Salvador Flores Durán

Oaxaca.- El Investigador del posgrado de la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo de la UABJO, Carlos Ramírez Montes, señaló que la parte sur del Centro Histórico de Oaxaca es el que presenta los daños más graves y el mayor deterioro por el abandono de las autoridades, que han dado preferencia a la parte norte, a la cual se la ha sobreexplotado turísticamente.

En entrevista, el académico de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), dijo que es urgente que se conserven las fuentes públicas que aún quedan en la ciudad, ya que la gran mayoría de ellas se han perdido, a pesar de que son vestigios históricos muy importantes que datan de la época de la construcción del Exconvento de Santo Domingo de Guzmán.

Ramírez Montes, autor del libro “Arquitectura religiosa en el centro histórico de Oaxaca de Juárez”, reveló que hay muchos edificios que sobrepasan los tres niveles y que afectan la imagen y el paisaje de la ciudad, y añadió que están por concluir el estudio que duró cinco años de las más de cuatro mil fachadas de todas las edificaciones del Centro Histórico, incluidos mil 600 monumentos históricos. El estudio que está por concluirse permitirá cuantificar la pérdida de las edificaciones históricas.

El maestro de tiempo completo de la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo, dijo que el principal daño que sufren las edificaciones en la parte sur del Centro Histórico es el abandono por parte de los propietarios y de las autoridades.

El abandono y el deterioro se registra a partir de la avenida de Independencia, “como que partiendo de esa avenida que parte a la ciudad, incluso cambian los nombres del norte al sur. Las autoridades han trabajado en la parte norte: se intervino el jardín Conzatti, el Llano, el Pañuelito, algunos edificios de ese lado, Santo Domingo, y están haciendo los andadores y otras vialidades. Intervinieron en la parte de la Cruz de Piedra, pero en el sur no han hecho nada”.

Dijo que esto es por las políticas gubernamentales y el interés turístico, “vende más Santo Domingo que la parte sur, venden más los Arquitos de Xochimilco, el Andador Turístico, aunque pudiera hacerse en la parte sur un desarrollo similar, y lo único que se ha trabajado es en la plazuela que intervinieron en el templo de San Francisco”.

El sur, recalcó, “está abandonado, no hay proyectos para esa parte del Centro Histórico. Las autoridades consideran que no es tan valiosa, no podría saber por qué. Supongo que tienen sus argumentos pero lo que vemos es que está abandonada”.

Ramírez Montes destacó que en esa parte hay muchos edificios importantes, especialmente de arquitectura religiosa, como Los Siete Príncipes, la Iglesia de la Defensa, la Compañía, La Trinidad, La Merced, Consolación, “una gran cantidad de arquitectura religiosa. Podemos suponer que es por la cuestión comercial que vende más la parte norte pensando en un aspecto turístico”.

Dijo que para promover el turismo, una de las principales actividades económicas de la capital, “no es dónde quiere ir el turismo, sino dónde lo queremos llevar. Siempre lo hemos llevado a Santo Domingo, pero en el sur ese conjunto de templos tienen mucho valor. Todo se ha enfocado y se ha vendido y revendido Santo Domingo y se sigue explotando esa parte”.

Experto en arquitectura religiosa dijo que la parte norte se puede seguir “explotando, pero puede ampliarse la oferta turística”. Aclaró que el turismo es un aspecto secundario, “lo importante es la preservación del Centro Histórico en toda su dimensión, no nada más una parte”.

Dijo que los propietarios de los inmuebles de la parte sur tienen que valerse por sí mismos para conservar las edificaciones, para hacer restauraciones, “simplemente para sostener sus bardas y viviendas”.

El arquitecto destacó que otro problema del Centro Histórico son los edificios de cuatro o incluso de cinco niveles “hay que ver cuándo se construyeron, si fue antes de la Ley de Centros Histórico de 1976 pues no hay problema”.
Dijo que los edificios altos deterioran la imagen de los centros histórico, “lo primero que vemos nosotros y los visitantes son las fachadas, y luego el conjunto debe estar en armonía”, además de que debe haber un área de transición con el resto de la ciudad.

Explicó que en Oaxaca las casas tradicionales se construyeron con un patio central y una fuente en el centro pero hay muy pocos estudios sobre estas casas, mientras que muchas de las fuentes públicas que existían fueron destruidas y desaparecieron por la falta de interés de las autoridades para conservarlas como un testimonio histórico de la ciudad.

“Han desaparecido porque ha desaparecido su necesidad, el uso que tenían”. Estas fuentes abastecían a la gente de agua y estaban distribuidas en toda la ciudad, la mayoría eran de cantera verde y actualmente solo quedan unas pocas o vestigios de algunas que se perdieron recientemente como la que se encontraba en la esquina de Colón y avenida Juárez.

Dijo que no se tiene conocimiento de cuántas fuentes había, pero “nos quedan poquitas, parte de las que hay en los parques, en las calles sólo quedan una detrás de San Agustín pegada al convento, otra que queda en la esquina del templo de San Felipe Neri, esa todavía está y todavía tiene agua”.

La caja a donde llegaba el agua traída con el acueducto de San Felipe está todavía en una esquina de la plazuela del Carmen Alto y desde ahí se distribuía a las fuentes, “posiblemente eran todas del siglo XVI, en la época de la construcción de Santo Domingo, porque una de las condiciones para que concluyeran su convento era que apoyaran con la construcción del acueducto para traer el agua a la ciudad”.
“Los dominicos apoyaron, había mucha agua, unas cascadas en Xochimilco. Ahora el mismo acueducto está seccionado por las construcciones, no se respetó”, porque no se hicieron estudios de cómo intervenir el acueducto”, detalló.

De acuerdo con un diagnóstico del Centro Histórico, registra una excesiva concentración de uso comercial, oficinas, restaurantes y hoteles en la zona central, zona más antigua del centro, con mayor costo del suelo.

Además, presenta tendencia al crecimiento de usos mixtos, habitación-comercio y oficinas en las zonas en torno al Centro-Zócalo, a causa de la demanda de espacios comerciales y de vivienda.

También enfrente la concentración de equipamiento regional y municipal, educativo y de salud sobre Periférico, generando gran afluencia de población.

Asimismo, la Central de Abasto y la Terminal de Autobuses han ocasionado deterioro de la imagen urbana y caos vial, al rebasar las instalaciones existentes con invasión de vía pública y anarquía en la señalización comercial.

Entre otros problemas, también enfrenta la disminución del uso habitacional por incremento de uso comercial, mixto, de oficinas y servicios en las zonas centrales y sobre el corredor comercial formado por Periférico y la Calzada Francisco I. Madero, y también deterioro del patrimonio edificado, frecuentemente para especular con el suelo por el alto costo de restauración y rehabilitación.