Ernestina Gaitán Cruz
México vive una emergencia por la ola de feminicidios, las cifras oficiales hablan de 10 casos al día y la narración de estos hechos en que tanto mujeres como niñas pierden la vida con saña inaudita.
Ante ello, a la población le queda solamente ser espectadora. De lejos ve el derramamiento de sangre en acciones que sería incapaz de realizar y ante las que se muestra horrorizada e indignada, luego en redes sociales a veces de manera anónima, reprueba los hechos o por lo menos no guarda silencio.
Todos somos los buenos que señalamos a los malos. Y sin embargo somos parte de la misma sociedad. En alguna ocasión todos hemos ejercido violencia contra el más indefenso y o vulnerable: niños, mujeres, pobres, indígenas, indigentes… y en ocasiones lo hacemos simplemente porque podemos.
A esta impunidad se suma el que hemos vivido en una cultura agresiva, violenta y ejercida siempre desde quien tiene el poder, por mínimo que éste sea. Padres y madres contra sus hijos. Los jefes que se creen con el derecho de insultar y tratar mal a sus subordinados. Los maestros con su alumnado, los hermanos mayores…
Y esta ideología se reproduce en series, programas de televisión y de radio, películas, noticiarios, periódicos, revistas, redes sociales, canciones y videos. Y sin restricción alguna. Es “apto para todo público” aunque éste no tenga edad, criterio ni valores para saber discernir. Hemos sido consumidores y reproductores de violencia. La hemos normalizado. Es tan común que ni la vemos en otros ni nos damos cuenta que la ejercemos porque así ha sido siempre. Así lo vemos en nuestra cotidianidad y lo reforzamos con lo que reproducen esos medios de comunicación.
Los medios a su vez, han hecho un espectáculo vendible. Hay una línea muy delgada entre informar porque la gente debe saber, porque debemos hablar, mostrar lo que acontece y el hacerlo como un espectáculo, porque el público exige “más sangre”, más y más. Entonces hay que seguir dándole lo que pide, en determinadas dosis para mantenerlo enganchado.
Los focos alumbran los casos más desgarradores, los más sanguinarios, los que mueven más al morbo, a la indignación, el de las niñas más indefensas y el de las mujeres más bonitas, al grado que pareciera que los malos no atacan a las menos agraciadas.
Y en medio de este mar de información, ¿dónde estamos los diversos sectores de la sociedad? Digo, para saber qué nos corresponde hacer, cambiar o reforzar para evitar los feminicidios.
Las mujeres, las más afectadas, se han empezado a movilizar. Como una mar embravecida se anuncian con un rugido y pueden arrasar. Se convocó a Un día sin mujeres y ya salieron las cifras de pérdidas económicas. Hay incertidumbre porque no se sabe qué pasará con el funcionamiento de la vida cotidiana sin la participación de más de la mitad de la población.
Y la respuesta “natural” en nuestra cultura que favorece a los hombres, la machista, es que al verse rebasados, parece que han optado por consentir, por dar el visto bueno y dar permiso o ¿realmente sabrán su lugar ante una lucha de esta naturaleza? Han dicho que no habrá represalias, aunque a estas alturas, se duda que las mujeres se detengan ante cualquier amenaza u obstáculo.
Lo delicado de la situación es que la movilización ya se politizó. Representantes de partidos políticos, empresarios, líderes de opinión, de diversos sectores de la población se han pronunciado a favor o en contra, según convenga a sus intereses.
Este momento de revalorar la presencia y el trabajo de las mujeres, de establecer políticas públicas más equitativas, de modificar las leyes para aplicar castigos severos a los feminicidas, pero aún no prevé alguna solución de fondo.
La convocatoria de Un día sin mujeres está planteada para el 9 de marzo. Y a pesar de todas las reacciones, no hay respuestas para evitar los feminicidios. O ¿sólo se tratará de protestar ese día? Solamente lo sabremos el día después.
PARO NACIONAL DE MUJERES
El Paro Nacional de Mujeres busca generar conciencia sobre la importancia de las mujeres en la sociedad. Y la exigencia de acciones para detener la violencia de género que ha llevado al feminicidio.
La movilización convoca a todas las mujeres de México a no trabajar, no comprar, no acudir a las escuelas, no salir de casa el 9 de marzo, como una manera de hacer visibles los feminicidios.
**En México mueren diario entre 9 y 10 mujeres por agresiones intencionales: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
**En 2019 murieron 1,199 mujeres, una cada dos horas y media, por cuestiones de género, es decir por ser mujeres.
**En 2019, los Estados con más mujeres asesinadas fueron el Estado de México, Jalisco, Chihuahua y Baja California.
ernestina.gaitan@gmail.com