*Tradición oaxaqueña para iniciar el año nuevo con prosperidad
Salvador Flores Durán
Oaxaca de Juárez, 27 de diciembre de 2023.- Los buñuelos oaxaqueños son una delicia que surgió de la tradición de una familia integrada por 15 hermanas dedicadas a la elaboración de dulces regionales y empanaditas, en el antiguo barrio de Jalatlaco de la capital oaxaqueña.
@cronicadeoaxaca A romper los platos de los buñuelos *Tradición oaxaqueña para iniciar el año nuevo con prosperidad Salvador Flores Durán *Tradición oaxaqueña para iniciar el año nuevo con prosperidad Salvador Flores Durán Oaxaca de Juárez, 27 de diciembre de 2023.- Los buñuelos oaxaqueños son una delicia que surgió de la tradición de una familia integrada por 15 hermanas dedicadas a la elaboración de dulces regionales y empanaditas, en el antiguo barrio de Jalatlaco de la capital oaxaqueña. Doña Ana María Morales Vasconcelos dice que desde hace 57 años su madre vendía buñuelos en la temporada de Navidad y Año Nuevo, y nos relata los orígenes y de cómo surgió la tradición de romper los platos después de comer este postre oaxaqueño, que han disfrutado miles de personas desde hace muchos años. La tradición de romper el plato en que se sirven los buñuelos nació como un acto en memoria de las personas que murieron durante una epidemia de cólera en Oaxaca. En sus mejores tiempos las calles se llenaban de una gran cantidad de fragmentos de platos de barro, rotos por quienes disfrutaban esta delicia salpicada o remojada en dulce de piloncillo o de jarabe elaborado con azúcar de color carmín. Aunque con el tiempo la venta a disminuido, la tradición persiste, a pesar también de que solamente quedan tres de las 15 hermanas, quienes mantienen viva la elaboración de estos deliciosos dulces. Recuerdo que de niño, mi abuela Josefina me llevaba los domingos después de la misa en la Catedral o en la iglesia de La Consolación, a los puestos de buñuelos. Eran mi premio por portarme bien toda la semana. Caminábamos agarrados de la mano por las calles del centro de Oaxaca y ahora, cada vez que pruebo los buñuelos no puedo evitar los recuerdos de mi abuela y la nostalgia por esos tiempos felices y dulces de diciembre, de comer buñuelos.
Doña Ana María Morales Vasconcelos dice que desde hace 57 años su madre vendía buñuelos en la temporada de Navidad y Año Nuevo, y nos relata los orígenes y de cómo surgió la tradición de romper los platos después de comer este postre oaxaqueño, que han disfrutado miles de personas desde hace muchos años.
La tradición de romper el plato en que se sirven los buñuelos nació como un acto en memoria de las personas que murieron durante una epidemia de cólera en Oaxaca.
En sus mejores tiempos las calles se llenaban de una gran cantidad de fragmentos de platos de barro, rotos por quienes disfrutaban esta delicia salpicada o remojada en dulce de piloncillo o de jarabe elaborado con azúcar de color carmín.
Aunque con el tiempo las ventas han disminuido, la tradición persiste, a pesar también de que solamente quedan tres de las 15 hermanas, quienes mantienen viva la elaboración de este delicioso platillo.
Recuerdo que, de niño, mi abuela Josefina me llevaba los domingos después de la misa en la Catedral o en la iglesia de La Consolación, a los puestos de buñuelos. Eran mi premio por portarme bien toda la semana. Caminábamos agarrados de la mano por las calles del centro de Oaxaca y ahora, cada vez que los pruebo no puedo evitar recordar a mi abuela y la nostalgia por esos tiempos felices y dulces de diciembre, de comer buñuelos.