipal de Arrazolalos sábados por la mañana y domingos en la tarde, pero todos los días dedica unas horas al estudio. “Me levanto temprano, hago mi desayuno y con mi esposo nos venimos al campo a cortarfrijolón, regresando caliento la comida y nos sentamos aalmorzar, cuando hace mucho calor me pongo a hacer mi tarea y a leer”.
Después de una agradable plática, educando y colaboradora del IEEA se despiden con un“hasta luego”, ya que el próximo sábado se volverán a encontrar para resolver las dudas que surjan al revisar los libros.
En tanto, Guadalupe siguió con las visitas domiciliarias, ya que ella es pieza clave en el proceso educativo de jóvenes y adultos de Arrazola, San Javier y la Colonia “Tres de octubre”. Como enlace Micro Regional conoce todo el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, las costumbres y las actividades productivas.
Mantiene constante comunicación con las encargadas de los programas sociales, integrantes de comités de barrios, autoridades municipales y organizaciones de artesanos, con lo que ha logrado la confianza de los habitantes cuando acude a ofrecer los servicios de alfabetización, primaria y secundaria.
Tiene a su cargo la supervisión de 16 Círculos de Estudio, a los que integra nuevos educandos, a quienes provee de libros y material educativo. Tanto asesoras como las personas que están estudiando se han encariñado con ella, la invitan a sus fiestas familiares, le cuentan sus problemas, sus logros y le piden consejos.
Con más de doce años trabajando en el IEEA, realiza diversas actividades para motivar a jóvenes y adultos a continuar con sus estudios básicos. “Tengo un buen equipo de asesores que andamos por las calles incorporando, o la misma gente nos recomienda entre sus conocidos. Para ganarse la confianza de las personas es necesario ir a sus casas, involucrarse con sus costumbres, con su forma de trabajar, estar con ellos, asistir a sus fiestas familiares”, afirmó Guadalupe.
Con emoción expresó que el amor que le tiene a su trabajo se ve reflejado en el cariño de sus educandos,en su mayoría mujeres que se dedican a la limpieza, lavado y planchado de ropa en casas particulares, artesanas de alebrijes o campesinas, que estudiando por las tardes o fines de semana están en proceso de salir del rezago educativo.
Con 80 años de edad, doña Josefina adquiere conocimientos que aplica en la siembra y la cosecha
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