Diario de una vagabunda: la vida resiliente de Hayashi Fumiko

Alicia Alarcón

A casi un siglo de su publicación, Diario de una vagabunda, de Hayashi Fumiko (SATORI EDICIONES. Traducción: Virginia Meza. Prólogo: Kayoko Takagi), sigue siendo vigente porque aborda temas universales como la búsqueda de sentido en la vida, la lucha por la supervivencia y la soledad. A través de la perspectiva de la protagonista, esta obra nos sumerge en las experiencias y emociones de Hayashi, quien desde su situación marginal nos hace reflexionar sobre la condición humana.

 

Nació en Kiushu, Japón en 1903. Murió a los 48 años de edad, y se convirtió en la autora más popular de su país en la primera mitad del siglo XX. Luchó y triunfó en vida. Publicó 278 libros. Desde su nacimiento, no tuvo la suerte de disfrutar de un hogar ni una vivienda fija, ya que sus padres tampoco la poseían, eran comerciantes ambulantes, y no pasó mucho tiempo cuando se separaron. Los viajes fueron su terruño debido a que no pudieron establecerse en un lugar fijo. Después de la separación de los padres, la madre se casó con un hombre tímido y depresivo.

 

A su corta edad, Hayashi Fumiko se vio obligada a vender comida y baratijas para contribuir a la precaria economía familiar. Cambió de escuela siete veces, y por su inestabilidad decidió no regresar. Escribió: “No sé en absoluto cómo era mi rostro de niña. Quizás sea porque no pudieron tomarme una fotografía debido a la pobreza. Hasta los doce o trece años me dedicaba al comercio ambulante”.

De noche cuando llegaba a su cuarto donde vivía en condiciones de pobreza, se ponía a redactar sus vivencias cotidianas; a veces en forma de diario, y otras, de poesía.

Venciendo el cansancio físico por trabajos mal pagados de niñera, de criada, en cafés, tiendas, y fábricas, intentó abrirse camino en el mundo literario de Tokio, de principios del siglo XX, a fin de alcanzar su sueño de triunfar como escritora. Así nació Diario de una vagabunda que escribió desde los dieciocho hasta los veinticuatro años de edad, y publicó por entregas de 1928 a 1930 en la revista feminista Nyonin geijutsu (El arte por las mujeres). El éxito hizo que en el mismo año de 1930 se publicara como libro.

 

Hayashi Fumiko solía escribir esta frase cuando le pedían su autógrafo: “La corta vida de una flor sólo se llenó de sufrimientos”. Estas palabras representan el tema central de sus obras más leídas, se escribe en el Prólogo. Ella vivió con desesperación y con el deseo de aferrarse a “algo”; tomó conciencia de que valía la pena vivir y luchar: “Si por casualidad puedo vivir hasta los cincuenta años, a esa edad me gustaría escribir el verdadero Diario de una vagabunda”, dijo.

 

La obra inicia con el título que le da nombre “Diario de una vagabunda”. Su estilo narrativo directo y realista permite al lector conectar con los sentimientos y las luchas internas de la protagonista, lo cual sigue siendo impactante y conmovedor, incluso décadas después de su publicación. En los primeros capítulos describe penosas y tristes experiencias tanto laborales como sentimentales. Tuvo que transigir con la infidelidad y el egoísmo masculinos. Entre ellos intelectuales de la época como Tanabe Wakao y Nomura Yoshiya.

 

De manera cronológica vamos viviendo extractos de la vida de la autora escritos entre 1922 y 1927. Va del tingo al tango sin saber qué va a pasar en su vida. Constantemente piensa en morir. Sin embargo, siempre encuentra un por qué no hacerlo. La comida y el olor de ésta, así como el del caramelo An (pasta dulce de judías rojas cocidas en almíbar y puestas a secar) la fortalece, le quita la tristeza a su vida amarga.

