Salvador Flores Durán
Oaxaca.- Comerciantes del Quiosco en el zócalo de Oaxaca están a punto de quebrar debido a la caída de sus ventas por el plantón magisterial y la venta de alimentos de organizaciones aliadas de la Sección 22, y señalaron que cuando han querido salir a vender a fuera de sus locales, grupos de choque los han amenazado con usar la violencia, por lo que enfrenta una competencia desleal.
El deterioro de lugar es evidente ya que desde hace más de 20 años no se han realizado trabajos para rehabilitarlo, por lo que prácticamente todos los locales tienen filtraciones de agua y humedad.
En tanto, al menos cinco locales están clausurados por el municipio capitalinodesde hace cuatro meses y muchos otros no abren normalmente, solamente por ratos, debido a que los comerciantes tienen que trabajar en otras cosas ante la caída de las ventas.
Roberto Hernández Ramos, quien fuera representante de la Unión del Pequeño Comercio del Quiosco, la cual desapareció, explicó que son 26 socios y 37 casetas en ese lugar que se creó hace más de 60 años.
Dijo que el plantón magisterial “nos afecta porque las organizaciones se han apoderado del movimiento y tienen muchos puestos de comida expendiendo alrededor del Zócalo, y los clientes piensan que no estamos trabajando, la gente no nos ve” en el pasaje Alberto Canseco Ruiz, como oficialmente se llama el corredor comercial ubicado debajo de quiosco.
En entrevista, explicó que desde el 15 de mayo cuando se instaló el plantón magisterial, han tenido graves problemas “han caído un 90 por ciento las ventas, de 50 a 60 tortas que vendíamos diario ahora vendemos solamente 15 o 20, se ha reducido drásticamente las ventas y tenemos que pagar la luz, impuestos. Hay muchos gastos y el gobierno no nos considera para ningún apoyo”.
Hernández Ramos dijo que los comerciantes se han desesperado y no abren sus locales, “están en otras actividades para tener ingresos, para ver la forma de sobrevivir, de subsistir en estos momentos tan difíciles y poder solventar los gastos”.
Explicó que con este conflicto han tenido problemas para pagar sus impuestos, “el hecho es de que no hay ventas, la luz se tiene que pagar y tenemos el consumo de refrigeradores, de planchas para calentar las tortas. Como mínimo pagamos de tres mil a cuatro mil pesos al mes y no tenemos entradas”.
Dijo que los comerciantes solo abren por ratos, sacan su mercancía y la van a vender por otro lado porque no hay condiciones en el interior para vender.
Señaló que las malas condiciones del lugar se deben también a daños que se ocasionaron durante el conflicto del 2006 y actualmente, “las manifestaciones han provocado muchos daños al quiosco. Piensan que con dañar en el quiosco le va a interesar al gobierno, y eso no es así a los únicos que nos afectan es a la ciudadanía y a quienes trabajamos aquí”.
El lugar presenta filtraciones, daños, humedad, malas condiciones en general y “necesitamos impermeabilizaciones para que no haya escurrimientos en el tiempo de lluvia y una buena pintada, que nos dé permiso porque regula INAH y el gobierno municipal”.
Recordó que en el gobierno de Ulises Ruiz se hizo un proyecto para rehabilitar el quiosco de manera integral, pero por el conflicto ya no se invirtió nada.
De la pintura, explicó que empresas como Coca Cola pintan los plafones y los locales, pero “con las lluvias no duran mucho porque se botan, hay escurrimientos por todo el quiosco y en todos los locales”.
Además, de que la gente se queja mucho de los sanitarios porque son insalubres y muy pequeños y que no se les da el mantenimiento.
Hernández Ramos pidió al gobierno municipal que tengan un poco de consideración y que les den una condonación de impuestos, “porque estamos muy atorados, y al gobierno estatal que nos brinde un apoyo económico, pero que no sean créditos porque tenemos muchas deudas, y con más créditos vamos a tronar”.
Roberto recordó que heredó el local de su padre, quien fue uno de los fundadores del lugar, y lleva 30 años trabajando ahí.
El quiosco del zócalo de Oaxaca, de estilo art nouveau, fu construido en 1901 y sustituyó a una estatua de don Benito Juárez y en 1967 se construyeron los locales comerciales y los baños públicos en su interior, para dar alojamiento a los comerciantes y liberar los cuatro portales donde tenían ubicadas sus casetas.
Señaló que “en condiciones normales si nos va bien, la gente viene, cambia todo”.