Arnulfo Albores, la ciencia al servicio de la salud

Ciudad de México 13 de junio de 2018.- Cuando concluyó la carrera de ingeniería bioquímica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y se incorporó a la plantilla laboral de la Universidad Autónoma de Coahuila, se encontró con un problema de intoxicación por arsénico en la región lagunera, así que se propuso que sus estudiantes tuvieran contacto con los que serían sus futuros pacientes, a través del estudio del hidroarsenicismo crónico.

Se trata de Arnulfo Albores Medina quien, aun cuando ya había experimentado durante la carrera su amor por la ciencia, encontró en ese proyecto la que se convertiría en su principal línea de investigación, el estudio de la toxicidad. Actualmente el doctor Albores Medina se desempeña como investigador 3 D del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), donde es responsable del laboratorio especializado en la evaluación del efecto de agentes tóxicos sobre sistemas biológicos.

El camino a la investigación

El doctor Arnulfo Albores Medina estudió la carrera de ingeniería bioquímica en el IPN y al concluir la licenciatura se convirtió en profesor en la Universidad Autónoma de Coahuila, donde entendió, gracias al trabajo que realizaba, que para convertirse en investigador tenía que continuar su formación hacia la maestría y doctorado.

A través de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se fue a la Universidad de Surrey, Inglaterra, donde realizó la maestría y doctorado en toxicología para después realizar una estancia posdoctoral en la Universidad de Ontario Occidental, Canadá.

No obstante, fue desde la tesis de licenciatura que se involucró por primera vez en un proyecto de investigación formal. “Recuerdo que en aquella época necesitaba unos fermentadores muy potentes que solo había en el laboratorio de ingeniería bioquímica, así que los solicité, pero como cada corrida duraba 24 horas y yo ya estaba trabajando, necesitaba aprovechar al máximo el tiempo, así que entré al laboratorio un viernes previo a la Semana Santa y salí el Domingo de Pascua, pasé toda la semana ahí”.

En aquella ocasión, el joven investigador trabajaba en torno a procesos de fermentación para generar enzimas proteolíticas —capaces de trabajar a pH muy alcalinos— que en ese momento eran consumidas para la elaboración de detergentes. Ese fue su primer acercamiento a la investigación de alto rendimiento, pero no el último, pues después se involucró en los temas relacionados con estudios de toxicidad.

“He tenido la oportunidad de ir recorriendo diferentes líneas y todas han sido muy satisfactorias, el arsénico fue el primero, pero en algún momento trabajamos en torno a un problema de contaminación por plomo también en la región lagunera, el cual daba lugar a que los niños tuvieran plumbismo o saturnismo”.

Con el paso del tiempo, otra de las líneas de investigación que desarrolló y se convirtió en una de las más importantes para el doctor es la relacionada con los efectos del tabaco en la salud humana. “Estas líneas de investigación son muy relevantes para mí porque mi trabajo tiene un impacto —beneficio— directo en las personas”.

El impacto del trabajo realizado

De acuerdo con el investigador, las líneas que ha decidido seguir le resultan de lo más gratificantes toda vez que tienen impacto directo en la población. “Yo creo que lo más importante (de mi trabajo) es el efecto que uno tiene sobre la población general, por ejemplo, los estudios de arsénico derivaron en la instalación de tuberías de agua potable (40 o 50 kilómetros de tubería)”.

Entretanto, su trabajo relacionado con los problemas de exposición al plomo, implicó que la sociedad se organizara para exigir a las autoridades que tomaran acciones preventivas en el manejo de esas sustancias. “En algún momento realizamos un estudio sobre exposición a disolventes en algunas industrias (…) Y cuando lo cuantificamos, la industria que nos abrió las puertas para realizar el estudio utilizó los resultados para hacer ingeniería de detalle, aplicaron nuevas tecnologías, e incluso modificaron sus insumos para evitar que sus trabajadores se expusieran a niveles tan altos de esas sustancias”.

La formación de nuevos talentos

A la par de sus tareas de investigación, el doctor Albores Medina considera la formación de nuevos talentos otra de las grandes satisfacciones de su profesión. “La docencia es fundamental, es una de esas oportunidades que tenemos para formar personas con la capacidad de resolver problemas complejos. Hacemos ciudadanos capacitados en la resolución de problemas”.

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