El flujo intenso de refugiados a Europa está llevando a Alemania y a Austria a una encrucijada.
Miles de refugiados han llegado a ambos países en tan solo dos días; tratan de escapar de los bombardeos, los terroristas y las terribles condiciones que asolan sus patrias.
Desde el sábado 5 de septiembre, han llegado más de 16,000 personas a Austria, según informó el lunes el portavoz de la Policía estatal, Wolfgang Bachkoenig.
“Ahora debemos, paso a paso, ir de las medidas de emergencia a una normalidad humana que respete la ley”, dijo el canciller austriaco, Werner Faymann.
Casi todos los refugiados que entraron a Austria siguieron hacia Alemania, de acuerdo con Bachkoenig.
Pero hasta Alemania, un país que a lo largo de la historia ha ayudado a los refugiados, señaló que no puede seguir aceptando personas que buscan asilo al ritmo actual.
Este fin de semana, llegaron más de 17,500 migrantes tan solo a la ciudad de Múnich, según la Policía.
“La gran amabilidad que Alemania ha mostrado en las semanas y meses pasados no debe agotarse”, señaló el Ministerio del Interior. La dependencia agregó que la capacidad de ayudar de Alemania depende de que otros países también lo hagan.
Sin embargo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo el lunes 7 de septiembre que su gobierno destinará 3,000 millones de euros más (unos 56,250 millones de pesos) a la crisis de los migrantes. Dijo que Alemania “evidentemente está dispuesta a aceptar a más refugiados”, pero pidió a otros países europeos que acepten a más.
Momentos después del discurso de Merkel, el presidente de Francia, François Hollande, dijo que su país está listo para asumir más responsabilidades.
Señaló que la Comisión Europea propondrá que se distribuya a 120,000 refugiados a lo largo de las próximas dos semanas, de los cuales Francia aceptará a 24,000.
“Lo haremos porque es el principio con el que Francia está comprometido”, dijo Hollande.
‘Lo que vivimos fue una tortura’
La agencia de la ONU para los refugiados, la ACNUR, estima que al menos 366,402 refugiados y migrantes han cruzado el mar Mediterráneo hacia Europa este año.
Al menos 2,800 han muerto o desaparecido durante el viaje. Quienes hacen el cruce se encuentran con un futuro incierto en los países de Europa, cuyas posturas frente a quienes buscan asilo difieren.
Muchos de los migrantes cuentan relatos escalofriantes de su cruce del Mediterráneo y el posterior viaje a pie desde Grecia hacia Macedonia, Serbia y Hungría para llegar finalmente a Austria.
La frontera de Austria con Hungría sigue abierta a los posibles refugiados, dijo el domingo Alexander Marakovits, portavoz del Ministerio del Interior de Austria; mientras tanto, los autobuses y los trenes seguían llegando llenos.
Muchos austriacos llevaron alimentos y agua, y animaron a los refugiados que llegaban por montones a la plataforma de la estación de trenes de Viena.
Un hombre que llegó a Austria hace poco contó a CNN las dificultades que su familia encontró en su paso por Hungría.
“Lo que vivimos fue una tortura”, contaba con sus dos hijas a su lado. “Caminamos 110 kilómetros con las niñas. No nos dejaban subirnos a los autos ni a los trenes”.
Sin embargo, reconoció que la gente húngara “fue muy amable”. La situación mejoró cuando la familia llegó a Austria.
“Estamos cómodos aquí y nos gustan la gente y el gobierno de Austria”.
Sin embargo, de los miles de personas que llegaron a Austria este fin de semana, solo unos cuántos optaron por solicitar asilo en ese país, según el Ministerio del Interior. Muchos quieren llegar más lejos, particularmente a Alemania.
Aumentan los ataques contra refugiados
Sin embargo, los peligros para los refugiados no cesan al haber llegado a Alemania.
Este año han ocurrido al menos 340 ataques contra los campamentos de refugiados, según el Ministerio del Interior de Alemania. Se cree que el sentir antiinmigrante de la extrema derecha provocó la mayoría de los incidentes.
Los ataques incluyeron actos vandálicos, discursos de odio e incendios provocados, así como ataques violentos contra personas. Este año se han registrado al menos 38 ataques violentos en comparación con los 28 del año pasado.
El lunes 7 de septiembre se desató otro incendio sospechoso en una casa para personas que solicitan asilo en Rottemburg am Neckar, según la Policía.
Hubo cinco personas lesionadas (tres por inhalación de humo y dos por haber saltado del primer y segundo piso del edificio). Ninguna de las habitaciones quedó habitable. Se está investigando la causa del incendio.
Control fronterizo
Los países de la Unión Europea tienen una política de fronteras abiertas que permite que la gente se mueva libremente entre los Estados miembros. Sin embargo, países como Hungría y Austria están controlando el flujo de migrantes.
La derecha húngara está tratando de detener el flujo de migrantes y levantó una cerca con alambre de púas a lo largo de los más de 160 kilómetros de frontera con Serbia para impedir que crucen por allí. Serbia no es miembro de la Unión Europea.
En Austria, el Ministerio del Interior advirtió que es ilegal cruzar en auto la frontera hacia Hungría, recoger a un grupo de migrantes y transportarlos de vuelta a Austria.
Sin embargo, eso es justo lo que algunas personas están haciendo.
Un grupo de voluntarios en Austria, Alemania y Eslovaquia, que se organizó en Facebook, formó una caravana de casi 200 autos para transportar a los migrantes desde la frontera con Hungría.
Erzsebet Szabo, de Viena, es una de los voluntarios que ayudó a transportar a los migrantes.
“Creemos que vinieron unas 380 personas con nosotros”, dijo el lunes por la mañana. “Estamos muy contentos”.
Szabo dijo que no teme que la arresten. Dijo que, después de todo, eso no podría ni compararse con lo que los refugiados han soportado.
“Es un problema mundial —dijo—. Es muy importante que en conjunto demos la gran señal a los refugiados (a la gente que necesita nuestra ayuda y que viene de una guerra) de que cuentan con nuestra solidaridad y nuestro apoyo”.