El Pachuco de oro pervive como innovador del lenguaje y crítico social

Ciudad de México.- Los clásicos nunca mueren, dice José Andrés Niquet, autor de Tin Tan y su trompabulario, quizá por eso el personaje de Germán Valdés (19 de septiembre de 1915–29 de junio de 1973) sigue vigente entre las nuevas generaciones que miran con idolatría sus películas, admiran su forma de hablar y vestir y se identifican con su rebeldía y ese lado subversivo que lo convierte en un “pícaro urbano”.
A finales de año, la Dirección General de Publicaciones del Conaculta (DGP) lanzará un libro sobre Tin Tan, en coedición con Caja de Cerillos Ediciones, escrito por Rosalía Valdés.
Para el sociólogo y maestro en Historiografía de México Jorge Alberto Rivero Mora, gran parte de su popularidad entre los jóvenes se debe al sentido festivo y de diversión de la personalidad de Germán Valdés, rasgos que trasladó al personaje de Tin Tan.
“Uno se da cuenta que tiene este sentido de alegría, de fiesta, de seguir adelante a pesar de los obstáculos y esa es una de sus enseñanzas que muestra en todo ámbito, desde lo cinematográfico hasta la parte musical y la vestimenta.
“Lo que es sorprendente para mí, y el mejor homenaje que se le puede hacer a un cómico -comenta el crítico cinematográfico Rafael Aviña-, es el hecho de que los jóvenes usen camisetas con su imagen. ¿Cuándo hemos visto que alguien traiga camisetas de algún actor o deportista? En el caso de Tin Tan es algo maravilloso”.
Incluso en el 2005, músicos del género del rock lanzaron el disco Viva Tin Tan, en el que agrupaciones como Botellita de Jerez interpreta el tema inédito Es; Jaguares, la canción Calabacitas tiernas; y Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, Los agachados.
Autor del libro Aquí está su pachucote…. ¡Noooo! Biografía narrativa de Germán Valdés, Aviña asegura que la trascendencia de Tin Tan se debe, en parte, a que fue alguien que siempre rompía las reglas.
“La comparación con Cantinflas es evidente, porque fueron los dos grandes cómicos del cine mexicano. La primera etapa de Cantinflas es la mejor y la más extraordinaria, pero después dio un salto hacia esta cultura oficial del regaño, la cuestión moralina; y Tin Tan, no; por el contrario, se mantuvo con un espíritu libre”.
“De entrada el uso de la tatacha y el espanglish ya era un acto de rebeldía en un momento en el que eso era atacado por personalidades como Salvador Novo, quien después se hizo amigo de Germán Valdés porque se dio cuenta que era un tipo inteligente, brillante y espontáneo”, explicó.
En ese sentido, el léxico utilizado por Tin Tan también pervive en pleno siglo XXI en 85 o 90 por ciento, y es tan actual que el escritor José Andrés Niquet propone que se incorpore el verbo “tintanear” a la Real Academia Española de la Lengua, como la acción de decir una palabra que hace referencia a muchas cosas.
“Fue un innovador porque difundió no sólo la tatacha chicana o del pachuco, sino que fue acuñando términos que tenían su origen en el habla del barrio junto con palabras, vocablos o frases de origen francés, africano, hasta alemán y de cualquier cantidad de culturas que fueron amalgamadas por este enorme personaje”.
Destacó que su habla lo vuelve un clásico y es una razón por la que los jóvenes siguen utilizando estas expresiones, pues palabras que antes no eran muy bien aceptadas, como “chale”, “chido” o “ahuecar” o “achantarse”, ahora son cada vez más escuchadas entre distintos estratos sociales.
“En los setenta y ochenta uno decía ‘chale’ y sonaba vulgar, corriente y ahora son más aceptadas al grado que el espectro poblacional que acepta a Germán Valdés es muy amplio, no sólo como artista, sino como innovador del lenguaje”.
Niquet recordó que al ser hijo de un agente aduanal, Germán Genaro Cipriano Valdés Castillo vivió en diferentes puntos de la República, como Mérida, Veracruz y Ciudad Juárez, lo que le permitió conocer diferentes modos de hablar y así enriquecer su creatividad, al grado que en sus orígenes radiofónicos sobresalió como un equilibrista del lenguaje.
En cuanto a su principal aportación al léxico cinematográfico, considera que el actor, cantante y comediante mexicano quitó la solemnidad que caracterizaba al lenguaje del cine urbano de los cincuenta y sesenta y que lo llegaba a hacer acartonado.
