*La académica Beatriz Solis Leree recibió un homenaje por su excepcional trayectoria, dedicación incansable e invaluable impacto social a lo largo de más de 50 años
*La UAM se llena de orgullo al rendir homenaje a una mujer cuya vida, compromiso y humanidad han dejado una marca indeleble en la historia de la comunicación en México y en América Latina
María Teresa Cedillo Nolasco
“Gracias a la libertad y el estímulo que esta institución me brinda todos los días, he podido desarrollar proyectos, enfrentar retos y construir afectos, que sin duda alguna, fueron construyendo mi propio aprendizaje de vida”, señaló la maestra Beatriz Solis Leree, durante la clausura del homenaje que la comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) le rindió por su “excepcional trayectoria y dedicación incansable en el campo de la comunicación, la docencia y la investigación, así como por su invaluable incidencia social a lo largo de más de 50 años”.
“Abrumada y llena de sonrojos y rubores por la generosidad tan grande de todos mis amigos y colegas”, fueron las primeras palabras de la maestra Solis Leree, durante la ceremonia en la que el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la UAM, le entregó un reconocimiento institucional.
Recordar, añorar, tener nostalgia por tantos momentos y etapas que hemos pasado juntos me hace agradecer “por el hecho mismo de haber encontrado hace 50 años a esta Casa Abierta al Tiempo, que me recibió con calidez, respeto, libertad y generosidad, valores que hoy “me sigue regalando día con día”.
Esos momentos “en los que me ha tocado la suerte de colaborar con muchos colegas -entre ellos quienes se nos adelantaron, pero los tengo siempre en la mente y en el corazón- me permiten decir que este homenaje lo recibo como un premio que la universidad me otorga, pero de pronto me parece inmerecido, porque no entiendo por qué me premian por hacer lo que más me gusta; realmente ese es un doble privilegio”, expresó.
La importancia del ejercicio académico tiene que ver con evaluar y analizar desde el espacio de la razón, pero sin olvidar que el resultado de esa reflexión debe tener incidir en el ejercicio de la acción, dijo la investigadora.
Lo sucedido en estos días de homenaje “me confirma que lo importante no es cuántos pasos se han dado en estos años, sino lo que verdaderamente importan son las huellas que esos pasos pudieron haber dejado, y ustedes me han dicho a lo largo en estos dos días, que ese andar ha valido la pena, porque ha dejado huella en algunos o en muchos de ustedes”.
La maestra Solis Leree agregó que “sin duda ha sido un privilegio para mi participar en la construcción de muchas primeras veces, lo que es sumamente estimulante y me ha permitido crecer como profesional, como académica, pero sobre todo como ser humano”.
Al terminar su mensaje la maestra homenajeada recordó breves fragmentos del poema La gente que me gusta, del escritor uruguayo Mario Benedetti. “’Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata’. Me gusta ‘la gente que lucha contra adversidades’ y ‘busca soluciones’”.
“Con gente como esa me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí me doy por bien retribuida”, parafraseó la homenajeada, quien recibió un largo y emotivo aplauso de pie por parte de sus colegas, amigos y amigas, del alumnado y ex alumnado, así como de sus familiares.
El doctor De los Reyes Heredia expresó que la UAM se llena de orgullo al rendir homenaje a una mujer cuya vida, compromiso y humanidad han dejado una marca indeleble en la historia de la comunicación en México y en América Latina.
Su legado, construido desde la ética, el conocimiento y la empatía va mucho más allá de los logros visibles en el ámbito académico y en el campo legislativo, pues “hoy celebramos a una investigadora incansable, defensora de derechos y a una persona extraordinaria que ha tocado nuestras vidas y nos ha inspirado a ser mejores profesionales y seres humanos”.
Añadió que, sin embargo, “lo que realmente valoramos en la UAM trasciende el campo académico; la esencia de la maestra Solis Leree no se limita a sus investigaciones o a su trabajo como asesora en reformas legislativas; su verdadero valor radica en la calidad humana que irradia en cada acto”.
Este homenaje es también un agradecimiento a su generosidad, a la forma en que siempre está dispuesta a escuchar y apoyar a quienes la rodean; a esa capacidad única de contactar con sus estudiantes y colegas en un nivel que va más allá del aula o del trabajo. Ha hecho de la empatía una de sus mayores virtudes demostrando que el verdadero liderazgo se basa en la comprensión y el respeto hacia los demás.
“Gracias por su entrega y humanidad, por enseñarnos que el conocimiento, cuando se combina con la empatía y el compromiso, es una fuerza transformadora. Gracias por cada palabra, por cada momento compartido y por recordarnos que al final, el verdadero legado no se mide en títulos o en premios, sino en las vidas que tocamos y en los lazos de humanidad que construimos a lo largo del camino”.