Salvador Flores Durán
Oaxaca.- Miles de personas sufrieron y caminaron más de dos kilómetros para poder llegar al Panteón Jardín a visitar las tumbas de sus familiares, luego de que el presidente municipal de San Andrés Huayapan, Paulino Lucino Hernández, permitió la instalación de cientos de vendedores ambulantes en el acceso, y convirtieron el lugar en un enorme tianguis de mercancías piratas y una enorme cantina al aire libre, al permitir la instalación de enormes puestos de venta de cerveza y micheladas.
Las familias que acudieron a visitar las tumbas de acuerdo con la tradición de los Fieles Difuntos, caminaron más de dos kilómetros, porque la circulación al transporte, camiones urbanos y taxis colectivos, estaba cerrada antes del crucero que va a San Andrés Huayapan. Las familias caminaron bajo un intenso sol, cargando flores, veladoras y todos los utensilios necesarios para la limpieza de los sepulcros.
Además, ancianos, personas con discapacidad y niños, tuvieron que caminar si querían llegar a las tumbas, por lo que acusaron a las autoridades municipales de convertir la tradición en un vulgar tianguis, al permitir la colocación de los puestos de artículos chatarra a los dos lados de la avenida Panteón Jardín.
Quienes viajaban en automóvil tuvieron que armarse de paciencia porque no había lugares para estacionarse y en el fraccionamiento aledaño cerraron los accesos con mecates para impedir la circulación de los autos, y al encontrar estacionamiento de todos modos tuvieron que caminar bajo el intenso sol.
Para quienes viajaron en taxis colectivos o camiones urbanos también fue una enorme molestia, porque tenían que bajarse mucho antes del crucero de Huayapan, “todo porque el presidente municipal quiere llenarse las bolsas de dinero permitiendo la instalación de los vendedores ambulantes, que ya se convirtieron en una mafia por toda la ciudad”, señaló Andrés Martínez, quien llevaba a su madre en una silla de ruedas.
Los vendedores de puestos hicieron su agosto en la zona del Panteón Jardín, donde instalaron todo tipo de locales de comidas, fritangas, dulces, postres, pasteles, frutas, cobijas, discos pirata, plásticos y un sinfín de mercancías que nada tenían que ver con la tradición de los Días de Muertos.
Pero sobre todo, sobresalió la gran cantidad de puestos de venta de bebidas alcohólicas en plena vía pública, donde se ofertaron todo tipo de alcoholes, cervezas y micheladas.
Los propietarios de los puestos pagaron al menos 40 mil pesos para poder instalarse en estos días de Muertos en la zona de acceso al Panteón Jardín, sin que las autoridades municipales que les autorizaron entregaran ningún tipo de comprobante, y se violentó además la reglamentación en la materia que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas para su consumo en la vía pública.
En el camposanto las familias limpiaron las tumbas de sus difuntos, colocaron flores, veladoras y rezaron. Otros más pidieron a los grupos de música norteña o cantantes que interpretaran las melodías que más les gustaban en vida a quienes se adelantaron en el viaje.