Oaxaca.- “Toco para recordar a mis muertos, pero sobre todo por la oportunidad que tengo de convivir con niños músicos de otras bandas”, señaló Rodolfo Gerardo Castellanos de 10 años de edad quien participó la noche de este domingo en el Encuentro de Bandas de Viento que la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (SECULTA) organizó en la apertura de las actividades para conmemorar las festividades de los Fieles Difuntos.
Ante una Plaza de la Danza abarrotada de habitantes de esta capital, familiares de los niños músicos y visitantes extranjeros, las ocho bandas de viento provenientes de diferentes comunidades del Estado, compartieron las notas musicales para ofrecer un repertorio que tributa a los grandes compositores oaxaqueños.
Al abrirse este concierto, el titular de la SECULTA, Alonso Aguilar Orihuela sostuvo que “la cultura es muy importante para poder unirnos como oaxaqueños, pues va más allá de cualquier ideología, de cualquier gobierno y es lo único que recordamos del pasado, por ello debemos procurar que los intangible cobre el mismo valor que lo tangible”.
“Esta noche estamos reunidos con muchas comunidades en torno a la festividad de muertos, por ello se preparó un programa alusivo a esta festividad, además de estar cerrando un proceso muy importante que se ha estado gestando en los últimos seis años y que se ha asentado más en el último año, ocho meses en torno a la música” señaló.
El funcionario hizo referencia de la importancia que ha tenido la reestructuración de la Sinfónica de Oaxaca, cuya calidad bajo la batuta del maestro Juan Trigos la ubican actualmente como una de las mejores del país; el Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO) está por estrenar su nueva sede, el fortalecimiento de la Orquesta Primavera de Oaxaca (OPO) que después de 30 años tiene una temporada y una sede fija, la innegable calidad de la Banda de Música del Estado y el programa “Convites Musicales” que emprendió en las ocho regiones del estado el maestro Faustino Díaz.
Y recordó que el año que viene, para la cultura será un momento difícil ante los recortes presupuestales, “donde se va a requerir de la creatividad y en Oaxaca nos ha distinguido esa creatividad que ojalá se puedan acentuar en la creación de proyectos culturales para que esa riqueza artística y cultural derive en riqueza económica”.
Así dio inicio a este concierto donde participaron bandas de música provenientes de diferentes localidades de Oaxaca, entre las que se cuenta serán la Banda Infantil y Juvenil Mtro. “Narciso Lico Carrillo”; Banda Aires Zapotecos, de San Melchor Betaza; Banda Infantil y Juvenil Resplandor Zaachileño, Villa de Zaachila; Banda Infantil y Juvenil de San Dionisio Ocotlán; Banda TEB de Yatzáchi el Bajo; Banda Tradicional Serrana, de Villa Alta y la Banda Infantil y Juvenil de Santa Ana Tlapacoyan.
Este concierto abrió con “Llévame Oaxaqueña” de Samuel Mondragón, bajo la dirección del maestro Javier Palacios Sandoval; “La Martiniana” registrada por el poeta ixhuateco, Andrés Henestrósa y dirigida por Pedro Chávez Sebastián; “La Vida es un Momento” de Jesús Chu Rasgado; “Bolero” de Jhovany Osorio Méndez; “Lindo Oaxaca” de Jacobo Kendis; y “La Última Palabra” con una adaptación del maestro Narciso Lico Carrillo.
Ante los prolongados aplausos en cada interpretación, las bandas deleitaron al público con la “Mujer oaxaqueña” de Rodolfo Villegas, dirigida por Francisco Lico Ventura ; “El Feo” de Demetrio López y dirigida por Eduardo Guzmán; “Eternidad” de Narciso Lico Carrillo; “La Llorona” canción popular dirigida por Mario Santiago Vásquez; “El Pájaro Azul” de Jesús Chu Rasgado; “Nereidas” de Amador Pérez Torres; “Raíces Betazeñas” de Narciso Lico Carrillo y cerrar con “Dios Nunca Muere” de Macedonio Alcalá.
Los muertos en Oaxaca
La celebración de los Días de Muertos en Oaxaca, es una ceremonia popular que invoca a los espíritus de los ancestros para invitarlos a “convivir” en el mundo terrenal, por lo que se procura agasajarlos en la forma más atenta para que las ánimas de los difuntos puedan visitar a sus parientes. Los muertos retornan a su hogar porque son atraídos por sus antiguas pertenencias o por el amor de sus deudos.
Es posible asegurar que ninguna población de México permanece indiferente a tan arraigada tradición, que de alguna forma fortalece los vínculos familiares, evocando la memoria de los seres queridos.
Desde la evangelización de Oaxaca, llevada a cabo por los dominicos Fray Gonzalo Lucero y Fray Bernardino de Minaya, a la cabeza de un sinnúmero de misioneros, se implementaron las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos, tomándose como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos aborígenes y las preces de la Iglesia por los antepasados.