INVESTIGADORES OAXAQUEÑOS
NÉSTOR YURI / JAVIER TOLEDO FLORES
El tema de investigación de la basura, residuos sólidos, no es coyuntural por el hecho de vivir una reciente crisis sanitaria en la ciudad capital y municipios conurbados, es un tema de trascendencia social porque no solo en Oaxaca sin en el mundo se están agotando los lugares en donde depositarlos.
“La educación ambiental oficial no ha dado los resultados que se esperaban y, en mi caso, le apuesto a la educación ambiental informal, en las colonias, en los barrios o fraccionamientos urbanos, cara a cara con sus habitantes, que son los que más residuos generan, para llevarlos a reflexionar y adoptar nuevos hábitos de consumo, por un lado, para prevenir y alejarnos del consumismo que genera mucha basura y, por el otro, de algo tan sencillo, pero tan importante como lo es la separación de residuos. Es muy importante que la gente comprenda la diferencia entre basura y residuo. El residuo tiene una segunda utilidad,” nos explica de entrada Fabiola Díaz Núñez, Maestrante del CIIDIR-IPN en el área de gestión social.
Fabiola nació en la ciudad de México. Allá realizó toda su educación y egresó de la UNAM como Licenciada en Administración. Desde hace casi 20 años, ella y su familia decidieron venir a Oaxaca y nuestra tierra es su hogar desde entonces.
Aunque se enfocó en la administración, siempre tuvo inclinación por los temas ambientales, por ello, ahora que puede disponer de un tiempo para ella porque su hija ya creció, decidió involucrarse de lleno para ayudar en el manejo de los residuos, un problema que en Oaxaca no valoramos hasta que se tuvo que cerrar el basurero de Zaachila y cuya consecuencia fue, y sigue siendo, encontrar la forma correcta de manejar la basura sin crear problemas y, además, obtener un provecho de ella.
Utiliza como herramienta metodológica la “acción participativa en proyectos sociales” porque su trabajo de investigación es de carácter formativo, es decir, se hace partícipe a las personas dentro del mismo trabajo de investigación; en palabras muy sencillas, los lleva de la mano porque en los grupos participan desde niños hasta adultos mayores. Es muy importante notar que la actitud de la mayoría de las personas que han participado, en un primer momento, es a la defensiva como diciendo que, en manejo de residuos, nada hay que enseñarles o nada tienen que aprender.
Ella parte de que cada uno tiene un conocimiento previo del tema y que deben aportar ideas propias y no adoptar una actitud pasiva. Como investigadora dirige las acciones del grupo en combinación con estrategias de educación “4 MaP”, que son estrategias metacognitivas y didácticas y son además una alternativa válida para enseñar a pensar, hacen referencia a la planificación, la regulación, el control consiente y evaluación de la actividad cognitiva desplegada por los participantes en su proceso de aprendizaje. Esta estrategia le ayuda a tomar en cuenta todas las características de los individuos en su proceso de aprendizaje para abordarlos de la mejor forma: visual, textual, auditivo, etc. La finalidad de amoldarse a la forma en que las personas aprenden es que, al final, se logrará el objetivo de hacer que las personas modifiquen sus hábitos y actitudes.
Este proceso lo realiza Sofía a través de talleres con grupos de colonias y barrios en los que además de enseñar la mejor forma de clasificar los residuos también les crea conciencia porque les proporciona información del problema sobre las cientos de toneladas que producimos al día de residuos. Se les dan a los grupos bases teóricas y prácticas para la separación en cinco contenedores, lo que rompe el paradigma de que solo debemos tener tres. Aprovecha también las herramientas tecnológicas, como lo son los chats de redes sociales para enviarles información y consejos para disminuir la producción de residuos y separarlos correctamente.
Esta investigación en campo encontró que la gente está dispuesta a participar e, inclusive, no solo a disminuir sus residuos sino en buscar la forma de aprovechamiento, como lo sería la creación de composta que podría servirles como abono.
En su trabajo de investigación ha tenido contacto con algunas autoridades, mismas que la han invitado a dar cursos y talleres en algunas escuelas. Lo deseable es que esta metodología de educación ambiental se replicara a nivel colonia o unidades habitacionales porque complementa muy bien la formación oficial que solo se limita a enseñar a los estudiantes de educación básica a separar la basura, pero sin darles más información ni mucho menos hacerlos partícipes de manera activa.
A manera experimental con una muestra poblacional Sofía está por instalar 4 contenedores para lo inorgánico reciclable. Lo deseable sería entregar esos residuos debidamente separados a plantas de reciclaje, pero en Oaxaca no hay, solo existen centros de acopio que en realidad son almacenes de residuos al aire libre que en temporada de lluvias producen un problema mayor de contaminación por los lixiviados que se hacen con la mezcla de los residuos y el agua de lluvia. Su consecuencia más grave es la contaminación de aguas subterráneas.
A través de su investigación metodológica está encontrando la forma de hacer que la gente cambie de actitud y se haga responsable por los residuos que produce y para ello ve en Oaxaca una gran ventaja, que es la aceptación entre la población de volver a lo natural. Ella lo resume así: “ya compré, ya consumí, ahora me hago responsable de mis residuos.
Lo ideal sería tener un tiradero que cumpla con las normas ambientales y una planta procesadora de residuos. Fabiola nos hace ver que sí se puede con el manejo responsable y menciona que San Lorenzo Cacaotepec es un buen ejemplo de ello.
Contacto: nestoryuri@yahoo.com