Oaxaca.- Edilberto Antonio Manzano propietario de varias gasolineras en la entidad, resultó herido de dos balazos luego de ser perseguido por policías estatales y municipales y fue detenido la noche del viernes.
Todo comenzó alrededor de las 23:00 horas cuando se suscitó una riña en un bar en la agencia Cinco Señores.
La alerta se la dieron a la policía cuando uno de los involucrados comenzó a disparar un arma de fuego.
Sin embargo, cuando escuchó las sirenas de la policía que se acercaban al bar, Edilberto decidió escapar a bordo del auto deportivo Dodge Charger, de color negro.
Varias patrullas comenzaron a seguir al empresario, por lo que éste comenzó a disparar contra los uniformados.
Un elemento de la policía motorizada intentó detener la marcha del auto y paró enfrente con su vehículo, en medio de la carretera; sin embargo, el empresario siguió su marcha a toda velocidad y se llevó la motocicleta entre las llantas, por lo que el elemento resultó lesionado.
A pesar de que le exigían que parara, Edilberto Antonio ignoró las indicaciones de los policías, pues lejos de detenerse, imprimió mayor velocidad y siguió con los disparos contra los uniformados que lo perseguían.
Los uniformados abrieron fuego contra el auto que presentaba al menos diez impactos de arma de fuego.
Dos de los disparos dieron en el brazo del empresario, quien malherido alcanzó a llegar a su negociación que se ubica frente al Parque del Amor, donde fue acorralado por los policías.
El hombre se salió de su auto, que todavía llevaba enfrente la motocicleta del elemento policiaco. Se sentó junto a una de las llantas, ya que comenzaba a perder sangre de las heridas en el brazo.
A los pocos minutos llegaron paramédicos de Bomberos, quienes contuvieron la hemorragia del empresario.
Otras ambulancias llegaron al lugar, pero ya no intervinieron. La policía, que observaba la curación, decidió alejarse unos metros en lo que atendían al empresario.
En tanto, revisaban el auto, que tenía manchas hemáticas en la llanta y adentro del vehículo; también se observaba sangre desde la entrada a la gasolinera.
Una vez que fue atendido por los socorristas, Edilberto se paró y caminó a su domicilio; hasta ese momento no había soltado una bolsa, en la que supuestamente escondía la pistola.
Los policías lo alcanzaron antes de que abriera la puerta para detenerlo, y Edilberto repeló, les dijo que no podían apresarlo porque estaba en su domicilio, pero los uniformados se lo llevaron.
Intentaron meterlo a una patrulla de la Policía Estatal, pero éste se resistió, y dijo que los acusaría de secuestro.
Ante esta advertencia, los uniformados optaron por llevárselo detenido en la batea de una camioneta oficial.
El empresario, en calidad de detenido, fue trasladado a la clínica de la Cruz Roja Mexicana, mientras el vehículo era custodiado por la policía.
Edilberto fue puesto a disposición del Ministerio Público, quien inició la averiguación previa y lo visitaría en la benemérita institución, donde lo atendían medicamente, para hacerle saber sus derechos constitucionales al estar en calidad de detenido.