*El gobierno dice que se pierden 66,000 mdp al año por el robo de combustible, el doble de lo estimado por la anterior administración. Estos son los detalles de su nueva estrategia contra las ordeñas.
Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una nueva estrategia para combatir el robo de combustible. Según el mandatario, este problema supone cerca de 66,000 millones de pesos al año en pérdidas para Pemex. Esta cifra casi duplica la estimada por la anterior administración de la petrolera, pues incluye también el robo a las pipas, y no sólo la ordeña.
“Si pensamos en (el robo de) 600 pipas diarias, no estamos solo hablando del llamado huachicol ni de la ordeña de ductos, estamos hablando de un plan que tiene vinculación al interior del gobierno, y que se apoya en un sistema de distribución de combustibles, porque no es fácil distribuir y vender 600 pipas diarias de gasolinas”, dijo López Obrador en su conferencia matutina.
Cada pipa puede transportar cerca de 15,000 litros diarios de combustible, según el dato ofrecido por el gobierno. Por tanto, al día se pierden cerca de 56,000 barriles de crudo, ya que cada uno tiene una capacidad de 159 litros. Esto representa cerca del 2.2% de las ventas diarias de combustibles de Pemex, que en noviembre eran de 1.25 millones de barriles, entre gasolinas, diésel y otros petrolíferos.
Además, según el anterior gobierno, la ordeña de ductos supuso este año cerca de 35,000 mdp en pérdidas para Pemex.
La petrolera nacional tiene una flota de 1,485 pipas, que pueden distribuir hasta 294 millones de litros al día, según cifras de la propia compañía.
La estrategia
Frente a este problema, ahora el gobierno intentará ganar el control de los procesos al interior de Pemex y aumentar la vigilancia sobre los funcionarios. Varios de ellos ya enfrentan cargos penales, según anunció este jueves. Tras esta intervención, la nueva administración aseguró que el robo a los poliductos decreció 60%: el promedio entre el 1 y el 20 de diciembre, comparado con el periodo del 21 al 25 de diciembre, pasó de 74,302 a 29,731 barriles diarios.
En la nueva estrategia, la compañía contará con el apoyo de 138 miembros de la Marina y 757 del Ejército, con los que vigilar una terminal marítima, las seis refinerías de Pemex y 30 terminales de almacenamiento y distribución (TAD).
La inclusión de militares no es una novedad para Pemex, debido a que el Ejército ya ha apoyado a la compañía en la vigilancia terrestre de los ductos. Sin embargo, la queja de la anterior administración era que la legislación impedía que esta labor llegara a condenas penales para las personas involucradas en estos delitos, apuntó Ramsés Pech, especialista en energía. Por ello, el nuevo gobierno ha dicho que declarará el robo de combustible como “delito grave”.
Las tomas clandestinas, según cifras de octubre de 2018, llegaron a 12,581, con lo que ya superan las 10,363 que se dieron durante todo 2017, que era el récord histórico de un delito que ha ido al alza durante la última década.