 

La autora toma fuerza en su escritura con el paso del tiempo, va incorporando referencias de lugares, nombres de escritores japoneses, rusos, franceses, así como ciudades y países que parecieran todos conocidos para ella. Se nota el hábito de la lectura y su dedicación a la poesía. Es importante mencionar que ella no tenía una posición ideológica definida, sin embargo, destacan sus constantes visitas a la librería Nantendo, lugar predilecto de escritores y artistas simpatizantes del izquierdismo, dadaísmo, anarquismo y otras corrientes de la época.

La fragilidad e inconsistencia amorosa, irónicamente la catapultó al sendero de su libertad femenina, como dijo al final de su diario “a pesar de estar melancólica no sé porque se enciende en mí una pasión femenina… poder respirar libremente y sin preocupaciones”.

Diario de una vagabunda se llevó varias veces al cine. Asimismo, se representó más de dos mil veces, convirtiéndola en una de las obras más exitosas y populares de Japón.

 

CONSTRUIR PUENTES

Las emociones, tristezas y pocas alegrías, son sentimientos que se transmiten al lector no solo por la autora del Diario de una vagabunda, sino por la traductora que llevó a cabo este trabajo, Virginia Meza, quien interpretó del japonés al español la versión de SATORI EDICIONES. Año y medio transcurrió para concluir la obra, en cuyo lapso utilizó la primera impresión que apareció en febrero de 2011, de la editorial Kadokawaharuki jimusho.

Además, consultó la versión definitiva de 2008 de la Editorial Shinchoscha. Cabe mencionar, el apoyo a la lectura de Hiroko Hamada que hizo del texto en español cotejándolo con el original japonés. A continuación, las respuestas de un cuestionario realizado a Virginia Meza, a propósito del trabajo de traducción.

 

-¿Cómo fue el proceso para la traducción de la obra?

-Antes que nada, me gustaría mencionar brevemente cómo nació este proyecto. La traducción de “Diario de una vagabunda” está vinculada, de alguna manera, con la traducción de algunos relatos de Higuchi Ichiyo, otra escritora japonesa, los cuales fueron publicados en Argentina en 2006, bajo el título de Cerezos en tinieblas. En 2011 un amigo español, interesado en la literatura japonesa, me escribió para preguntar si entre los relatos traducidos se había incluido uno de los cuentos más conocidos de Higuchi. Le contesté afirmativamente y le envié un ejemplar. Poco después, me escribió preguntándome si estaría interesada en traducir Diario de una vagabunda, obra de Hayashi Fumiko. Poco después, llegó la propuesta formal por parte de la editorial española Satori.

-¿Por dónde empezaste?

-Yo desconocía todo acerca de esa escritora y de sus obras, por lo tanto, lo primero que hice fue buscar toda la información accesible sobre ella y sobre Diario de una vagabunda en particular, tanto en la biblioteca de El Colegio de México, como por internet. Conseguir un ejemplar del libro, leerlo, y empezar la traducción tomó algún tiempo.

-¿Qué fue lo menos complicado?

-La escritora utiliza el lenguaje coloquial cotidiano de la gente común y corriente, lo cual facilitó la traducción.

– ¿Cuántas veces tuviste que leer el libro?

-Leí una vez el libro en japonés antes de comenzar a traducirlo. En cuanto a la traducción en español, tuve que leerla varias veces antes de completar la versión final. Como seguramente sabes, hay que releer muchas veces, revisar y corregir el texto antes de su publicación definitiva.

-¿Qué habrías cambiado de la historia?

-Me parece que es perfecto así tal cual. Hay episodios tristes, otros chistosos, otros alegres. La autora es una mujer apasionada, valiente con una inagotable energía vital que se esfuerza por lograr sus objetivos. En términos generales, me parece que la obra es una lección de vida y al final de ella se vislumbra la posibilidad de que la protagonista tendrá una vida mejor.

-¿Qué no te gustó del personaje?

-No sé, tal vez que a veces sea un poco voluble, o que trate de sacar ventaja de algunas personas o situaciones, pero es comprensible dadas las dificultades de su infancia y que es una mujer que debe luchar para sobrevivir cada día.

-¿En qué te identificas con la autora?

-En que desde niña le gustaba leer, que siempre demuestra fuerza de carácter y que es una persona esencialmente optimista.

*

*

Top