México, DF.- El Centro Mario Molina, liderado por el propio ganador del Premio Nobel de Química 1995, realiza investigaciones para hallar soluciones que permitan frenar y revertir la mala calidad del aire en la Ciudad de México y otras urbes del país.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Mario Molina Pasquel ratificó que su inquietud por apoyar este tipo de iniciativas proviene del evidente daño que genera el cambio climático en todo el planeta.
Manifestó que si bien el gasto para frenar las afectaciones al medio ambiente provocadas por la contaminación es oneroso, urge efectuarlo. “Efectivamente hay tiempo para hacerlo pero tenemos serios problemas con lo que ya hemos contaminado”, expresó.
En el caso particular de México, el científico reconoció que existe un compromiso importante pues desde hace algunos años ya se empezaron a tomar acciones pertinentes para enfrentar esta problemática.
“Con el uso de tecnologías que permiten la obtención de energía eficiente y limpia como la eólica, la hídrica, entre otras, en los últimos años en México se han obtenido resultados positivos”, explicó.
Uno de los estudios realizados en su centro de investigación es el que busca la raíz de la contaminación causada por las plantas hidroeléctricas. El proyecto se denomina Análisis de ciclo de vida de casos de estudio de futuras centrales eléctricas en México, y para el cual se tomó como muestra ocho casos de estudio de centrales eléctricas.
Los resultados arrojaron que al operar, estas plantas queman combustibles fósiles; y también sucede lo mismo al construirlas, lo que crea un impacto negativo para el medio ambiente.
De acuerdo con el documento de dicha investigación, al respecto se recomienda “ampliar los límites del sistema tomando en cuenta la transmisión y distribución de energía eléctrica; incluir la tecnología de Recuperación Mejorada de Petróleo a la captura de CO2 en las centrales eléctricas que consideren incluir la captura y almacenamiento de carbono, con el objetivo de mejorar su rentabilidad; crear bases de datos para los inventarios de ciclo de vida de los combustibles fósiles y para los principales insumos en México”.
El estudio también hace un llamado a “incorporar la metodología de Análisis de Ciclo de Vida como una herramienta de planeación, que aporte mayor información para la toma de decisiones en la selección de la mezcla de generación eléctrica y que valore los méritos de una generación limpia; fortalecer la valoración de las externalidades asociadas a la generación de electricidad”.
Además de los problemas ambientales que ocasionan las centrales eléctricas, el doctor en Química agregó que “las hidroeléctricas son buenas (al generar energía) pero desplazan a miles de personas; creemos que se pueden realizar el mismo tipo de proyectos pero a un nivel más chico; con pequeños generadores de energía que no causen desplazamientos de las comunidades”.
El cambio climático, problema mundial
La investigación que a lo largo de su carrera ha hecho Mario Molina Pasquel sobre el adelgazamiento de la capa de ozono ha propiciado que actualmente la comunidad internacional haga “esfuerzos por resolver ese problema”, comentó. Sin embargo, advirtió que también se deben buscar nuevos mecanismos para enfrentarlo, pues tratados como el de Kioto, dijo, “no funcionaron; es más, podría decirse que es obsoleto”.
Al respecto, el también miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias abundó que las investigaciones sobre la crisis ambiental actual continúan pero tienen un obstáculo por sortear: “Como la ciencia estudia algo tan cambiante como el sistema climático, que tiene muchas variables como los huracanes, las lluvias e inundaciones, es difícil predecir este con exactitud”.
Según el informe 60 contribuciones de las Naciones Unidas para un mundo mejor, el cambio climático en nuestro planeta es evidente y se debe actuar de inmediato; opinión que comparte Molina Pasquel, quien comentó que esta problemática podría ser frenada con una “inversión de entre el uno y dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, pero también tiene que ver con una decisión política”.
El premio nobel se dijo convencido de que, si se tiene voluntad, los grandes problemas internacionales pueden resolverse. “La consecuencia de mis investigaciones fue un cambio importante en la sociedad, de que ya no hubiera producción de los clorofluorocarburos. Se pudieron fabricar compuestos nuevos que no afectan la capa de ozono”, manifestó.
Para Molina Pasquel, el éxito de los buenos resultados en materia ambiental dependen no solo de “hacer estudios que luego se quedan guardados sino de aplicarlos y darles seguimiento. México es un país que ha apostado mucho por ello”.
Mencionó que el problema de la polución de las urbes mexicanas y del mundo tiene salida, y para ello se debe tomar en cuenta a gobiernos y ciudadanos; no obstante, “es importante que la reducción de contaminantes tenga un costo razonablemente político”, apuntó.
“Es un problema de todos y sin duda lo que se plantea es hacer un esfuerzo conjunto entre todas las naciones para revertir los efectos del cambio climático, pero ya se ha demostrado que sí se pueden tomar acciones globales para resolverlo”, finalizó.
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), integrado por 10 agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), auspicia proyectos en los países en desarrollo. En su calidad de mecanismo de financiación de la Convención sobre el Cambio Climático, destina cada año unos 260 millones de dólares a la realización de proyectos en materia de eficiencia energética, energías renovables y transporte sostenible.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han desempeñado un papel decisivo en la divulgación de los daños causados a la capa de ozono de la Tierra. Gracias a la aplicación de un tratado conocido como el Protocolo de Montreal, los gobiernos están eliminando gradualmente los productos químicos que han provocado el agotamiento de la capa de ozono, sustituyéndolos por otros menos contaminantes. Este esfuerzo evitará que millones de personas contraigan cáncer de piel como resultado de una sobreexposición a la radiación ultravioleta.