Casi a la misma hora en que cientos de personas protestaban en Ciudad de México contra el despido de la periodista Carmen Aristegui, otra batalla se libraba en Twitter:
Durante todo el lunes 16 de marzo el hashtag #EnDefensadeAristegui2 fue el más comentado en internet, pero de pronto la tendencia empezó a cambiar.
El tema #EnDiadePuente apareció con mensajes alusivos al feriado que estaba a punto de concluir, y en poco tiempo sustituyó el caso de la conductora.
Alberto Escorcia, especialista en redes sociales, cree que no fue una casualidad.
En la modificación de la tendencia influyó el trabajo de bots, cuentas falsas de Twitter utilizadas para promover temas o personajes políticos, pero que también se usan para atacar a quienes critican al gobierno mexicano.
“Ellos tienen que ver” en este caso, le dice a BBC Mundo.
“Peñabots”
El uso de redes con falsos usuarios de internet empezó en las elecciones presidenciales de 2012 y se convirtió en un arma política que lo mismo sirve para apoyar que combatir protestas y atacar personajes críticos.
Algunos llamaron a esas cuentas “peñabots” porque según militantes de oposición fueron utilizadas por el hoy gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Luego se comprobó que era una práctica común en todos los sectores políticos, e incluso se convirtió en una estrategia comercial.
Pero son más conocidos por su activismo en temas “escabrosos” para el gobierno, señala Escorcia.
El activista ha detectado dos tipos de bots: los creados para repetir o enviar mensajes específicos de forma automática, que son fáciles de detectar –y eliminar- por los servidores de Twitter.
Y otros que necesitan más trabajo y dinero: personas reales con muchos seguidores que alquilan sus cuentas para promover o crear asuntos populares, conocidos como trending topics.
En los dos casos se necesitan baterías de entre 150 y 200 cuentas falsas que envían cientos de tuits por minuto.
La estrategia es inundar la red social con el mismo mensaje para crear la apariencia de que se trata de mensajes basura o spam, y entonces el trending es eliminado.
Alquiler de cuentas
Pero hay operaciones más sofisticadas. Quienes alquilan sus cuentas entablan conversaciones normales antes de repetir los mensajes por los que fueron contratados.
Esos perfiles difícilmente se eliminan pues no hay certeza de que se trata de bots, dice Escorcia.
Así es como se han organizado campañas de desprestigio contra activistas o comunicadores, como ha ocurrido con Artistegui o Lydia Cacho Ribeiro, autora del libro “Los demonios del Edén” sobre esclavitud sexual en México.
La periodista y escritora ha señalado a las autoridades de Quinta Roo, en el sureste, de difundir calumnias en internet sobre su vida personal después de publicar un reportaje sobre corrupción en el gobierno estatal
“Al día siguiente empezó esta andanada de bots y trolls (cibernautas que usan violencia verbal)”.
“Todos los ataques tenían que ver con una supuesta vida privada mía, una vida sexual muy excesiva, digamos”.
Cacho Ribeiro dice que en su caso apareció un elemento novedoso, el uso de un medio real que inicialmente publicó una historia falsa sobre ella que fue retomada masivamente por las cuentas falsas en Twitter.
“Zopilotes”
Esta clase de estrategias se ha vuelto frecuente tras la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
El hashtag #YaMeCanse se convirtió en uno de los más populares a nivel mundial, pero de acuerdo con sus promotores fue sistemáticamente atacado con spam para borrarlo de las redes sociales.
El hashtag fue removido y reemplazado varias veces hasta que desapareció por falta de interés de los cibernautas.
Los bots limitan el uso de redes sociales.
Sin embargo, no siempre existen ataques directos para desplazar las críticas a las autoridades, dice Escorcia.
“Crean otro hashtag con bots de tal manera que los temas de protesta se desplacen o desaparezcan del ranking de Twitter y así poca gente se pueda enterar y organizar”, explica Escorcia.
Así ocurrió en el caso de Aristegui pero la operación funcionó unas horas, porque después surgió otro hashtag para seguir la protesta.
Algunos como el escritor Paco Ignacio Taibo II compartieron la información a sus seguidores.
“Que ya nos pasamos al #EndefensadeAristegui3 que los zopilotes ciber babas andan jodiendo. Favor de meterles un susto”, publicó en Twitter.
¿Cuál es el poder de estos bots?
Lydia Cacho dice que han causado graves problemas familiares a algunas víctimas de los ataques, que suelen ser más graves cuando se dirigen a mujeres.
También han perjudicado movimientos de protesta por violaciones a derechos humanos, y en casos extremos hubo amenazas de muerte, como ocurrió con la investigadora Rossana Reguillo.
La situación puede agravarse pues la web es un espacio libre donde es muy difícil aplicar controles, algo que es aprovechado en México.
“Hasta hace unos tres años la gente y sobre todo una buena parte de los políticos creían que internet y las redes sociales son como un mundo alterno”, cuenta Cacho Ribeiro.
“Pero ya se dieron cuenta que el mundo físico se relaciona directamente con el mundo cibernético, y les hizo entender a los políticos de todos los niveles que deben tener equipos especializados para redes sociales”.
El poder de los “peñabots”
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