Redacción.
A partir del dudoso proceso en el que José Antonio Estefan Garfias fue declarado candidato a la gubernatura de Oaxaca por la alianza, en esos días aún constituida por el PRD, el PAN y el PT, las malas noticias no han dejado de llegar, sobre todo para los perredistas.
Y es que luego de la renuncia del senador con licencia Benjamín Robles Montoya a las filas del partido del sol azteca, la desbandada de militantes que han optado seguir los pasos del político oaxaqueño mejor posicionado en las encuestas, no ha cesado.
El Partido del Trabajo decidió abortar esa coalición en la que no le cumplieron con designar al precandidato con más posibilidades de triunfo y acordó con el fortalecido Benjamín Robles hacerlo su abanderado para la contienda del próximo 5 de junio.
Pero ahí no acaban las malas noticias para el pusilánime Agustín Basave, quien al borde del hartazgo ya no sabe para dónde voltear ante la ola de problemas que en todos los estados donde habrá elecciones ha sufrido para definir candidatos y él mismo ha dicho que no tiene ningún peso específico la presidencia del PRD y no es más que un vocero.
Una multitud de militantes inconformes en Oaxaca ha decidido abandonar el partido e incluso candidatos a diputados y concejales municipales se han ido a formar parte de otros institutos políticos, debilitando cada día más la de por sí frágil campaña de Estefan Garfias, que dicho sea de paso nunca terminó por convencer y simplemente no prendió.
A este ritmo, a Estefan le convendría que la elección, en la que su oportunidad es muy limitada, fuera mañana mismo, para evitar irse al último lugar, ya que cada día que pasa pierde potenciales votantes.
Muy caro está pagando su necedad la propia dirigencia estatal del partido, siempre ávida de jugosos negocios, ya que sin duda se quedarán sin muchas posiciones que de otra forma tenían aseguradas.
El futuro para el PRD en Oaxaca se vislumbra más que complicado. Han pasado sólo unos días y ya están pagando la factura de apoyar al frágil candidato que a billetazos, chantajes y sobornos impuso el gobernador Gabino Cué por conveniencia propia.
Los errores cuestan. Carol Altamirano y las influenciadas corrientes al interior del partido hundieron al PRD en Oaxaca.