*Existe una presión de las empresas agroalimentarias y biotecnológicas por seguir vendiendo sus productos a causa del T-MEC: Investigadora de la UAM
Redacción
Permitir la siembra de maíz transgénico en territorio mexicano, pondría en riesgo un patrimonio nacional cercano a 64 razas de maíz, resaltó la doctora Yolanda Cristina Massieu Trigo, profesora investigadora de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el marco de la vigésima séptima edición del Congreso departamental de investigación, la doctora Massieu Trigo mencionó las presiones ejercidas hacia México por parte de la industria agroalimentaria estadounidense, a causa de la prohibición sobre el consumo y producción de maíz transgénico y del glifosato, un herbicida cancerígeno.
“Hay una presión permanente de las empresas agroalimentarias y biotecnológicas por seguir vendiendo sus productos”, puntualizó al tiempo de destacar que “las agriculturas pueden estar tronando, pero esta gente sigue vendiendo”.
Durante la ponencia celebrada en el auditorio Francisco Javier Mina, la profesora recordó la propuesta de reforma a la Ley Federal de variedades vegetales en 2019, iniciativa planteada desde el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) donde se buscaba criminalizar la venta de semilla nacional.
Tras lo anterior, dijo, continuaron las presiones del sector agrobiotecnológico en contra de las autoridades mexicanas. Esto, tras el decreto presidencial del 2020, en el que se prohibía la siembra del maíz transgénico, así como la eliminación gradual del glifosato.
Sin embargo, en 2023, dicha orden sufrió una modificación, prohibiéndose el consumo del producto solo para humanos. Continuando con las importaciones de maíz y del herbicida por parte de México a Estados Unidos.
Ante esto, Massieu, resaltó que la situación entre los países del norte y México se tornó tensa, llegando incluso a un panel de controversias promovido por las naciones extranjeras, a pesar de que en el T-MEC se permitió la entrada de esos productos.
“Ahorita nos tienen sentados en un panel”, añadió, los estadounidenses “nos demandaron porque no podemos dejar de comprarles maíz transgénico ni dejar de importarles glifosato. Se está poniendo muy dura la negociación”.
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De mismo modo, indicó que a pesar de la evidencia científica sobre los daños en la salud respecto a la ingesta de maíz transgénico y productos tratados con glifosato, los agrónomos americanos han ignorado las advertencias, anteponiendo sus intereses.
“El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) ha hecho su tarea con mucha demostración científica mediante artículos sobre los daños a la salud en el consumidor por consumo de glifosato y de maíz transgénico” agregó que “usan como pretexto la verdad científica, pero lo que está detrás no es la verdad científica, son sus intereses de seguir vendiendo esto”.
La también investigadora de la UAM enfatizó que ante una crisis alimentaria provocada por el COVID-19, los conflictos en Ucrania y Gaza, aunado a las presiones del sector agroalimentario norteamericano, México debe buscar alternativas para lograr una soberanía alimentaria y ser independientes ante las exportaciones de maíz y frijol que se realizan desde los Estados Unidos.
“Somos grandes exportadores de productos de lujo como el aguacate y jitomate, pero dependemos para el maíz, frijol y arroz, o sea, los alimentos básicos”, finalizó.