“Usa un léxico libérrimo, no tiene mayor pudor en combinar el habla tepiteña con el habla griega o con culturas que parecen lejanas a la nuestra y fusionarlas en una actitud de relajo, de desmadre. Esta manera festiva de hablar es el principal legado que tenemos de Tin Tan”.
Es justo desde el punto de vista cinematográfico que Rafael Aviña recupera el valor de cintas como El rey del barrio, El Ceniciento, El revoltoso; Músico, poeta y loco y Las aventuras de Pito Pérez, de entre las 114 películas que Tin Tan filmó, no sólo desde el lenguaje, sino también desde el humor de situación y la crítica social.
“En El Ceniciento aparecen tópicos como la migración del campo a la ciudad, la explotación hacia la gente que llegaba a la capital, los ritmos tropicales de la época, la delincuencia, la criminalidad, los cabarets, el México nocturno, la corrupción de los servidores públicos, todo eso está ahí en la película de manera extraordinaria”.
Para el investigador y crítico de cine mexicano, El revoltoso es otra película delirante, donde se pasa del melodrama a la comedia de situación, mientras que Músico, poeta y loco se convirtió en una cinta adelantada en cuestiones de erotismo visual, y en Las aventuras de Pito Pérez se aprecia a un Tin Tan capaz de hacer un personaje tragicómico.
Un personaje aún por descubrir
Rafael Aviña reconoce que faltan más investigaciones o libros sobre el Pachuco de oro, por lo que aún es un personaje por descubrir.
“Cada faceta puede dar lugar a investigaciones arduas, por ejemplo, conocí a una autora española que está tratando de hacer una investigación sobre la censura de las películas de Tin Tan en España, en los años cincuenta, en la época del franquismo.
“La vida pública y privada de Tin Tan, el México que lo vio triunfar y entrar en declive, la historia de los pachucos en México, su trabajo de doblaje en la cinta Los aristogatos y en El libro de la selva, al dar voz a Baloo, da para mucho; todas las facetas pueden tener ángulos interesantes”.
Es el caso de Jorge Alberto Rivero Mora, quien en su tesis de doctorado Wachando a Tin Tan: análisis historiográfico de un personaje fílmico (1944-1958), se aproxima al personaje sin caer en lo anecdótico y lo mítico.
“Lo que trato de defender en esta tesis es entenderlo en sus dimensiones culturales, políticas, sociales, identitarias, semiológicas y muchos aspectos más que se pueden rescatar de un personaje de gran trascendencia de la cultura popular.
“Hay diversas publicaciones que rescatan aspectos anecdóticos: que fue el que más besos dio en el cine, su gusto por la mariguana y aspectos muy bonitos para el imaginario, pero se nos olvida rescatar a ese México de los años cuarenta y cincuenta en los que él hizo su cine”.
Para el académico adscrito al área de Posgrado en Historiografía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Tin Tan trasciende la imagen de pachuco por lo que hay que salir de ese estereotipo.
“Es importante señalar que no utiliza ese personaje para hacer una denuncia de lo que pasaba en Estados Unidos con este grupo. Él recrea y reinventa al pachuco de un modo divertido. Un pícaro que utiliza esta identidad para divertirse, cantar o conquistar a las muchachas”.
Sin embargo, aclaró que es fundamental conocer el contexto de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado en el que había una especie de nacionalismo exacerbado en el lenguaje, por lo cual Tin Tan, con el espanglish y esta hibridación cultural de expresarse causó polémica.
“Hay que entender que Tin Tan va a recrear al pachuco que para muchos sectores de la sociedad representaba vulgaridad, ofensas a la salud pública de la gente decente entre comillas que había en aquellos años y llega a tener ataques de la parte intelectual, académica y del gremio artístico.
“Vasconcelos hizo un artículo que ataca el lenguaje de Tin Tan y, por otro lado, hay quien lo defiende, como Salvador Novo y Revueltas al ver que es un personaje con un peso importante, lo cual habla de la censura y de la mala lectura que se hacía a una identidad fronteriza que estaba siendo duramente golpeada”.
Jorge Alberto Rivero Mora explica que estamos ante un pícaro urbano que a pesar de las tragedias nunca utiliza el discurso sentimental, de tristeza o compasión, lo que lo distingue de Cantinflas.
“A pesar de la peor tragedia, él siempre se divierte. Es un cine que busca la diversión por la diversión misma, con esta idea de relajo. Más allá de que en los sesenta tiene su declive, la principal virtud de Tin Tan es que nunca se traiciona a sí mismo; siempre será un cómico que creyó en su modo de entender el humor”.

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