Eva Salgado Andrade: lo diverso en las ciencias sociales

Susana Paz

México, DF.- Con una trayectoria académica de más de 25 años en los que ha comprobado lo múltiples y diversas que pueden ser las ciencias sociales, Eva Salgado Andrade ha consolidado una línea de investigación centrada en el estudio científico del discurso –es decir, del lenguaje en uso– desde múltiples perspectivas y campos de interés.

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Profesora e investigadora de tiempo completo en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), y doctora en Lingüística Hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), forma parte de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel II.

Entre otros reconocimientos ha obtenido la Medalla al Mérito Universitario Alfonso Caso, por el mejor desempeño académico en el Doctorado en Lingüística (UNAM, 2004); el Premio Anual del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Wigberto Jiménez Moreno, para la mejor tesis de Doctorado en Lingüística (2000); y el Premio Nacional de Literatura Infantil Juan de la Cabada (1993), otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno de Campeche por el cuento ¿A qué huelen las guayabas?

Su formación inicial como comunicóloga la ha fortalecido con la lingüística, semiótica, historia y antropología, como resultado de los más de 25 años de experiencia académica en diversos centros de investigación y enseñanza.

En las ventanas emerge la luz matutina. En su oficina en el centro de Tlalpan, en el sur de la Ciudad de México, Salgado Andrade habla de sus influencias y de los diversos caminos que ha recorrido para llegar a ser una reconocida lingüista e incursionar desde diversos ámbitos en las ciencias sociales, de las que dice “tienen una gran responsabilidad que tiene que ver con ayudar a entender mejor qué nos está pasando como sociedad y, si se puede, ayudar a buscar soluciones para ello”.

Entre medicina y comunicación

“Soy egresada de la Prepa 1, cuando todavía estaba en San Ildefonso, fui de las últimas generaciones que ahí cursaron. Yo decía que iba a estudiar medicina, porque era como bonito ser médico, pero llegó a mis manos un folleto de la licenciatura de periodismo y comunicación colectiva, o ciencias de la comunicación pues había una transición de una denominación a otra, y lo vi y dije: ‘esto es lo mío’”, comenta la investigadora.

Para Eva Salgado, la idea de estudiar el lenguaje y cómo nos comunicamos fue desde el principio el eje de sus intereses.

“Me encantó el plan de estudios, y me dije: ‘esto es lo que yo quiero hacer’, y sigo en esa misma decisión, porque me interesa mucho el estudio del lenguaje. El lenguaje es lo más complejo y los más sustancial del ser humano, y no se le puede abordar desde una sola arista; el lenguaje es nuestra forma de pensar, valorar, expresar, sentir, percibir; todo pasa por el lenguaje. Yo llegué a la comunicación por eso”, afirma.

De esta forma, y al tener como base los estudios en ciencias de la comunicación, emprendió diversos caminos que la llevaron a tener una formación en lingüística, semiótica, historia y antropología, y colaborar en distintas instituciones como el INAH, el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, la UNAM y el CIESAS).

“La trayectoria, o el país, me fue dando todas estas oportunidades; me pude incorporar al INAH en una plaza de investigador de tiempo completo, recién salida de la licenciatura, concursé para ello, pero ahora los egresados tienen que pasar por maestría, doctorado, posdoctorado, y uno que otro programa antes de tener una instalación, es muy complicado, entonces tuve esa suerte”, relata.

“Luego también pude estar como investigadora en el Instituto Mora, después en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y llegar al CIESAS; esto último lo pude hacer por el programa de retención de investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a lo que estoy muy agradecida, porque estos programas me han permitido tener una trayectoria y preocuparme por el asunto académico y multidisciplinario”, añade.

A lo largo de los últimos años, para la especialista lo fundamental ha sido el estudio de los discursos, entendidos como una creación social que conjugan muchos de los valores y formas de percibir y de sentir, algo parecido al lenguaje puesto en escena, en acto. Explica que se ha enfocado así al discurso político, el discurso periodístico, de redes sociales, pedagógico, cotidiano y religioso.

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“El análisis del discurso es el eje, cómo entenderlo. Los discursos como una creación social que se puede entender como algo que es producto de ciertas circunstancias socioeconómicas, históricas y culturales específicas; es producto de ellas, y también regresa a ellas; es tanto el resultado como el factor que incide en estas relaciones”, considera.

