Salvador Flores Durán
Oaxaca.- Vecinos de la calle de Crespo y de las colonias Azucenas y Guelaguetza, dudan que las autoridades logren terminar las obras de remodelación de las escaleras de El Fortín, justo para la celebración de la Guelaguetza el próximo 25 de julio.
Ante la lentitud de los trabajos en esa vía tradicional que ocupan miles de personas para subir al auditorio donde se celebra la máxima fiesta de Oaxaca, las obras apenas se encuentran en un 50 por ciento y solamente se ha colocado dos pisos firmes para la colocación de las escaleras, mientras concluyen las obras de drenaje y alcantarillas.
Los trabajos para su rehabilitación empezaron el 25 de abril pasado, y a menos de un mes de la realización de la fiesta el acceso tradicional al cerro del Fortín, continúa sin abrirse. Cientos de deportistas que diariamente acuden a entrenarse a ese lugar han expresado su inconformidad por el cierre de la misma.
Las obras formaba parte del proyecto del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca que fracasó en el Cerro del Fortín, y se iniciaron con el levantamiento del viejo adoquín, pero la temporada de lluvias ha retrasado también los trabajos y ni los trabajadores conocen que dependencia, si estatal o municipal realiza la obra.
La remodelación contempla desde la calle de Crespo hasta el puente ubicado debajo de la carretera al Fortín, y estaba considerado que conectara el nuevo estacionamiento con el Auditorio Guelaguetza.
Se consideraba que el material de las escaleras sería sustituido por concreto estampado en relieve y pigmentado, eliminar las zanjas que se ubicaban entre las escaleras y las casas, así como entre las escaleras y las jardineras, e instalar las luminarias de piso.
A lo largo de la obra hay grupos de trabajadores que informaron que intentan terminar la obra para que esté lista antes de la Guelaguetza, pero ponen en duda que puedan terminar a tiempo por las dificultades de la temporada y las amenazas de maestros de la Sección 22 para tomar el lugar e impedir las obras.
“Nos dijeron que estuviéramos atentos, que tuviéramos a la mano las herramientas para que no nos las fueran a robar y que estemos listos por si vienen los maestros a bloquear la obra”, comentaron.
