Habitantes de una comunidad en Oaxaca amenazaron a los maestros de la localidad con dar clases, a cambio de no expulsarlos.
Los niños de San Miguel del Puerto, al sur de Oaxaca, tienen clases a diferencia de otros menores en el estado, debido a que la comunidad se empoderó y obligó a los maestros a estar en las aulas.
Por tres años, catorce maestros de la CNTE dan clases a niños de kínder y primaria, así como jóvenes de telesecundaria.
“Bajo amenaza, no hay engaño. Los de la 22 trabajan porque también los padres tienen cierta condición sobre ellos: si se van a paro, definitivamente se van del municipio”, dijo Cecilia Cervantes, madre de familia.
“Ya no queremos más paros”, exhortó. Recordó que el momento en que iban a iniciar la huelga, los padres de familia entraron a la escuela y no los dejaron entrar. “Si de por sí es un pueblo bastante olvidado por el gobierno, que por lo menos nuestros hijos tengan una educación buena”.
Además de los 14 maestros que pertenecen a la sección 22, los padres de familia contrataron a tres docentes de la sección 59, la rival de la CNTE; así como otros cuatro docentes comunitarios.