La docencia

Para la investigadora, resulta muy importante referirse a su trabajo como docente, que es una de las actividades académicas que más le apasiona. Lleva más de 25 años como profesora en la UNAM; primero en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS), y desde hace ya más de 15 años en la unidad de posgrado, en donde imparte clases en la maestría y doctorado de Ciencias Políticas.

Además, ha realizado trabajo docente en el CIESAS, en las líneas de investigación –que se convierten en líneas de docencia– sobre estudios del lenguaje, ciudadanía, democracia y poder, y últimamente en la línea de antropología y semiótica.

“Cuando alguien da clases, no sé si los alumnos aprendan, pero el profesor sí que aprende. He tenido un campo permanente de actualización y formación, y dirigido alrededor de 60 tesis de posgrado y licenciatura. Me gusta mucho dar clases, me gusta dirigir estudiantes y he tenido la suerte de poder participar en diversos programas, entonces esto me ha permitido estar pendiente y enterada de las nuevas tendencias en cuestiones teóricas, metodológicas y en los intereses empíricos de los estudiantes”, asegura.

Y es que, dice Salgado Andrade, ha podido atestiguar y valorar lo que representan las posibilidades de comunicación y tecnología digital: “A mí me tocaron diferentes momentos tecnológicos. Mi primera tesis, la de licenciatura, la hice en una máquina de escribir mecánica. La de maestría la imprimí en esas impresoras de matriz; la de doctorado ya la tenía en disquete Verbatim. Y ahora ya trabajo en nubes y manejo base de datos. Eso ha sido todo un privilegio para los que lo transitamos”, asevera.

Grandes logros

Para la entrevistada, cada alumno que se titula es uno de los mayores logros en su trabajo. El ver cómo crecen, cómo salen adelante, y luego ver que se incorporan al mundo laboral o de investigadores, le parece lo más extraordinario.

“Lo importante es siempre tratar de ser mejor en cada curso, en cada clase. En lo que se refiere a investigación, tal vez uno de los más importantes ha sido el que hice para concluir mi doctorado, que fue el análisis del discurso político que realicé acerca de la forma en que un partido político se pudo hacer hegemónico en México y los mecanismos que surgieron, tomando como laboratorio de observación de este proceso el discurso dado por los presidentes durante sus informes, desde Venustiano Carranza hasta Manuel Ávila Camacho, de 1917 a 1946”, comenta.

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Se trató así de un trabajo “bastante arduo”, dice, en el que analizó meticulosamente 30 años de informes presidenciales para realizar un análisis sintáctico.

“En realidad le tengo mucho cariño al trabajo docente en la UNAM, porque de ahí soy egresada, ahí sigo y ‘por mi raza hablará el espíritu’; pero también al CIESAS, porque considero que es un centro de investigación muy importante y a lo largo de los años –tiene cuatro décadas– se ha replicado en todo el país; ya tiene siete unidades regionales. Entonces me parece que es un experimento muy interesante de formación de antropólogos en maestría y doctorado que ha ayudado a detectar qué pasa en el país y qué pueden hacer las ciencias sociales para mejorar esto”, asevera.

Para la investigadora, su mayor interés es y serán las ciencias de la comunicación, y si la comunicación se hace por medio verbal, la verá desde la lingüística; si tiene que ver con aspectos no verbales –el tiempo, el espacio–, será desde la semiótica.

“Yo me siento como comunicóloga. En general, para quien practique estas modalidades multidisciplinarias, creo que es lo interesante de estas carreras. Lo importante es no perder las bases sólidas en unas áreas, y llevar esto para enriquecer a las otras. En mi caso así ha sido. Empecé desde las ciencias de la comunicación, sobre todo formación en lingüística y semiótica; después, el mundo laboral me llevó a la investigación histórica, la formación muy formal en lingüística hispánica, y aquí, la vida docente me han llevado a interesarme en la investigación antropológica. Hay perfiles de todo en quienes estamos haciendo ciencias sociales en México, yo formo parte de aquellos a los que la vida los ha llevado, o sus inquietudes, a estar saltando de una disciplina a otra, pero siempre con la intención de conocer mejor un cierto discurso”, finaliza.

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